lunes

EL CASERÍO

Zarzuela en tres actos. Texto original de FEDERICO ROMERO y GUILLERMO FERNÁNDEZ SHAW. Música de JESÚS GURÍDI. Estrenada el 11 de noviembre de 1926 en el Teatro de la Zarzuela de Madrid.
Pensada como otro intento más de crear una ópera vasca, como ya había hecho en 1910 con MIRENTXU o en 1920 con AMAYA, contactó con los afamados libretistas Federico Romero y Guillermo Fernández Shaw que escribieron un libreto que mantuvo un continúo tono cómico que equilibraba el sentimentalismo de la trama principal y que además ayudó a la pretendida ambientación vasca que, salvo en algunos números específicos en que aparece diáfanamente, se mantiene como en penumbra, pero no falta. Como es casi habitual en nuestro género, el auténtico éxito de la zarzuela se debió a la extraordinaria partitura congeniando un tratamiento casi nacionalista de lo folklórico con una soberbia orquestación y sin renunciar a un lirismo sereno especialmente protagonizado en algunas intervenciones de la soprano y el barítono.
Jesús Guridi Bidaola nació en Vitoria el 25 de septiembre de 1886 y murió en Madrid el 7 de abril de 1961.Compositor y organista descendiente de una familia de músicos, su padre, violinista, y su madre, profesora de piano, le iniciaron en el estudio de la música.
EL CASERIO es una obra de costumbres vascas en la que alrededor de la casa de campo, en que se reúne todo el concepto amplio y familiar del vasco, se desenvuelve una trama amorosa sencilla pero sentida. Santi, hombre maduro, vive en un caserío rodeado de sus trabajadores y de dos sobrinos, Ana Mari y Joshe Miguel, aunque este último y joven mundano, se ausenta con frecuencia del caserío. Santi es uno de tantos vascos que salen jóvenes de su tierra y vuelve a ella, después de grandes esfuerzos, a disfrutar de un descanso bien ganado y de una riqueza conseguida con verdadero sacrificio. Antes de salir de su tierra, Santi estuvo enamorado de una joven, que a su regreso encontró casada con su hermano y de cuyo matrimonio es fruto Ana Mari que, al quedar huérfana, Santi recogió consigo y a la que trataba como una hija. Para conseguir la continuidad familiar que encierra el caserío vasco, Santo busca una solución en que se casen Joshe Miguel y Ana Mari, mas el primero es hombre alegre que no piensa en casarse. En vista de ello Santi anuncia que piensa casarse, sin tener aún escogida novia, lo cual produce en Joshe Miguel la contrariedad consiguiente, pues piensa que con ello puede perder la herencia de su tío; en cambio a Ana Mari le parece bien y acepta el proyecto de su tío. Ana Mari está enamorada de Joshe Miguel, pero este no fija en ella su atención. Para evitar el casamiento de su tío, José Miguel anuncia a Ana Mari que se dedicará a enamorar a las jóvenes que aquél escoja por novia. Entonces Ana Mari se ofrece como futura esposa de su tío, lo que sirve para encender en Joshe Miguel un verdadero amor por ella. Santi, que viene retrasando la boda precisamente porque se da cuenta de la renuncia que hace Ana Mari a sus propios sentimientos, hace venir a Joshe Miguel, el cual ofrece su cariño a Ana Mari con renuncia a todo derecho a la herencia de su tío, lo que hace que éste se dé cuenta de que ambos sobrinos se quieren y cede Ana Mari a Joshe Miguel. Esta trama seria se ve salpicada, como es normal, con otra cómica que a veces se entrecruzan, como cuando Eutasia convence a Inosensia para que enamore a Santi y ella aprende sus lecciones pero las aplica con Chómin.
Musicalmente, después de un breve y tranquilo preludio, entra el coro “Cuando sale el sol” escrito muy al estilo del canto coral tradicional de orfeón de larga tradición en el País Vasco, al que luego se une la orquesta con el txistu entonando “Nochesita de estrellas”. Seguidamente se canta el dúo “Buenos días” en el que algunos críticos ven gotas de verismo pucciniano y en el que Joshe Miguel canta a la vitalidad y Ana Mari, refrenándole, exalta con dulzura la vida de hogar. Luego “Con el trébole” se introduce la melodía popular; pasando después a la apacibilidad de la romanza de Santi construída sobre un ritmo de zortziko “Sasibil mi caserío”, finalizando el acto con una especie de brindis “Alegría del corazón” escoltado por sentidas frases del barítono como aquella de “Quisiera tener hermosa mujer” y siempre con la presencia del coro tan esencial en esta zarzuela. El segundo acto se inicia con un magistral preludio en que se incluye una mágica imitación del instrumento nacional, el txistu, desembocando en un ritmo de danza popular y constituyendo el pórtico de un acto que es todo él verdadera fiesta popular en que se presenta una antología de músicas vascas desde danzas, como el zortzico del segundo tema del preludio y la espatadantza, a las canciones, como la del coro “Pello Joshepe” o las del duelo de versolaris “Chiquito de Arigorri”, e incluso la incursión en la música religiosa de la procesión “Reina del cielo hermosa”. No faltan en este acto momentos más líricos como la famosa romanza de Joshe Miguel “Yo no sé que veo en Ana Mari”, el dúo de Ana Mari y Santi “Con alegría inmensa” o el trabado final en que sobresalen las frases musicales de Joshe Miguel “Se dice por ahí” o “Dime al oído que no me engañan”, dirigidas respectivamente a su tío y a su prima, o la de Ana Mari “Me turba de las gentes el mirar”, o la de Santi “Me extraña tu actitud” reapareciendo de nuevo al tema del brindis “Alegría del corazón”. El tercer acto comienza con un preludio coral “Mientras llueve sin cesar” que da paso a una emocionada romanza de Ana Mari “En la cumbre del monte”. Oímos luego el dúo cómico de Inosensia y Chómin basado en temas populares, finalizando el acto y la obra con un terceto “Amor le tienes a Ana Mari” basado musicalmente sobre todo en melodías ya escuchadas y como siempre con la insistente intervención del coro.
Índice de escenas
Zarzuela en tres actos, con los siguientes números musicales:
Acto I: 1. Preludio y coro “Cuando sale el sol”. 2. Coro “Nochesita de estrellas”. 3. Dúo de Joshe Miguel y Ana Mari “Buenos días”. 4. Cuarteto “Con el trébole, trébole”. 5. Zortziko “Sasibil mi caserío”. 6. Final del acto I “Acudiros y llegaros”.
Acto II: 7. Preludio. Tiempo de zortziko. 8. Coro “Pello Joshepe tabernan dala”. 9. Romanza de Joshe Miguel “Yo no sé que veo en Ana Mari”. 10. Procesión y espatadantza “Reina del cielo hermosa”. 11. Dúo de Ana María y Santi “Con alegría inmensa”. 12. Canción de los versolaris “Chiquito de Arigorri. 13. Final del acto II “Basta ya de bailes”.
Acto III: 14. Preludio y coro “Mientras llueve sin cesar” y relato de Ana Mari “En la cumbre del monte”. 15. Dúo cómico de Inosensia y Chómin “Dise la madre, Chómin, que me espabile”. 16. Final del acto III, terceto “Amor le tienes a Ana Mari” y coro.

Personajes
Santi: El amo del caserio Sasibil. Barítono.
Ana Mari: Sobrina de Santi. Soprano.
Joshe Miguel: Sobrino de Santi. Tenor.
Chómin: El criado de Sasibil. Tenor cómico.
Manu: El dueño del chigre. Bajo
Eutasia: Mujer de Manu. Actriz cantante.
Inosensia: Hija de Manu y Eutasia. Soprano.
Don Leoncio: Párroco de la aldea. Barítono.

PRELUDIO



DUO "CON ALEGRIA INMENSA"/CARLOS ALVAREZ Y ROCÍO IGNACIO



SASIBIL MI CASERIO





YO NO SÉ QUÉ VEO EN ANA MARI/ERNESTO RODRIGUEZ

sábado

LA BRUJA


Zarzuela grande en tres actos. Texto original de MIGUEL RAMOS CARRIÓN y VITAL AZA. Música de RUPERTO CHAPÍ. Estrenada el 10 de diciembre de 1887 en el Teatro de la Zarzuela de Madrid.
El éxito fue delirante, ninguna zarzuela alcanzó tantas representaciones en los últimos años del siglo, ni produjo tantos derechos de autor, si atendemos a lo que dice Salvador Valverde que además señala que el libro de Ramos Carrión lleva su marca zarzuelera hasta el melodramático final del segundo acto, pues el tercero es totalmente cómico y denuncia la mano……..de Vital Aza, a quien Cejador atribuye la paternidad del mentado tercer acto, cuyo secreto no guardó el escritor como lo había prometido. Sagardía también da como segura la autoría del tercer acto por parte de Vital Aza, que, con recursos cómicos, sacó a su amigo Ramos Carrión del atolladero “trágico” en que se había metido. La partitura de Chapí es una pura filigrana que confirmó el genio del músico levantino y reconquistó al público que había desertado de la zarzuela grande. Pedrell destacó en ella el profundo españolismo de Chapí, cuya música se nutre en las raíces de lo popular ibérico, de las que recibe su generosa savia.
La obra comienza con un bello coro de hilanderas que manejan sus ruecas al amor de la lumbre del fogaril, mientras los hombres juegan al mus y le sigue un romance musical de sabor hispano-morisco que canta Rosalía. A los ecos del Islam replica el cristianismo con la campana de las Ánimas, que prepara una oración breve y emotiva. Prosigue la obra con un chispeante dúo cómico entre Tomillo y Rosalía en presencia de la durmiente Magdalena. Luego canta Leonardo el relato de la aparición y tras un cuarteto y el apasionado dúo de Leonardo y Blanca “Así, así te quiero yo”, llega uno de los momentos culminantes el pasacalle y la jota universalmente conocida “No extrañéis, no, que se escapen” que representa respecto a la jota navarra lo que la jota de LA DOLORES significa para la jota aragonesa. En el segundo acto el coro de aldeanas es un número de irreprochable factura popular, donde se conjuga el gracejo, la ternura y la delicadeza que culmina “En lo robusto sale a su madre, pero los ojos son de su padre”. Otra página musical de plena viveza y colorido es la partida de pelota que nos lleva a la famosa romanza “Todo está igual” que canta Leonardo, luego al trabajado concertante en que destaca un precioso zortzico y a otro dúo de Leonardo y la bruja, desenvolviéndose el final del acto en un clima melodramático de creciente tensión. Sin embargo el tercer acto representa un vuelco hacia la zarzuela cómica, con las escenas militares de la ciudadela de Pamplona, el vibrante brindis de Leonardo, el alegre rataplán, la complicada trama final en que intervienen “celestiales” coros de novicias, la graciosa y bien construida escena del falso exorcista y el terceto de las brujas.
Acto I: Una casa típica del Valle del Roncal, propiedad de Leonardo, hombre joven y fuerte, gran cazador. Este vive en compañía de Magdalena, su madrastra, y de Rosalía, hermanastra del joven. Tomillo, mozo pastor y bonachón, comenta aquella noche, en la cocina de la casa ante un nutrido auditorio de mozos que juegan al mus, entre los que se cuenta el cura, y mozas que hilan la rueca, que aquella misma tarde, ya de anochecida, ha visto una bruja. Ya se habla en el pueblo hace tiempo de su presencia, pero hasta ahora, nadie la vio. Tomillo da detalles de ella y hasta cuenta, entre las protestas del cura, que censura tal creencia contraria a la religión, que por ayudarla a vadear una charca, le dio un doblón, que muestra a los presentes. Unos creen y otros dudan, pero todos están atemorizados. Tomillo bebe los vientos por Rosalía, y la moza le corresponde. Pero su madre, Magdalena, se opone a las relaciones porque el mozo es pobre. La desesperación del pastor cada día que pasa va en aumento, así como el odio hacia lo que podía ser su suegra. Rosalía y su madre se retiran a descansar, y Tomillo queda en espera de Leonardo, que aquella noche se retrasa más de la cuenta en su regreso de la diaria excursión por el monte. La llegada de Leonardo sirve a Tomillo para desahogarse contándole sus penas. Le relata lo que le ocurrió con la bruja y le confiesa que le es simpática, aunque le cause mucho respeto. Leonardo también conoce a la bruja, pero hace mucho tiempo. Se puede decir que son amigos y que le protege. El sabe la manera de hacer que acuda en su ayuda cuando la necesite: tocando tres veces seguidas su cuerno de caza. Leonardo está triste porque se ha enamorado de una mujer bellísima, a la que vio una sola vez y por un instante, bañándose en las aguas del río junto al bosque. Intentó perseguirla, pero perdió su pista para siempre. Ahora la busca día a día, con desesperación, pero inútilmente. La bruja le aconsejó que tenga paciencia y no pierda la esperanza, que esa mujer llegará a ser su esposa. El tiene fe y espera, aunque con la tristeza de no poder contemplarla. Tomillo no ceja en buscar solución a su problema amoroso. Magdalena le ha dicho que si fuera capaz de reunir cien doblones, llegaría a ser el esposo de Rosalía. Y él piensa que, quizás la bruja... y como lo piensa lo hace. Toma el cuerno de caza de Leonardo y hace las tres llamadas, antes de que éste pueda impedirlo. Al instante aparece la bruja, que enterada de la necesidad de Tomillo, le entrega una bolsa con más dinero del que necesita. El mozo y Rosalía, que salió poco antes de despedir a Tomillo, dan las gracias a su bienhechora, despidiéndose de ella agradecidos. Al quedar solos, la bruja hace a Leonardo la confesión de que es ella misma la mujer que él vio un día bañándose en el río. Es ella como fue, no como es ahora. Ante la estupefacción del joven, la bruja le cuenta su historia. Era una mujer muy bella. Una corte de numerosos admiradores solicitaba su mano con insistencia. Ella no quiso a ninguno; y ellos, despechados, se unieron para vengarse de su desprecio. Solicitaron la ayuda de un hechicero, y consiguieron de él que hiciera de la bella joven una vieja tan horrible y con tantos años como la que tiene delante. De corazón joven, los años cubren su hermosura interior. Sólo hay una forma y una pequeña esperanza de que algún día pueda volver a ser lo que fue: Cuando encuentre a un hombre capaz de los mayores sacrificios para conseguir honores y riquezas que ofrecerla, unido a un noble cariño. Leonardo sabe que ese hombre debe ser él, y hace su promesa a la bruja de que cumplirá lo exigido para conseguir su rehabilitación. Al día siguiente, Leonardo parte hacia Italia a luchar con los Tercios españoles en busca de gloria y fama para ofrecer a la mujer que ama tanto.
Acto II: Han pasado los años. De Leonardo no se han vuelto a tener noticias en el pueblo. Le dieron por muerto, le lloraron y casi le han olvidado ya. Rosalía y Tomillo se casaron. Tienen tres hijos preciosos, y la abuela Magdalena es feliz con sus nietecillos. El marido de Rosalía ha prosperado, dejó de ser pastor y ahora es dueño de un molino. La suegra le quiere y él es feliz en su matrimonio. Se están celebrando las fiestas del pueblo, donde no faltan los célebres partidos de pelota entre navarros y vizcaínos. Leonardo, por fin, ha vuelto. Entra en el pueblo solo y en silencio: nadie lo ve llegar en principio. Vuelve cubierto de gloria y es Capitán de los Tercios españoles. Consiguió la victoria y se la viene a ofrecer a la mujer que ama: a la bruja. El primero que se encuentra con Leonardo es Tomillo, que no quiere creer lo que ven sus ojos. Luego es Rosalía, con gran sorpresa, la que celebra de veras volverle a ver. Leonardo ruega a los dos que no denuncien su presencia en el pueblo. Quiere presentarse ante la bruja para ofrecerla su triunfo, y que recobre su verdadera personalidad. Corre hacia el castillo donde vive ella, con la esperanza en el corazón. Es sólo unos momentos más tarde cuando se presenta en el pueblo el Inquisidor, seguido de sus esbirros. Trae la misión de apresar a la bruja, de quien tanto se habla por toda la comarca. Todos los vecinos, incluido el cura, temen por ella. No hay uno solo que no tenga que estarle agradecido por lo caritativa que es. Hace la caridad en la sombra, sin ser vista; pero todos saben que es ella quien les socorre siempre que lo necesitan. El Inquisidor pide que algunos mozos le acompañen a él y a su gente hasta el castillo. Todos obedecen atemorizados y le siguen. Leonardo hace rato que llegó al castillo. El toque de su cuerno hace que las puertas se abran, dando paso a la bruja. Celebra el triunfo de su amado, y su corazón joven late con fuerza de alegría. Tomillo y Rosalía llegan jadeantes. Vienen a prevenir a los enamorados de que el Inquisidor y su gente están llegando al castillo para detener a la bruja. Leonardo se dispone a defenderla con sus armas, pero ella prefiere defenderse por sí misma. Vuelve al interior del castillo y cierra las puertas. Leonardo. Rosalía y Tomillo se esconden. Llegan el Inquisidor y la gente que le acompaña. Una fuerte llamada a la puerta de la fortaleza queda en principio sin respuesta. Breve espera, las puertas se abren y, ante ellas aparece una bellísima joven, la misma que un día viera Leonardo. Ante el Inquisidor y los presentes, la joven da a conocer su verdadera personalidad. Se llama Blanca de Acevedo, hija del dueño del castillo. Su padre murió en el destierro, y ella quedó huérfana y sola. Quiso volver a su patria sin que nadie advirtiera su presencia y vivir apartada de todo. Creó el misterio a su alrededor a propio intento y con ese fin; pero siempre pendiente de hacer el bien a todo el que pudiera necesitarlo. Ella quiso probar el cariño de Leonardo y es feliz porque triunfaron los dos. Está dispuesta a seguir al Santo Oficio, y no permite que el Capitán la defienda, porque sabe que no pecó. Se entrega, y parten todos hacia donde han de juzgarla por el delito de hechicería. Leonardo sufre otra vez la pena de la separación, aunque otra vez vuelve a él la esperanza, porque sabe que Blanca le espera.
Acto III: Ha pasado algún tiempo. Blanca ha sido juzgada y condenada a internamiento perpetuo en un convento, en Pamplona, precisamente al lado donde se encuentra el cuartel de Leonardo. Este comienza a trabajar la manera de rescatar a Blanca. Con la ayuda de Tomillo, Rosalía y Magdalena y valiéndose del fanatismo que reina dentro del convento, donde no ven más que brujas por todas partes desde que llegó a él Blanca. Leonardo logra sacarla de allí, haciéndoles ver a las monjitas que fueron las propias brujas, hermanas de la que allí tenían, las que se han llevado a la pobre Blanca. Y aún la superiora del convento da las gracias al valeroso Capitán Leonardo, cuando va a comunicarla que ya nunca más volverán las brujas al convento. El rey hechizado ha muerto y Felipe V comienza a reinar.
Índice de escenas
Obra en tres actos, con los siguientes números musicales,
Acto I: 1. Preludio, coro de hilanderas y bebedores (Mujeres y hombres) “Al amor de la lumbre que nos presta calor”, escena (El cura, Rosalía, Magdalena y Tomillo) “Basta ya de vino y juego y dejad la rueca luego” y cuento (Rosalía y coro) “Pues señor este era un rey, un rey moro de Granada”. 2. El toque de queda “La triste queda ya sonó, con Dios quedad”. 3. Terceto cómico (Rosalía, Magdalena y Tomillo) “Chito que ya mi madre da cabezadas”. 4. Canción “Noche oscura que me amedrentas”. 5. Relato de la aparición (Leonardo y Tomillo) “En una noche plácida del ardoroso estío”. 6. Cuarteto (Blanca, Leonardo, Rosalía y Tomillo) “¡Oh, ya está aquí! 7. Dúo (Blanca y Leonardo) “Así, así te quiero yo”. 8. Pasacalle (Tomillo, Magdalena y Leonardo) “Señá Magdalena, venid por acá” y Jota (Leonardo y coro) “No extrañéis no, que se escapen”.
Acto II: 9. Coro general “Hoy todos celebran la Virgen de Agosto”, escena y raconto (Tomillo y coro) “Allí viene Tomillo”, escena y coro (Aldeanas, Magdalena, Rosalía y Tomillo) “Ya presentó a la Virgen la madre cariñosa”. 10. Número de pelotaris (Coro, Tomillo y Rosalía) “En la plaza ya la gente grita”. 11. Romanza (Leonardo) “Todo está igual, parece que fue ayer”. 12. Escena y zortzico (Inquisidor, Coro, Tomillo y Rosalía) “Al cabo los del pueblo salieron vencedores….Seguid seguir bailando….Siempre mi mozo lleva el compás”. 13. Dúo (Leonardo, Blanca) “¡Por fin llegué! ¡No hay nadie! 14. Final del acto II (Tomillo, Rosalía, Blanca y Leonardo) “Ese rumor, silencio. Alguien se acerca” (Inquisidor, Leonardo, Tomillo, Rosalía y Blanca) “¡Ah, del castillo!”.
Acto III: 15. Brindis (Leonardo) “En tanto que la guerra nos deja descansar”.16.Rataplán (coro) “Retírase el soldado al toque de retreta”. 17. Coro de novicias (Profesas y novicias) “Et ne nos inducas in tentationem”. 18. Dúo con coro (Leonardo, La Superiora, Tomillo y Blanca) “Aquí está ya el padre exorcizador”. 19. Romanza (Blanca) “Inquieto late el pecho mío”. 20. Terceto de las brujas (novicias, Rosalía, Tomillo y Magdalena) “¡La campana ha sonado! ¿Qué pasará? 21. Final: orquesta.

Personajes
Blanca: La Bruja. Soprano.
Rosalía: Enamorada de Tomillo. Soprano.
Magdalena: Madre de Rosalía. Soprano.
Leonardo: Enamorado de Blanca. Tenor.
Tomillo: Pastor, enamorado de Rosalía. Tenor.
El inquisidor: Bajo
El cura: Bajo
Madre Superiora: Soprano.

JOTA DE LA BRUJA/PEDRO LAVIRGEN



DUO DE LEONARDO Y BLANCA/NANCY FABIOLA



JOTA DE LA BRUJA/JOSE CARRERAS

viernes

MOLINOS DE VIENTO


Opereta en un acto, dividido en tres cuadros, en prosa y verso. Texto original de LUÍS PASCUAL FRUTOS. Música de PABLO LUNA. Estrenada el 2 de diciembre de 1910 en el Teatro Cervantes de Sevilla.
MOLINOS DE VIENTO fue una de las primeras propuestas de opereta a la española, adaptadas al marco de acto único del género chico, en un intento de renovar las temáticas tradicionales del género excesivamente agotadas por el reiterado costumbrismo chulesco.
El compositor
Pablo Luna y Carné nació en Alhama de Aragón el 21 de mayo de 1880 y murió en Madrid el 28 de enero de 1942. Era hijo de un teniente de la Guardia Civil. Estudió composición y armonía, pensionado por la Diputación, en la Escuela de Música de Zaragoza y cuando terminó sus estudios dirigió varias compañías de zarzuela hasta que en 1908 fue nombrado Director del Teatro de la Zarzuela de Madrid (este teatro se incendió el 8 de noviembre de 1909 y tardó cuatro años en reconstruirse), y desde 1914 fue además empresario del mismo en donde emprendió, junto con su socio Arturo Serrano, una campaña a favor de la música española, dando entrada a compositores noveles de tanto mérito como Vives, Falla, Turina, Conrado del Campo, Guridi y especialmente Millán. Desde su primera zarzuela LA ESCALERA DE LOS DUENDES (1904), su actividad compositora fue frenética. De sus obras detallo casi exclusivamente las que han tenido trascendencia fonográfica, MUSSETA (1908), MOLINOS DE VIENTO (1910), LOS CADETES DE LA REINA (1913), EL ASOMBRO DE DAMASCO (1916), EL NIÑO JUDIO y LOS CALABRESES (1918), BENAMOR (1923), LA PASTORELA en colaboración con Moreno Torroba (1926), LA PICARA MOLINERA y LA CHULA DE PONTEVEDRA (1928), LAS CALATRAVAS (1941) y su obra póstuma EL PILAR DE LA VICTORIA (1944), con libreto de Manuel Machado.
Fue quizás el compositor español que más destacó en el cultivo de la opereta española, a la que aportó originalidad de estilo, elegancia melódica, fantasía para la expresión y un cierto exotismo que hicieron decir al maestro Vives que Pablo Luna escribía “música rubia”. Al hablar de Luna como cultivador de la opereta considero de interés traer aquí unos comentarios que introduje en la Reseña de KATIUSKA y cuyas generalidades, son también aquí de utilidad. Sobre este tema genérico hubo hace algún tiempo un esbozo de debate en el Foro Nueva Zarzuela a raíz de la pregunta de algún aficionado y no me acuerdo si fue El Pichi el que explicaba la diferencia entre opereta y zarzuela, pero el tema no fue acotado con rotundidad, yo diría que porque es tema menor que no afecta a la esencia del género y quizás se ha utilizado esa denominación para obras cuyo argumento no se ha desarrollado en el ambiente castizo o regional español, como ocurre por ejemplo MOLINOS DE VIENTO, LA GENERALA, esta KATIUSKA, etc..... Un apunte más de fondo aporta una voz autorizada, la del Padre Federico Sopeña que por un lado achaca el nombre de opereta al intento de Sorozabal de desembarazarse del “mal rollo” de la procaz revista, a la sazón en auge, y por otro lado me parece entender que reivindica para Katiuska el “concepto” zarzuela aunque vestido de la “forma” opereta. Creo que merece la pena dejar hablar a Sopeña sobre esto; así sobre lo primero, dice literalmente: “Katiuska no se titula zarzuela sino opereta. Quiere ser, pues, música ligera. En aquella época la fuerza que hoy tiene la canción venía especialmente del teatro: danzas rusas, fox, de Katiuska se hicieron popularísimas pronto, pero sabiendo quien las cantaba, que se trataba de música, de buena música, como lo había sido la opereta en Viena y en París durante el siglo XIX. Sorozabal está en esa línea: mientras los compositores de zarzuela de entonces descienden muchos escalones para acercarse a la procaz “revista” de aquellos tiempos, el músico donostiarra alza su punto de mira. Por ejemplo frente al tradicional gracioso de nuestro teatro lírico, que podía cantar mal y aun no tener voz, Katiuska fue pedestal para que en su papel divertido se consagrara una artista tan fina, tan sugestiva como Enriqueta Serrano. Otro ejemplo: el “si vas a París papá” canción vodevilera, vulgar, de moda entonces, fue vencida por el “A parís me voy” de Sorozabal, divertida música, sí, pero obra de excelente música.” Sopeña, sobre el segundo tema antes apuntado, dice literalmente: “Aunque Katiuska se llama opereta, hay algo que está ligado con la zarzuela tradicional: el acento sobre la romanza, sobre lo emotivo. No la ligereza con cierto barniz de sentimentalismo típico de la opereta, sino la tradicional expresión lírica, la honda y fuerte expresión amorosa creada por un músico que se sentía actual y romántico a la vez. El gran músico de teatro que es Sorozabal se ve aquí, en esta obra de juventud, pues a través de la romanza nos da personajes que no son títeres, sino personajes de carne y hueso. Hay en esas romanzas, que pronto se hicieron popularísimas, una gradación hábil e instintiva a la vez: la voz grave de barítono expresando una emoción no ruda, pero si resueltamente varonil, fácil a la violencia y la voz de Katiuska que, deseando como escaparse hacia la pajarería de las tiples ligeras, se centra en un lirismo ingenuo y hondo al mismo tiempo, mientras que el tenor, por el mundo caído que representa, se lo coloca en un cierto tono gris logradísimo musicalmente”. En resumen podríamos decir que, aunque la opereta vienesa se asentaba en dos pilares fundamentales: la ambientación exótica y distante sobre la base de una ingenua trama amorosa y las edulcoradas melodías a ritmo de vals y ambos elementos se detectan en algunas obras de Luna según lo cual su opereta está todavía más cercana al espíritu vienés que lo estuvo luego la de Sorozabal, no es menos cierto que también se vislumbran ya en el compositor aragonés los caracteres que el Padre Sopeña advirtió en el músico vasco: alejamiento de la procacidad arrevistada dotando de una elegancia a sus partituras que impulsó a Vives a denominarla “música rubia” y observar que, bajo el ropaje de la forma opereta, se esconde la verdadera zarzuela: el acento sobre la romanza, sobre lo emotivo.
El libretista
Luís Pascual Frutos, nació en Murcia en 1870 y murió en Madrid el 25 de diciembre de 1939. Alcanzó fama como poeta y como dramaturgo produciendo obras escritas con buen gusto y conocimiento de los recursos escénicos, en ocasiones en colaboración con otros autores como Antonio López Monis y Manuel Fernández de la Puente. Empezó a escribir para el género lírico a finales del siglo XIX, llegando su consagración de la mano de Pablo Luna con MUSETTA y MOLINOS DE VIENTO. También han pasado a la posteridad EL GUITARRICO de Pérez Soriano y MARUXA de Vives.
La acción se desarrolla en Holanda, cuando en la playa de Velendal queda encallado el yot que manda el príncipe Alberto, príncipe heredero de una Corona real en formación en la Armada inglesa con quien lleva cuatro años en viaje de instrucción. Esta novedad de la llegada de jóvenes y apuestos forasteros ha entusiasmado a las mujeres y fastidiado a los hombres y estos que antes no hacían caso de ellas, se sienten celosos y van a quejarse al capitán sobre todo Romo, su eventual enfermero, desconsolado porque ama a Margot que no le corresponde. Alberto promete ayudar a Romo ahogando el amor que le ha inspirado la encantadora aldeana, y así, en funciones de Cyrano, le da consejos para conquistarla y le escribe una carta con madrigales del tipo de “Mis ojos al ver los tuyos cegaron con sus reflejos” y otros por el estilo, que hallan un eco alborozado en la joven al creer que la misiva es de su amado príncipe para ella. Enterada al fin de que la carta es de Romo, sufre una gran desilusión pero cuando el príncipe trata de consolarla termina por confesarle que, aunque escribió la carta por una promesa a Romo, la ama realmente. No obstante al final se marcha subrepticiamente aconsejado por el Cabo Stock, descubriéndolo inopinadamente Margot y, a ambos, Romo que intenta abrirle los ojos a su amada. Aledañas a esta trama principal, se producen una serie de situaciones cómicas de los mozos con las mozas, de estas con los marinos, del cabo Stock etc…
A este manido argumento dedica Luna una música elaborada, elegante y de gran calidad, comenzando por la parte cómica en que destaca el coro de la introducción “Dejad paso franco……Diga usted que no, diga usted que si” seguido de las coplas del cabo Stock “El príncipe heredero de una corona real”, el graciosísimo quinteto de las cartas “Las misivas de diario, no se cansan de escribir” y pasando luego ya a los temas principales: el de barítono expresado en la extraordinaria serenata “Mis ojos de ver los tuyos” y el de la soprano cantado en el hermoso vals “Yo he pasado la vida en un sueño”, ambos temas se repiten en otros momentos de la obra, mezclados en los briosos y dramáticos concertantes que empiezan con las frases “Atrás miserables” el primero y “Niña nunca bebas” el segundo. Igualmente elogiable es la Pantomima o escena mímica, que, según el Diccionario de la Zarzuela, es una auténtica pieza de ballet de carácter descriptivo.

Índice de escenas

Zarzuela en un acto con los siguientes números musicales:

1. Introducción y coro “Dejad paso franco……El príncipe heredero”. 2. Quinteto de la carta “Las misivas de diario no se cansan de escribir”. 3. Dúo y serenata “¿Y qué canto? Buena es esa. 4. Escena de las lavanderas: Pantomima. 5. Dúo de Margot y Romo “Tralara, lara, lara……Yo he pasado la vida en un sueño”. 6. Concertante “Atrás miserables…….Por mi fe de caballero” 7. Concertante “Niña nunca bebas” y terceto final “Llorando miradla…..No te alejes Margot de mi lado” 8.1 Final “Capitán, capitán, todo duerme…..Mis ojos al ver los tuyos”.

Personajes
Margot: Pretendida por Romo y enamorada del príncipe. Soprano.
Alberto: Príncipe heredero. Enamorado de Margot y protector de Romo. Barítono (salvo en la versión de Tino Folgar).
Romo: Mozo sin personalidad enamorado de Margot. Tenor
Cabo Stock: Ayudante del príncipe Alberto. Barítono o Bajo.

CONCERTANTE



DUO COMICO



MIS OJOS DE VER LOS TUYOS/RENATO CESARI

ALMA DE DIOS


Comedia Lírica en un acto, dividido en cuatro cuadros. Texto original de CARLOS ARNICHES y ENRIQUE GARCÍA ÁLVAREZ.Música de JOSÉ SERRANO.Estrenada el 17 de diciembre de 1907 en el Teatro Cómico de Madrid.
La zarzuela ALMA DE DIOS, titulada comedia lírica de costumbres populares, fue estrenada el 17 de diciembre de 1907 en el Teatro Cómico de Madrid. El éxito fue de época; la obra se mantuvo en el Cómico tres temporadas seguidas y la compañía de Loreto Prado y Enrique Chicote, entre Madrid y provincias la representaron más de dos mil veces. La prensa se hizo eco unánimemente del colosal triunfo. Parafraseando a Salvador Valverde sabemos que "un auténtico gran suceso de Serrano fue ALMA DE DIOS que se mantuvo tres temporadas….Esa Ezequiela, de belicoso genio, que semeja una furia peleando contra la injusticia, y en el fondo es un "alma de Dios" nos revela la cantidad de espíritu quijotesco que atesora el Madrid popular….Asistir entonces a la "parada" en Palacio (relevo de la guardia), conocer a la nueva soberana y al príncipe de Asturias, y ver a Loreto Prado en ALMA DE DIOS eran atractivos principales de los forasteros por aquellos tiempos.

Pasados los tiempos sigue siendo obra sin desperdicio, y la famosa canción húngara ha sido interpretada hasta por Tito Schipa.

El primer cuadro transcurre sin música. El decorado reproduce dos habitaciones de una casa pobre en los barrios bajos de Madrid. Una de las habitaciones es una cocina, y la otra una sala-comedor mal empapelada. Conocemos al señor Matías, en mangas de camisa, con alpargatas y una gorra vieja. Sostiene en el brazo izquierdo a un niño de pecho, y en la mano derecha tiene un soplillo, con el que hace aire en la hornilla. El señor Matías es un calzonazos, al que tiene dominado la señora Ezequiela, su malhumorada mujer, que en el fondo es una malva. Antes de la presentación de Ezequiela, sale a escena Saturiano "un tío destrozón, como de cincuenta y cinco años, con bufanda, gorra de felpa muy estropeada y una garrota al brazo". Saturiano se quiere unir a la comida y se empeña en hacer una salsa para el cocido. Los dos compadres se ponen a gastar bromas con una vecina y en esto le sorprende Ezequiela, que la arma. En la escena cuarta conocemos a Eloísa, prometida de Agustín, y a la que le han colgado un hijo natural su tía "la señá Marcelina" y su prima Irene que es la verdadera madre. Como Irene está casada con el señor Adrián, la situación tiene que aclararse.

El cuadro segundo transcurre en una sala junto a la sacristía de una iglesia. Se oye un intermedio orquestal y el "Kirie eleison" cantado por el coro. Prosigue con un ensayo de los cantores que van a una celebración "Gracias agimus tibi". Llegan todos los personajes, con escenas cómicas por la oscuridad del lugar. El diálogo entre todos y el sacristán Sr. Orencio, esté lleno de frases graciosas. Por fin, resulta que el niño está inscrito en el libro parroquial como hijo natural de Eloísa Martínez. Eloísa jura su inocencia, y las otras se van triunfantes, mientras, Agustín, siente el amargo desengaño.

El cuadro tercero nos presenta una calle de los barrios bajos de Madrid, con un solar y una casa modesta. En un puesto de castañas, con su garita de tablas, su hornillo y su capazo, está el señor Matías pregonando la mercancía. El señor Matías, siempre pirandón, coquetea con las clientes y canta su canción, acompañándose con el ruido de su fuelle: "Hoy me han dicho dos niñas demimondentes". Ezequiela descubre donde tienen escondido al niño, origen del drama, está en las Cambroneras, en una chabola de gitanos. También descubre los juegos de su marido con una parroquiana y vuelve a organizar la acostumbrada bronca, terminando con un: "¡Cerrao por defunción!"

El cuadro cuarto, en el patio de una casa de gitanos en el barrio de las Cambroneras, los humildes habitantes de aquellas casas viven su vida pobre y alegre: Mary Carmen, está echándose las cartas y luego canta "Envuerto en papel de plata" El tío Zuro es un gitano viejo que compone calderos y que interviene en el canto "Cuando será el día, pon, pon, pon, será er día pajolero", Pepe el Liso le echa pienso a un borriquillo en la cuadra y se queja de que al pobre animal le molestan los golpes del calderero "Oiga, tío Zurito no dé usté más gorpes que tiembla la casa". Sacramento y Rafaeliyo aprenden los secretos del baile gitano "Sortura en los brazos… ¡En los pinrrelitos flesibiliá!.....Ay farruca no me llores". Al pobre señor Matías, que llega para arreglarlo todo, le encaja Pepe el Liso su burro por seis pesetas, sin que el castañero se entere de cómo se lo han vendido. Pero antes está la escena de los húngaros vagabundos, con su oso y sus monos. Uno de los húngaros canta el número que se hizo rápidamente famoso "Canta, mendigo errante". Otra vez el húngaro canta el estribillo "Canta, vagabundo, tus miserias por el mundo" y el coro le responde. Esta es la última música de la obra. Ya solo falta que se aclare todo y, efectivamente, Ezequiela y Eloísa descubren el secreto del niño al que se ha registrado indebidamente. Eloísa y Agustín van a vivir tranquilos, pero la buenísima Ezequiela, también se ocupa de Irene, a la que ha convencido su madre, y que de verdad quiere a aquel hijo abandonado. El señor Adrián, aunque está indignado del engaño, volverá a Irene, por los buenos oficios de Ezequiela.

Índice de escenas

Comedia lírica de costumbre en un acto y cuatro cuadros, con los siguientes números musicales:
Acto único: 1. Preludio. 2. Intermedio. "Kirie eleison". 3 El ensayo de la misa "Gracias agimus tibi". 4. Seguidillas del fuelle "Hoy me han dichos dos niñas demimondentes". 5. Escena "Envuerto en papel de plata……Mi nena cuando se lava en la fuente…..Cuando será er día, pon, pon, pon, será er día pajolero" y baile de la farruca "Ay farruca no me llores". 6. Canción húngara "Canta mendigo errante, cantos de tu niñez".

Personajes
Los principales, de los que intervienen cantando, son:
Ezequiela: Mujer "fuerte y brava" pero buena, casada con Matías. Actriz
Matías: Calzonazos y marido de Ezequiela. Tenor cómico.
Mary Carmen. Gitana. Soprano
Húngaro: Mendigo. Barítono (o tenor)
Tío Zuro: Gitano viejo componedor de calderos. Cantaor o Tenor cómico
Pepe el liso: Gitano. Actor cantante.
Carrascosita: Cantor de iglesia. Tenor cómico.
Don Ramón: Músico de la parroquia. Actor cantante.
Sacramento: Gitana. Actriz cantante.

ALMA DE DIOS





CANCION HUNGARA/PABLO MIRÓ



CANCION HUNGARA/JOSE CARRERAS

jueves

LOS GAVILANES


Zarzuela en tres actos, y cinco cuadros en prosa. Texto original de JOSÉ RAMOS MARTÍN. Música de JACINTO GUERRERO. Estrenada el 7 de diciembre de 1923 en el Teatro de la Zarzuela de Madrid.
La zarzuela LOS GAVILANES se estrenó el 7 de diciembre de 1923 según todas las fuentes consultadas menos el Diccionario de la Zarzuela que señala el 7 de julio de ese año (aunque debe tratarse de un “lapsus” pues en el mismo artículo se escribe el 8-12 como el día siguiente a su estreno). Desde ese día tuvo un gran éxito que ha llegado hasta nuestros días convertida, quizás, en la máxima referencia zarzuelera de su prolífico autor, pese al buen número de obras populares del mismo como luego veremos. Aunque el Diccionario de la Zarzuela señala que tuvo una inmensa fortuna crítica, el desglose que de la misma hace no coincide con tan rotunda afirmación, pues salvo en “ABC” que transmitió parabienes para autores e intérpretes, y en “La Voz” que habla de clamoroso éxito, en los otros medios hubo división de opiniones (pero más afín al dicho taurino de que unos “lo hacían” en su madre y otros en su padre) pues “El Heraldo de Madrid” aunque elogiaba a Guerrero y a los intérpretes opinaba que la obra no había alcanzado la calidad deseada, “El Sol” hablaba de música sin calidad, compendiaba el argumento y concluía que con su explicación bastaba para dar como vista la obra.....y ahorrarse la música, “El Liberal” llegaba a decir que hay en ella más ruido que música y “La Libertad” en lo musical acababa diciendo que “todo lo que oímos es a base de fox-trot, de danzones, marchas, cuando no fados, peruanas o valses de cabaret. ¡Vaya analistas y vaya profetas! Por supuesto que no es Fidelio ni Don Giovanni, pero tampoco se pretendía que lo fuese.
El compositor Jacinto Guerrero Torres, nació en Ajofrín (Toledo) el 16 de agosto de 1895 y murió en Madrid el 15 de septiembre de 1951. Se inició en la música en su pueblo y desde 1904 en Toledo donde fue seise en la catedral y un “todoterreno” como intérprete, pues tocó instrumentos de viento, piano, órgano y violín, hasta que la composición de un HIMNO A TOLEDO propició la concesión de una beca y su traslado a Madrid en 1914. Fue violinista de la orquesta de Teatro Apolo y esto le sirvió para adquirir experiencia teatral y relaciones. Ha sido, junto con Alonso, un músico dotado para logros más importantes pero tentado por el triunfo fácil que le hizo compartir producción de obras muy dignas con otras arrevistadas o directamente revistas, causando con ello daño a la zarzuela. Su catálogo es impresionante, solo detallaré, las zarzuelas de las que conozco que han tenido trascendencia fonográfica, así LA ALSACIANA (1921), LA MONTERÍA (1922), LOS GAVILANES (1923), EL COLLAR DE AFRODITA (de esta obra aun conservo un disco de La Voz de su Amo grabado en 1927, de 78 rpm en que Amparo Saus canta “Java faraónica” y Federico Caballé “Curva de mujer”, ambos dirigido por Guerrero) y MARÍA SOL (1925), EL HUÉSPED DEL SEVILLANO (1926), MARTIERRA (1928), LA ROSA DEL AZAFRÁN (1930), LA FAMA DEL TARTANERO (1931), EL AMA (1933) y EL CANASTILLO DE FRESAS (zarzuela póstuma terminada por amigos del compositor y estrenada en 1951). Con este simple detalle, se ve como, salvo “El Canastillo” la producción importante de Guerrero terminó en 1933, por eso digo que desaprovechó su inspiración en cosas menores que privó a la Zarzuela de otras composiciones de más calado.
El argumento se basa en la vuelta de Juan, un “indiano” a su pueblo de donde marchó joven y pobre sin poder casarse con Adriana; esta, ya viuda, espera que se renueve el amor, pero Juan se fija en su hija Rosaura con la oposición de la pretendida y de su novio Gustavo; a la postre hay final feliz, aunque Juan y Medio hubiera casado a Adriana y Juan. Por tanto mi opinión del libreto es paupérrima y como siempre viene en su defensa una partitura pegadiza, brillante en ocasiones y sensible o apasionada otras, con frecuente intervención de los coros tanto en números propios, así la introducción “Pescador de tu playa te alejas” como en apoyo de los solistas, por ejemplo la introducción al famoso tango milonga “El dinero que atesoro” o la marcha “Amigos siempre amigos”, en cuanto a los solistas destaca “Mi aldea”, el citado “El dinero que atesoro” y el “No importa que al amor mío” todos ellos por el barítono, la delicada romanza de Gustavo “Flor roja” tan querida de los tenores, los dúos de Adriana y Juan “Al impulso de noble ansiedad”, de Adriana y Rosaura “No merece ser feliz” y de Rosaura y Gustavo “Bien sé que nada valgo para ti”, el vibrante concertante “Guarda indiano tu riqueza” estelar para barítono y tenor, o la frase musical identificativa de Gustavo “soy mozo y enamorado” .

Índice de escenas
Zarzuela en tres actos con los siguientes números musicales:
Acto I: 1. Preludio, coro general “Pescador, de tu playa te alejas” y salida de Juan “Mi aldea”. 2. Tenor y coro “Palomita palomita”. 3. Fox-trot de las lloronas “No hay por qué gemir”. 4. Tango milonga “El dinero que atesoro”. 5. Final del acto I “Soy mozo y enamorado” y dúo de Adriana y Juan “Otra vez vuelvo a mirarte”.
Acto II: 6. Escena “Tocad tamborileros” y marcha “Amigos siempre amigos”. 7. Escena de la flor “Flor roja”. 8. Romanza de Juan “No importa que al amor mío”. 9. Final del acto II “Ya los tamborileros tocando están.
Acto III: 10. Escena y coro “Vivan los novios que enamorados”. 11. Dúo de Adriana y Rosaura “No merece ser feliz”. 12. Final del acto III “Flor roja como la sangre”.

Personajes
Adriana: Antigua novia de Juan y madre de Rosaura. Mezzosoprano
Rosaura: Novia de Gustavo pretendida por Juan. Soprano
Juan: Indiano que regresa a su hogar. Barítono.
Gustavo: Novio de Rosaura. Tenor.

MI ALDEA/GUILLERMO OROZCO



EL DINERO QUE ATESORO



FLOR ROJA/ANGELO MARCHESE



NO HAY POR QUÉ GEMIR



FINAL ACTO II/GUARDA INDIANO TUS RIQUEZAS



MI ALDEA/ROLANDO VILLAZON

LA ROSA DEL AZAFRAN


Zarzuela en dos actos, y seis cuadros. Texto original de FEDERICO ROMERO y GUILLERMO FERNÁNDEZ-SHAW. Música de JACINTO GUERRERO.Estrenada el 14 de marzo de 1930 en el Teatro Calderón de Madrid.
La obra obtuvo un lisonjero éxito, repitiéndose varios números y quedando para la antología del género varios de ellos, sobre todo “La canción del sembrador” y “Las espigadoras”, pero destacando también la “Serenata”, el primer “Dúo de Sagrario y Juan Pedro”, la “Romanza de Sagrario”, “La monda de la rosa”, “La Jota Castellana” y dentro de los números cómicos el “Pasacalle” y “La caza del viudo”. Los libretistas se inspiraron en la comedia “El perro del hortelano” de Lope de Vega, pasando a ser Diana, la condesa de Belflor, Sagrario en la zarzuela, Juan Pedro revive al secretario Teodoro y Catalina a Marcela.
En el Libro de la Zarzuela se analiza musicalmente la obra, señalando, en el Acto I, que el preludio, como es habitual en las obras del género, viene introducido por los instrumentos más bullangueros de la orquesta, creando el ambiente propicio para el desarrollo de un drama que siempre viene tejido entre alegrías y tristezas. El coro habitual permite la presentación de los personajes, Catalina “Aunque soy de la mancha” una seguidilla tomada del acervo popular y ya usada por Barbieri en PAN Y TOROS, y Juan Pedro “Aunque soy forastero”, ambas melodías teñidas del color popular y el ritmo vivaracho ya presentado en la introducción. Luego Juan Pedro canta un aire de siembra “Cuando siembro voy cantando” aderezado por un ritmo muy marcado y el tamborileo de los platillos. Es una romanza muy bella que cuenta con la intervención del coro en un logrado juego entre solista y “tutti”. Sagrario y Juan Pedro cantan a dúo su amor mientras suena el arpa y la orquesta prepara un final enfervorizado en el que ambos coinciden en la tesitura más alta. Este fervor contrasta con el tono menor y el ritmo lento del “Nocturno” del pastor y de la “Serenata”. El dramatismo se va tejiendo lentamente a base de disonancias, pizzicato de la cuerda y la melodía destacada del violín. Para orillar momentáneamente la crueldad de las pasiones que se desarrollan en la obra, aparece el dúo cómico de Moniquito y Carmelo, el animado “Pasacalle”. El triángulo y la pandereta son el mejor acompañamiento para el canto de la tabla de multiplicar que se ve contrastada por un destacado ritmo de la cuerda baja. El trío que sigue entre Sagrario, Lorenza y Catalina, viene aderezado por la intervención del coro y una presentación exuberante que en seguida contrasta con la romanza de Sagrario “La rosa del azafrán es una flor arrogante”, momento lento al que de nuevo se opone el cómico de Lorenza “Me casé con un sastre”. El coro aparece haciendo eco a las intervenciones de los solistas y contestando a sus requerimientos. El Acto I finaliza con la intervención de Sagrario y Juan Pedro, en un dúo lleno de referencias folklóricas y pinceladas dramáticas, y el coro que de nuevo presenta el tema del principio de la obra.
El Acto II nos trae de nuevo los aires de fanfarria. El ritmo sincopado y la alegría del dúo cómico entre Catalina y Moniquito. Esta comicidad se ve aumentada en el dúo entre Moniquito y Carracuca, “La caza del viudo”, que empieza siendo lúgubre, con intervención del gong, para desarrollar una comicidad pícara que establece un respito al drama. Acto seguido Sagrario canta su romanza dolorida, “No me duele que se vaya”, acompañada del arpa, y en la que el oboe se encarga de proporcionar el contraste dramático. De nuevo llegan los cantes festivos; el coro y Catalina entonan una canción de espigadores decorada por los platillos y los acordes vivarachos de la orquesta. Esta canción equivale en esta obra al “Ay que ver, ay que ver” de LA MONTERIA o a “Las Lagarteranas” de EL HUESPED DEL SEVILLANO. Su alegría se contagia a Sagrario y Juan Pedro que se incorporan a la fiesta popular en la que se cantan coplas que tienen una clara referencia popular como son las Jotas, en este caso castellanas. El final de la obra está ya muy cerca y de nuevo hace aparición el drama, cantando Juan Pedro “Tengo una angustia de muerte” en una tesitura baja que acrecienta el dramatismo a base del trémolo de los violines y del arpa; ella le responde “Lo que tu quieres decirme ya me lo sé de memoria” estableciéndose un dúo en el que la comprensión va creciendo entre ambos jóvenes. Todo se ha solucionado y es el momento de la alegría; el coro y Rosario cantan un momento lleno de entusiasmo finalizando todo en un “tutti” de tesitura muy alta que pinta con claras pinceladas la felicidad de los protagonistas.
La acción del primer acto se desarrolla en una casa de labradores acomodados. Criados, gañanes y pastores están celebrando la fiesta onomástica del amo. Cantos y bailes animan el cuadro. Juan Pedro, gañán distinguido por su laboriosidad y honradez, entona una copla que la intención enamoradiza orienta hacia Catalina, una criada de la casa. Pero a Catalina también la pretende Moniquito, un joven santero de la ermita, que entra en escena con una urna que protege a un San Roque. Ni el santo le vale a Moniquito en sus galanteos con la criada, que una vez más le rechaza. El tema de conversación de la tertulia es ahora con Generoso, loco porque perdió su hijo, patriota y dadivoso que aparece al frente de su «ejercito carlista», cuyas filas integran todos los críos del pueblo. Sagrario, ama de la casa, defiende al pobre viejo de las cuchufletas de la reunión. Juan Pedro está alegre porque mañana empiezan los trabajos de siembra. Su canción bien clara deja la idea: «Cuando siembro voy cantando porque pienso que al cantar, con el trigo voy sembrando mis amores al azar.» Sagrario se entera por Catalina de que Juan Pedro la ha requerido para platicar: «Con Juan Pedro mejor que con otro. que es un hombre formal. hacendoso, despierto. leal, fino en la palabra... y guapo de verdad», aprueba el ama; pero ordena que Juan Pedro salga aquel mismo día de la casa porque «no está bien mirao en el pueblo que dos novios duerman en la misma casa». Comunica al gañán la decisión de que se marche, pero no sin antes preguntarle cómo explican los hombres el amor. El ama no ha sido nunca novia. Tiene fama de orgullosa y ningún hombre se le acercó nunca para decirle una palabra de cariño. Juan Pedro empieza a explicarse, y pronto Sagrario une su contenida pasión a la de él: «No sé qué penas me están matando. ¡Parecen fogaradas de celos!» El ama pronto descubrió sus sentimientos. Pero Juan Pedro no ha comprendido que las palabras amorosas de Sagrario iban dirigidas a el, y en un encuentro con Catalina le pide una respuesta afirmativa a su amor. La criada ha escuchado el dúo de Sagrario y Juan Pedro, y su intuición de mujer le ha hecho comprender más de lo que el gañán ha entendido en el impulso del ama. Contesta a Juan Pedro con una negativa que decepciona al mozo. Como no habrá noviazgo, no hay ya necesidad de que el gañán se marche de la casa y cuando todos esperan que Sagrario pida a Juan Pedro que se quede, el ama insiste en que se vaya. En el segundo cuadro. Juan Pedro y un grupo de mozos salen de noche a rondar a las mozas. Todos creen que Juan Pedro va a cantar a Catalina, pero el gañán dice que es al ama Sagrario a quien quiere dedicar la copla. Llegan los rondadores a la casa del ama, donde se están realizando las tareas de mondar la rosa del azafrán, a las que cada hombre ayuda a la mujer que pretende. El ama Sagrario trabaja sin ayudador, y Juan Pedro, con intención, canta su copla: «Pero si una mocita no tiene amante, natural es que alguno venga a ayudarle.» Sagrario se ofende y el mozo se cree despreciado por su humilde procedencia: «Que culpa tiene el tomillo de haber nacido tan bajo.» Juan Pedro se ya, y Sagrario, presa de nerviosismo, suspende las faenas.
En el segundo acto, Juan Pedro sale del pueblo, pero vuelve a dar el pésame a Carracuca que enviudó. Confía a Custodia, mujer del pueblo, componedora, que siente añoranza del lugar, y que ha comprendido lo imposible de su intención con el ama. Pero él quiere establecerse y casarse con una mujer del pueblo. Aparece Catalina, y Juan Pedro vuelve a declararle su amor pero súbitamente sale el ama. Respetuoso el gañan, la saluda ceremoniosamente, pero Sagrario le dice que la llame por su nombre porque ya no es su ama. A preguntas de ella Juan Pedro le descubre los sentimientos de amor que hacia ella abrigaba. Sagrario no puede ya mas contener sus impulsos y le dice que ella también le quiere, pero las diferencias de clase les separan. Con rabia le ruega que se vuelva a marchar. «Cásate con otra, si quieres: pero que no la vea yo... porque me da una pena de morirme.» Juan Pedro ha decidido definitivamente alejarse del pueblo, pero ahí esta Custodia que le propone un plan que hará posible el casamiento del ama y el gañan. Solo es necesario que finja ser el hijo perdido de don Generoso. Juan Pedro se muestra reacio ante lo que el cree deshonroso, pero Custodia le hace ver que en la componenda no hay nada malo y que servirá para hacer la felicidad de el, de Sagrario y de don Generoso. Efectivamente, el viejo loco recibe a Juan Pedro con los brazos abiertos, y Sagrario que conoce la verdad, dice que a su «orgullo le basta que los demás se lo crean». Bienvenida sea la estratagema si ella permite al fin, la boda del ama y el gañán.
Índice de escenas
Zarzuela en dos actos con los siguientes números musicales:
Acto I: 1. Preludio y escena “Aunque soy de la mancha….Aunque soy forastero rondo en la villa….No le digas a nadie que nos queremos”. 2. Canción del sembrador “Cuando siembro voy cantando”. 3. Dúo de Sagrario y Juan Pedro “Ama, lo que usted me pide….Manchega, flor y gala de la llanura”. 4. Nocturno “Como soy nena mía pastor de ovejas” y serenata “Hoy es sábado y no quiero dormir en la quintería”. 5. Pasacalle de las escaleras “Dos por dos son cuatro”. 6. La monda de la rosa “De mondar mucha rosa yo no me alabo…La rosa del azafrán es una flor arrogante….Me casé con un sastre”. 7. Final del acto I “Si quieres que te lo diga…Que culpa tiene el tomillo…..Perdone el ama Sagrario, perdone mi atrevimiento”.
Acto II: 8. Dúo cómico “Pero ven acá”. 9. La caza del viudo “Y agora ¿qué vas a hacer?......La Juliana de casarse contigo tie gana”. 10. Romanza de Sagrario “No me duele que se vaya”. 11. Las espigadoras “Esta mañana mu tempranito…..¡Ay ay ay ay, que trabajo nos manda el Señor!”. 12. Jota castellana “Bisturí, bisturí…..Manzanares Manzanares ya no es tierra de manzanos….Quisiera ser tu pañuelo”. 13. Dúo final de Sagrario y Juan Pedro “Tengo una angustia de muerte….Lo que tu quieres decirme”.

Personajes
Sagrario: Rica labradora, enamorada de Juan Pedro. Soprano.
Juan Pedro: Gañán en la finca de Sagrario a quien confiesa su amor. Barítono.
Catalina: Criada de Sagrario a la que pretendió Juan Pedro. Tiple cómica.
Moniquito: Se queda compuesto y sin novia por buscársela a Carracuca. Tenor Cómico.
Carracuca: Viudo en busca de la reincidencia. Tenor cómico.

ROMANZA DE SAGRARIO/JOSEFINA MENESES



CANCION DEL SEMBRADOR/ANGEL CORTÉS



LAS ESPIGADORAS/MARÍA RODRIGUEZ

miércoles

LA CALESERA


Zarzuela en tres actos. Texto original de EMILIO GONZÁLEZ DEL CASTILLO y LUIS MARTÍNEZ ROMÁN. Música de FRANCISCO ALONSO. Estrenada el 12 de diciembre de 1925 en el Teatro de la Zarzuela de Madrid.
El primer acto se desarrolla en el interior de un café. Al alzarse el telón están sentados a las mesas varios comediantes, entre ellos Maravillas, “la Calesera”, tres cómicos, dos jóvenes conspiradores de la libertad, un mozo de café, un hombre embozado, un par de parroquianos y en la puerta de la calle, cantando y rodeado de chiquillería. Perico el ciego con su lazarillo. Maravillas, a su vez canta una de las canciones de ciego, y es jaleada por el público, hasta que una cercana música de bandurrias y guitarras les distrae de su diversión, y escuchan. Se trata de una boda que pasa de largo, llevándose a toda la chiquillería que se entretenía con el ciego. A1volver la quietud los tres cómicos reclaman su sueldo a García, padre de Maravillas. Mas, este confiesa que aún no puede pagarles, y ante la insistencia de los cómicos es su propia hija quien va a defenderle. En aquel preciso instante aparece Gangarilla, novio de Pirulí, otra de las cómicas. Trae una nueva obra que va a ser representada por la compañía, y habla también acerca de los revuelos de la política, pero se interrumpe al reparar en la sospechosa presencia del embozado, que permanece silencioso en su mesa. Manolo, uno de los jóvenes, se acerca al embozado y le pregunta su nombre. Este, sin contestar a la pregunta, le pide la hora, Manolo advierte que de pronto le ha desaparecido el reloj, pero el embozado se lo muestra en la palma de su mano y pregunta a Manolo si aquel incidente es suficiente para identificarle. El embozado se marcha a la calle, y Manolo, aún algo aturdido, se acerca a sus amigos para comunicarles que se trataba del famoso Luís Candelas. Nuevamente enfrascados en la conversación se habla de Rafael Sanabria, revolucionario político de mucho talento, a quien se persigue, y de quien Maravillas está secretamente enamorada. Gangarilla añade que Sanabria va a casarse con la Marquesa de Albar, Maravillas queda asombrada y dolorida, pero sin demostrarlo. De pronto vuelve a acercarse la música de la boda, y entran los novios en el establecimiento. Los cómicos aprovechan la ocasión para unirse a la comitiva y beber gratis. Cuando más entretenidos están, entra Elena, Marquesa de Albar, seguida por su mayordomo, Calatrava. Elena viene en busca de Rafael Sanabria, y al no hallarlo presente decide aguardar. Por medio de un anónimo ha sabido que Rafael tiene amores con Maravillas. Maravillas, al acercarse casualmente por la mesa de Elena, reconoce a la Marquesa, que a su vez sabe quién es “la Calesera” Con ironía celosa se disputan el amor de Rafael, hasta que Maravillas admite su propia derrota y queda llorando con el consuelo de Gangarilla. Entonces, entre ruido de gritos, tiros y cristales rotos, aparece el propio Rafael Sanabria, herido. Elena se adelanta con serenidad y se lo lleva para curarle. Maravillas presencia con dolor la escena. Todos gritan de entusiasmo hacia Sanabria, pero entonces entran Eduardo y Luís Candelas exclamando que les quieren arrebatar la bandera. Rafael no puede levantarse para impedirlo, pero Maravillas echa a correr hacia Eduardo, le arrebata la bandera y marcha hacia el foro. Rafael queda asombrado, mirándola.
El acto segundo se desarrolla en el interior de un teatro, donde los cómicos ensayan una obra. Entre ellos, y disfrazados para representar sendos papeles, se ocultan Rafael y Elena. Un par de policías entran en el lugar con objeto de buscar a Sanabria, y se quedan a ver el ensayo. Este resulta impecable, pero hacia el final irrumpe en escena un cómico que había estado ausente, y en voz alta, saluda por su nombre a la Marquesita de Albar. Los policías comprenden que Rafael no puede andar lejos, y prenden a Elena. Pero entonces, Rafael se despoja de su disfraz y se entrega. El cuadro siguiente nos presenta el interior de la cárcel donde está preso Rafael. Para libertarle, Gangarilla se ha disfrazado de vigilante, y Pirulí y Maravillas, fingiendo ser hermanas suyas, que vienen a hacerle una visita. Al mismo tiempo Elena entrega una carta a su mayordomo, Calatrava, para que logre llevársela a Rafael por medio de Gangarilla. Calatrava confunde a otro vigilante con Gangarilla y como la única solución que le queda es cometer un atraco y dejarse prender para poder ver a Rafael en la cárcel, sale y asalta, a nada menos que al bandolero Candelas. Este, en lugar de pedir auxilio o de agredirle, le entrega una onza de oro y prosigue su camino. Calatrava le reconoce al fin. Mientras, Gangarilla, que ha vertido polvos soporíferos en el vino de los vigilantes, aprovecha la falta de lucidez de éstos para abrir la puerta de la celda de Rafael. Un guardia da la señal de alarma, pero Rafael ha logrado huir.
El acto tercero se desarrolla en el interior de un parador-posada, en la carretera de Francia. Beben y bailan los comediantes. Rafael y Elena tienen proyectado escapar a través de la frontera, mientras Maravillas, en un rincón, está a solas con su dolor. Entra Luís Candelas, y Maravillas, sin poder contener su angustia, le pide urgente ayuda, confesándole que, en un momento de celos, y, por no perder a Rafael, le delató a la policía, que estará próxima a llegar. Candelas promete arreglarlo y va en busca de Rafael. El bandolero entrega a Sanabria un documento mediante el cual puede entrar sin dificultades en Italia, y al abrazarse los dos amigos, en señal de despedida, Candelas extrae el pasaporte de Rafael del interior de su chaqueta. Nada más finalizar esta escena, entra la policía. Candelas es preguntado si es él Sanabria, y el bandolero muestra su pasaporte, que es el de Rafael, quedando prendido en el acto. Todos acompañan a Rafael y Elena en su despedida, y Maravillas queda sollozando, preguntándose si alguien la quiso alguna vez. Y es Luís Candelas, quien, esposado, y al pasar por su lado, dice en un susurro que él la quiso siempre.
Las fuentes consultadas no son muy benévolas con el libreto, atribuyendo todo el éxito a la música de Alonso que construye su obra, sin un verdadero trabajo de cohesión musical, por acumulación de cantables pero con una eficacia total. Arnau se hace eco de la opinión del historiador Martínez Olmedilla quien dice que LA CALESERA se compuso con elementos preexistentes que en improvisada urgencia se encadenan para que la obra resultante pueda ser estrenada por Marcos Redondo, que en aquellos días actuaba en la Zarzuela. Y opina Arnau que “sea como fuere, lo cierto es que LA CALESERA acredita la personalidad de Alonso y todos los números de la partitura se mantienen a un nivel de fuerza expresiva pareja. Desde el “canto a la libertad” tan vibrante; la bella romanza del barítono, nada fácil, y el dúo de sopranos, tan bien cortado, hasta el garboso, arrastrante pasacalle de los chisperos que ha dado la vuelta al mundo, toda la música de LA CALESERA es un primor de inspiración fácil y amable”. Índice de escenas

Números musicales:
Acto I: 1. Preludio, introducción “Tadeo y Doña Carlota” (que glosa el episódico bofetón de la infanta, cuñada de Fernando VII, al ministro Calomarde) y coro general “se casa una maja señores”. 2. Romanza de Maravillas “Todos dicen que te quiero……Corre mulilla torda”. 3. Gavota “Usía no recuerda seguramente”. 4. Terceto de Rafael, Elena y Maravillas “No hay que temer por mi” que desemboca en el Canto a la libertad “No hay bien más hermoso que la libertad……Los esclavos de la tierra”.
Acto II: 5. Dúo cómico de Gangarilla y Pirulí “Es la Pipiripona……pobre sacristán”. 6. Escena “He aquí los nuevos cómicos” y canción de Calatrava “Pim pom, pim pom…. Tu cuerpo gitano”. 7. Dúo de Maravillas y Rafael “El veto a mi amor sincero….Maja ya no puede ser…..Flores de azahar has de ver en tu vida brotar”. 8. Pasacalle “Dice el rey que le debo guardar….Yo no quiero querer a un chispero”. 9. Terceto de Rafael, Maravillas y Elena “¡Atrás, atrás! Nadie ha de osar”. 10. Romanza de Rafael “Sin alma viven los presos”. 11. Dúo cómico de Pirulí y Gangarilla “Críspulo se ha casado….Arremángate pa pasar el río”. 12. Final del acto II “No me cortejes niña por la ventana”.
Acto III: 13. Escena cómica “Por mi dices, Elías…Un fraile del convento salió por vino”. 14. Dúo cómico “Soñé yo anoche”. 15. Racconto de Rafael “Agua que río abajo marchó…..Tu me puedes olvidar, yo jamás te olvidaré”.


PASACALLES DE LOS CHISPEROS



CALESERO CALESERO (ROMANZA)/JOSEFINA MENESES



ROMANZA DE BARITONO



HIMNO A LA LIBERTAD






martes

EL BARBERILLO DE LAVAPIES



Zarzuela en tres actos. Texto original de LUIS MARIANO DE LARRA. Música de FRANCISCO ASENJO BARBIERI. Estrenada el 18 de diciembre de 1874 en el Teatro de la Zarzuela de Madrid.

Se estrenó en el Teatro de la Zarzuela el 18 de diciembre de 1874 (Salvador Valverde cita el día 19) días antes del pronunciamiento militar de Martínez Campos en Sagunto el 29 de diciembre que estuvo a punto de dar al traste con la restauración de Alfonso XII preparada por Cánovas. Fue fruto de la colaboración de Francisco Asenjo Barbieri y Luis Mariano de Larra, iniciada dos años antes con SUEÑOS DE ORO, pero registrándose en el Diccionario de la Zarzuela cierta disparidad en cuanto a los precedentes próximos de esta obra, ya que si por un lado se nos dice en la reseña del Barberillo que Larra desaconseja a Barbieri el “paralelismo” con “Pan y Toros”, por otro lado en la biografía del libretista se indica que se inspiró en el enorme éxito de “Pan y Toros”, relación que yo no veo tan de “causa/efecto” pues esa zarzuela, aunque siempre gozó de éxito, se había estrenado diez años atrás e incluso llegó a ser prohibida en 1867. Siguiendo a Salvador Valverde vemos que se repitió el suceso clamoroso de diez años antes con PAN Y TOROS, y que llegó a tiempo de salvar al teatro de la Zarzuela y al género lírico con esta obra maestra.

La acción transcurre durante el reinado de Carlos III, tras el motín de Esquilache provocado por la prohibición de capas largas y sombreros anchos, fue la época en que se iluminó la Villa y Corte con faroles de aceite y en que se crearon los serenos; ninguna de estas medidas fueron bien acogidas por quien buscaba la complicidad del disimulo y de la oscuridad en apoyo de su impunidad. El argumento, en un ambiente castizo, cuenta, en tres actos, dos historias de amor, una de plebeyos: Paloma y Lamparilla y otra de nobles: la Marquesita (seguidora política de Floridablanca) y Don Luis (partidario y sobrino de Grimaldi, rival político de Floridablanca), todo aderezado de un clima conspiratorio no exento de picardía y de crítica social y política; dichas historias se entrecruzan y se entremezclan con escenas costumbristas.

A esta trama aplica Barbieri una música vibrante, destacan en unos números su brillantez (el preludio y presentación de Lamparilla, las seguidillas etc.....), en otros su sustrato popular (la canción de Paloma, el dúo de Paloma y Lamparilla, el de las majas, las caleseras etc.....) y en todos una orquestación genial, una gracia que no caduca y que componen una obra extraordinaria de las que sin ningún sonrojo pueden competir con buena parte de las óperas.
Indice de escenas

Musicalmente la obra se articula en tres actos y en los siguientes números:
Acto I: 1. Introducción “Dicen que en el Pardo, madre”, presentación de Lamparilla y coro general “Salud, dinero y bellotas”. 2. Presentación de Paloma y coro “Como nací en la calle de la Paloma. 3. Terceto de la Marquesita, Don Luis y Don Juan “Este es el sitio” 4. Terceto de la Marquesita, Paloma y Lamparilla! “¡Lamparilla, ¡Servidor!”. 5. Jota de los estudiantes “Ya los estudiantes, madre” y final del actoI.

Acto II: 6. Escena de los guardias “Aquí está la ronda”, guardias, clientes y mancebos “Pobre Lamparilla” y relato de Lamparilla “Mil gracias vecinos”. 7. Dúo de la Marquesita y Don Luis “En esta casa solariega”. 8. Dúo de Paloma y Lamparilla “Una mujer que quiere ver a un barbero”. 9. Seguidillas “En el templo de Marte vive Cupido”. 10. Final del acto II “La puerta de esta casa.

Acto III: 11. Coro de Paloma y costureras “El noble gremio de costureras. 12. Intermedio orquestal. 13. Dúo de las majas “Aquí estoy ya vestida”. 14. Cuarteto y caleseras “El sombrero hasta las cejas”. 15. Coro de costureras y guardias “Aquí están los que buscamos. 16. Final “Y es necesario pedir perdón” y repetición de las caleseras “En entrando una maja”.

Personajes

Paloma: Simpática costurera enamorada del barbero Lamparilla y protegida de la Marquesita del Bierzo a la que ayuda a salir del enredo político en que se mete. Su papel lo suele cantar una mezzosoprano.
Lamparilla: Barbero y “alma mater” de esta obra. Trapisondista y somático, enamorado de Paloma y por ella le ayuda en la conspiración. Es interpretado por un tenor cómico, con la excepción de Luis Sagi Vela.
Marquesita: Noble que gusta del ambiente popular partidaria de Floridablanca y que conspira contra Grimaldi, pese a estar enamorada de su sobrino Don Luis de Haro. Su papel lo canta una soprano
Don Luis: Sobrino de Grimaldi y rival por tanto de Floridablanca pese a estar enamorado de la Marquesita. El papel lo canta un tenor.
Don Juan de Peralta: Noble conspirador al servicio de Floridablanca. Suele cantarlo un bajo.
Don Pedro de Monforte: Militar al servicio de Grimaldi. El papel lo canta un bajo.

INTRODUCCION Y CORO



PRESENTACION DE LAMPARILLA/RUIZ DEL PORTAL



CANCION DE PALOMA



PALOMA Y MARQUESITA



CORO DE COSTURERAS

domingo

LA LEYENDA DEL BESO


Zarzuela en dos actos, el segundo dividido en dos cuadros, en prosa y verso.
Texto original de ENRIQUE REOYO, ANTONIO PASO DIAZ y JOSÉ SILVA ARAMBURU
Música de REVERIANO SOUTULLO Y JUAN VERT. Estrenada el 18 de enero de 1924 en el Teatro Apolo de Madrid.
Aunque la obra obtuvo éxito, no ha quedado “completa” en el repertorio sino por algún número, concretamente el Intermedio del que son innumerables las versiones que se han grabado, saliéndose incluso de su entorno musical, para llegar al campo de la música ligera, como con “Los Relámpagos” o al de la canción pop como “Mocedades” versión en que además la dotaron de letra con el famoso “Amor de hombre”, osadía que creo que les costó un pleito con Autores. Se aduce por el Diccionario de la Zarzuela, y yo creo en este caso que con razón, que la obra muestra una desigualdad palpable entre los números que la componen, destacando el comienzo con las intervenciones de Iván y Mario “Cantando Amarguras” y “Tras la jauría”, el dúo “Amor mi raza sabe conquistar” no unánimemente elogiado en las fuentes consultadas, la serenata “Oye hermosa prisionera”, la escena de la fragua “Quien trabaja cantando” seguida de la poderosa romanza de tenor “Hecho de un rayo de luna” y por supuesto el genial Intermedio.
La escena representa el parque de un señorial castillo en tierras castellanas. Antes de alzarse el telón se escucha una canción cíngara en la que el cantor expresa amarguras de un constante caminar que alegra solo el amor de la mujer querida. Hacen su entrada en escena Mario -señorito de la heredad- y sus amigos con los que regresa de una cacería para celebrar su próxima boda. Se disponen a comer cuando aparece Juan, el guarda del castillo, quien explica a Mario que una tribu de gitanos ha pedido permiso para acampar en las tierras, de la propiedad. Añade que hace veinte años, cuando esta misma tribu pasó por el lugar, el padre del señorito Mario les dio permiso para pernoctar en sus campos. Tras del guarda han llegado algunos de los gitanos para pedir personalmente permiso. Entre ellos va Amapola, joven y hermosa gitana de la que esta enamorado Iván, perteneciente a la caravana nómada y cuya madre murió en las tierras del padre de Mario durante la acampada de veinte años atrás. La presencia de Amapola ha impresionado al conde Mario, quien concede a los gitanos el permiso para acampar. Una condición impone por su hospitalidad: «que mañana, cuando en unión de estos amigos visite yo vuestro campamento, nos esperéis ataviados con vuestras galas mas vistosas y nos alegréis con vuestros cantos y vuestras danzas». Alesko, jefe de la tribu, accede y Mario les hace pasar al interior de la casa, pero reteniendo en conversación a Amapola, a quien alaba su hermosura y corteja. La escena es vista por Iván, que aparta a la joven de Mario. Mientras éste confiesa que la joven le ha seducido y que «por un beso de su boca seria capaz de la mayor locura», Iván y Amapola se ensartan en una discusión cuya base son los celos de aquel y los deseos de libertad de ésta. Se despiden los gitanos del conde hasta mañana en la fiesta y queda Mario con sus amigos. Pocos instantes después se oye la voz de Amapola pidiendo socorro. El jabalí herido en la cacería ha atacado a la joven que es traída, desmayada, por Mario. Guando recobra el sentido, Mario le declara su pasión, queriendo besarla. Aparece la madre Ulita, hechicera de la tribu, quien detiene a Mario diciéndole que si besa a Amapola encontrara la muerte. Le relata una leyenda que habla de la hermosura que tuvo la madre de Amapola, la cual requerida por un noble renegó de su raza. Marchitada aquella belleza, fue humillada por el hombre que adoró, del que tuvo una hija, Amapola, y con la que, a punto de morir, volvió con los suyos, antes de expirar juró velar por su hija poniendo la muerte en sus labios. Mario no hace caso de la leyenda y pretende besar los labios de Amapola, pero madre Ulita arranca a ésta de los brazos de Mario.

El segundo acto nos muestra el campamento de los gitanos. Se hacen los preparativos para la fiesta, a la que Iván dice no querer asistir. Madre Ulita le hace observar que la pasión del conde por Amapola será cosa pasajera. En cualquier caso, la hechicera defenderá su amor. Llegan Mario y sus amigos, a quienes recibe Alesko. Los aristócratas quieren divertirse y proponen que se les lea la buenaventura, Amapola se ofrece a hacerlo para Mario, pero Iván se interpone. Sin embargo, su actitud violenta es calmada por Alesko y madre Ulita, que piden disculpas al conde. Después de leídas las buenaventuras, los amigos del conde visitan el campamento, quedando aquél rezagado. A solas se encuentra con Amapola. Le propone abandonar a Iván -al que ella teme, pero no ama- y reunirse por la noche en el castillo. Ella asiente y se separan sigilosamente. Empieza la fiesta, en la que Amapola canta y baila una zambra. Iván es calmado en sus celos por madre Ulita. Formula un brindis el conde y ofrece su copa a Amapola para que beba en ella, pero Iván no puede contenerse más y le arrebata la copa, pero una vez más la madre Ulita y Alesko piden disculpas a Mario. En el cuadro siguiente transcurre en el mismo pasaje del primer acto. Es de noche, Mario está atormentado por la duda de si Amapola acudirá o no a su cita. Se siente profundamente enamorado de la joven gitana. Amapola aparece y dice querer a Mario con el temor de perderle. Un dúo de amplia pasión, durante el cual Mario besa a Amapola, es truncado bruscamente por la aparición de Iván en actitud amenazadora. Se interpone madre Ulita que reprocha a Amapola la traición a su raza. La joven comprende la locura que iba a hacer; recuerda el engaño de que fue víctima su madre y parte con los suyos en inacabable camino «que será ahora más triste, porque he visto el amor». Mario la ve marchar, muerta su ilusión de amor.
Índice de escenas
Acto I: 1. Preludio, Iván “Cantando amarguras”, coro general “Caminar sin fin” y Mario “Tras de la jauría”. 2. Canción de Amapola “Caminar sin fin….Mi canción quiere fingir una alegría”. 3. Dúo de Amapola e Iván “Amor mi raza sabe conquistar”. 4. Duetto cómico “Ay sóplame, sóplame, sopla”. 5. Serenata de Mario “Oye hermosa prisionera”. 6. Dúo de Amapola y Mario “Gran Dios, es la gitana….Oye, gitana, la de los ojos negros”.
Acto II: 7. Escena de la fragua “Quien trabaja cantando” y canto al cuchillo “Hecho de un rayo de luna”. 8. Garrotín “Se pone el cuerpo así”. 9. Zambra “Cuando bajo el cielo suena mi cantar”. 10. Brindis “¡Oh licor, que das la vida! 11. Intermedio. 12. Final ¿Vendrás mujer?

Personajes
Amapola: Gitana pretendida por Iván y Mario. Soprano
Coral: Gitana. Soprano
Iván: Gitano enamorado de Amapola. Tenor.
Mario: Conde y señor del castillo que se enamora perdidamente de Amapola. Barítono.
Gorón: Amigo de Mario. Tenor cómico.
Simeona: Novia de un guardia del castillo. Tiple cómica
Ulita: Hechicera de la tribu de gitanos. Actriz.
Gurko: Gitano. Tenor

INTERMEDIO



ZAMBRA



DUO DE IVAN Y AMAPOLA/PLACIDO DOMINGO Y MONTSERRAT CABALLÉ



FINAL

jueves

MARINA


Zarzuela en dos actos, y en verso. Texto original de FRANCISCO CAMPRODÓN
Música de EMILIO ARRIETA. Estrenada el 21 de septiembre de 1855 en el teatro Circo de Madrid.
La obra pese a las buenas palabras previas de Gaztambide, obtuvo una crítica desfavorable hasta el punto que, según La Epoca, “la zarzuela, en lo literario, no era buena ni mala, ni mediana ni superior; pecaba de larga y a la vez de corta; era a la vez ancha y estrecha, alegre y melancólica, modesta y altiva, suave y áspera. En su música no faltaba nada pero sobraba algo” y digo yo ¡Viva el eclecticismo! La obra se mantuvo sólo diez días en cartel, cifra que aun reduce Salvador Valverde que dice que “se le dieron seis representaciones por consideración a sus autores y bajó del cartel, pero…….los que le pusieron el R.I.P. se equivocaron”. Y efectivamente triunfó en provincias y luego también en Madrid, tanto en su primitiva forma como en la definitiva, MARINA transformada en ópera merced a la insistencia del gran tenor Tamberlick, y estrenada en el Teatro Real de Madrid el 16 de marzo de 1871 con la Ortalani en el papel de Marina, Tamberlick en Jorge, Gassier en Roque y Aldighieri en Pascual. El éxito fue clamoroso y prácticamente se ha mantenido desde entonces, no habiendo temporada que se precie que no la programe.
Fallecido Camprodón, asumió el nuevo trabajo literario Miguel Ramos Carrión que partiendo de que la zarzuela tenía dos actos, para transformarla en ópera además de la desaparición del texto hablado, en el Acto I se suprimió “Niña de los ojos negros” un número cantado por Pascual y el coro, y se añadieron un dúo de tiple y bajo y otro de tenor y barítono además de los correspondientes recitativos. El Acto II fue de nueva creación escribiendo Arrieta un preludio, un coral, un concertante con romanza de tiple y un dúo de barítono y tiple que (según Juan Arnau) por su escaso interés, se acostumbra a cortar en todas las representaciones. El Acto III es casi en su totalidad el antiguo segundo acto de la zarzuela, escribiendo el compositor para completarlo un dúo para tiple y tenor y el rondó con que termina la obra.
El argumento es un ingenuo idilio amoroso sin grandes complicaciones. No hay en él pasiones sangrientas ni desbordadas. Marina y Jorge se criaron juntos, como hermanos. Jorge ya es un flamante capitán de barco y Marina sencillamente una mujer. En uno de los viajes de Jorge, un calafate de nombre Pascual pide a Marina en matrimonio. Piensa ella que esta es la ocasión de saber si Jorge corresponde a sus callados sentimientos y ruega a Pascual que sea precisamente al capitán a quien solicite su mano, ya que ella, por ser huérfana, lo considera como su única familia. La llegada de Jorge llena a todos de alegría, y Pascual pide a éste la mano de Marina que, naturalmente le es concedida aunque con el corazón dolorido. Una carta viene a complicar o a arreglar las cosas; Alberto, capitán mercante, entrega a Marina una carta del padre, que ella daba por muerto hacía tanto tiempo. Es una última carta escrita, como despedida, poco antes de morir. Pascual creyendo que se trata de una carta amorosa, se muestra celoso, llegando a dudar de la fidelidad de Marina. Y las cosas se empiezan a arreglar para nuestros protagonistas, que no pudiendo callar por más tiempo, rompen a cantar su amor. Esta pequeña trama, se ve incentivada con un extraño personaje Roque, que está al lado de Jorge y Marina para dar su pincelada entre cómica, cínica y amarga. A crear un cuadro marinero contribuyen las intervenciones del coro.
Al decir de Roger Alier, a pesar de las críticas recibidas como producto italianizado y de que Albeniz llegó a decir que no había en toda la partitura ni un silencio de semicorchea que sea español, Marina tiene un contenido musical muy atractivo que comienza con un preludio instrumental vistoso al que sigue una intervención coral y la barcarola “Brilla el mar engalanado”. Sigue la primera romanza de Marina “Pensar en él” con dos temas de neta inspiración italiana. A continuación se presenta Pascual en su dúo “Yo tosco y rudo trabajador”. Y llegamos a uno de los números más famosos, la salida de Jorge “Costas las de Levante”, aria de carácter luminoso y habitual piedra de toque de los tenores españoles por las grandes posibilidades que ofrece de causar un impacto espectacular con los agudos no incluidos en la partitura pero conservados por la tradición. El aria se completa con una segunda parte evocadora de la navegación “Al ver en la inmensa llanura del mar”. Tras un cuarteto en que destaca el brío del barítono “Con turbión de recio viento” y del tenor “Virgen del alma, no conocía”, se cierra el primer acto por ambos en un dúo en que se combina la dulzura de Jorge “Feliz morada donde nací” con la testarudez de Roque en sus frases “No más, no más mujeres” o “No hay justicia en la tierra”. El segundo acto, tras el preludio, comienza con una barcarola a cargo del coro “Marinero, marinero” que contribuye a que la escena adquiera el ritmo cadencioso que los espectadores de entonces asociaban a las escenas marítimas, seguida de una escena en que Pascual intenta aportar una alegría “Dejad vuestras faenas” no sentida por el coro “La novia no parece muy satisfecha estar” ni por una nostálgica Marina “O grato bien querido”. Termina el acto con un brioso concertante. El tercer acto se inicia con un preludio que pretende ser doloroso y profundo y que incluye un solo de trompa claramente influido por el de la ópera DON PASQUALE de Donizetti, escuchándose ya, a continuación la que ha sido la página más famosa de esta obra, el brindis “A beber, a beber y a apurar” que contiene las hermosas estrofas de tenor “Adonde vais huyendo las ilusiones” y de barítono “De este sabroso jugo la blanca espuma”. En el terceto siguiente se entremezclan la habitual sorna amarga de Roque “Enamórese el que quiera que yo estoy por el licor” con la sensibilidad de Jorge “No sabes tú que yo tenía… En las alas del deseo” y con la tristeza de Marina “Pierde toda esperanza mi pobre amor”; y quedo quedito llegamos ya a dos de los números más famosos de la obra, ambos cantados por el barítono con la intervención del coro, se trata de las seguidillas “No enseñes en la playa la pantorrilla” y el tango-habanera “Dichoso aquel que tiene su casa a flote”, tras el que llega el desenlace del drama, la declaración de amor que se produce en un hermoso dúo de Marina y Jorge “Marina yo parto muy lejos de aquí”, terminando la obra con un rondó “Rayo de luz encantadora” al que se añade una cadencia que es la tradicional de LUCIA DE LAMMERMOOR en que la soprano dialoga con la flauta solista.
Índice de escenas
Acto I: 1. Preludio. Coro de Pescadores “La la la la la” y barcarola de Marina “Brilla el mar engalanado”. 2. Aria de Marina “Pensar en él….Ya sus ojos divisan la playa”. 3. Dúo de Marina y Pascual “Niégame que es tu amante…..Yo tosco y rudo trabajador”. 4. Salida de Jorge “Costas las de Levante….Al ver en la inmensa llanura del mar”. 5. Cuarteto “Seca tus lágrimas….. Serena tu rostro”. 6. Dúo de Jorge y Roque “Se fue se fue la ingrata…..Feliz morada”.
Acto II: 7. Preludio, coro de introducción “Marinero, marinero”, escena “Dejad vuestras faenas……La novia no parece”, y aria de Marina “O grato bien querido”. 8. Final del acto II “Vaya, la gente viene hacia acá”.
Acto III: 9. Preludio. 10. Brindis “A beber, a beber y a apurar”. 11. Terceto “Ya estamos a bordo……No sabes tú que yo tenía….En las alas del deseo” 12: Seguidillas “La luz abrasadora de tu pupila”. 13. Tango-habanera “Dichoso aquel que tiene”. 14. Dúo de Marina y Jorge “Marina yo parto”. 15. Rondó final “Rayo de luz encantadora”.
Personajes
Marina: Enamorada en secreto de Jorge. Soprano
Jorge: Capitán de barco enamorado en secreto de Marina. Tenor.
Roque: Cínico marino amigo de Jorge y desengañado de todo. Barítono.
Pascual: Calafate tosco, rudo, trabajador y…… celoso. Bajo.

COSTA LA DE LEVANTE/ALFREDO KRAUS




FELIZ MORADA DONDE NACI/ALFREDO KRAUS




BRINDIS: A BEBER.../ALFREDO KRAUS




FINAL/ALFREDO KRAUS Y ANA MARIA GONZALEZ


sábado

LA VERBENA DE LA PALOMA


Sainete lírico en un acto, y en prosa. Texto original de RICARDO DE LA VEGA. Música de TOMÁS BRETÓN. Estrenada el 17 de febrero de 1894 en el Teatro Apolo de Madrid.
Según parece el argumento se basa en una historia real ocurrida al cajista de la imprenta en donde Ricardo de la Vega imprimía sus obras y sitúa la historia de amor y celos en los alrededores de la Fuentecilla en donde por lo visto había un boticario verdadero, famoso por sus amoríos en una edad en que estaba ya para retirarse. Con esos mimbre cuajó el autor un sainete “redondo”, prácticamente no hace falta recordar un argumento que está en el alma de Madrid máxime cuando en su título completo LA VERBENA DE LA PALOMA O EL BOTICARIO Y LAS CHULAPAS Y CELOS MAL REPRIMIDOS se condensa todo y así parafraseando a Salvador Valverde, “el primer título -La Verbena de la Paloma- descubre su ambiente, el segundo -El boticario y las chulapas- declara sus personajes, y el tercero -Celos mal reprimidos” denuncia el asunto”. Siguiendo con Valverde, es cierto que el magnífico costumbrista que era Ricardo de la Vega dio a Bretón, personajes, tema y ambiente para trazar una partitura de carácter popular, “a lo Chueca”, pero no es menos cierto que el prestigioso compositor de óperas, los aprovechó en grado sumo, identificándose con ese pueblo altivo y señorial que le servía de modelo y usando un lenguaje musical tocado de la emoción, la gracia y la belleza. El músico sabio y preocupado de la técnica, el operista que muchos consideraban “tedioso”, dio un mentís a sus enemigos, demostrándoles que no era tan difícil hacer música fácil. El la compuso fácil y pegadiza para que el pueblo la cantase, pero sin hacer concesiones al mal gusto. No hay una melodía en su obra que no exprese un sentimiento legítimo del pueblo. Todos los diálogos y dúos de Julián con su madrina y consejera, la señá Rita, llevan el acento de la verdad, persuaden y conmueven hoy como el primer día. Y efectivamente comulgo con eso, para destacar lo mejor de la obra habría que detallar todos sus números y hasta sus recitados sobre base musical como “el bueno está la política” del sereno y los guardias, o la flamenquería de “en Chiclana me crié” o los concertantes de coros y solistas, pero no se puede por menos que señalar el preludio como anunciador y aglutinante de la obra, las seguidillas “por ser la Virgen de la Paloma” auténtico himno de Madrid, la habanera “Donde vas con mantón de Manila”, el quejío de Julián consolado por la señá Rita “También la gente del pueblo” o el dúo entre ambos “Ya estás frente a la casa” y que decir del “tiene razón Don Sebastián” de Don Hilarión seguido de sus celebérrimas coplas “Una morena y una rubia”.
En el Foro Nueva Zarzuela el 27 de abril de 2006 Juan José Rodríguez de los Ríos escribió lo siguiente sobre esta zarzuela “La música de LA VERBENA DE LA PALOMA es de lo más inspirado con que cuenta el género chico, aunque el propio Bretón al colocarse en el foso del Apolo la noche del estreno, comentó en voz baja con notable preocupación: "Me parece que en esta ocasión me he equivocado". Y no es que extrañe su comentario, porque don Tomás había criticado el género de forma espiadada en cuanta ocasión creía oportuna, como uno de los males de la música española de su tiempo. Lo bueno, aún en contra de sus principios, es que Bretón nos legó una partitura tan bien estructurada; verdadero goce del oyente o espectador. El preludio da comienzo con un "presto" del tema del dúo entre Julián y Susana: "¿Dónde vas con mantón de Manila?"; luego le siguen otros temas de la zarzuela, hasta que se retoma el principal para finalizarlo con alguna influencia de Rossini. Alegre es la música del diálogo entre don Hilarión y don Sebastián, que cambia radicalmente cuando intervienen Julián y la Señá Rita, que cuenta con un acompañamiento armonizado muy ricamente. Toda la impotencia causada por los celos de la mujer amada está resuelta de forma magistral por el salmantino, cuando el barítono dice "También la gente del pueblo tiene su corazoncito" y que decir del concertante, en que cada grupo refleja sus propios sentimientos: excepcional. El tema de las seguidillas, cantado por el coro, es vivaracho y alegre; tan popular que asombra en su elegante factura. El monólogo de don Hilarión está concebido -como todos los números de esta joya musical- con un derroche de ingenio en la instrumentación del mismo. De complejo puede denominarse el preludio del siguiente número musical, al que sigue un piano iniciando unas soleares con "cantaora" incluida, que culmina el coro con un tema festivo, culminado por unos compases a gran orquesta. El nocturno con la escena del sereno, los guardias; la estupenda noche que espera don Hilarión; las dos chulapas, etc. resulta tan descriptivo que sobran palabras para ensalzarlo. La culminación de la obra la logra el famosísimo dúo entre los enamorados, aderezado con el complejo concertante en el que se escucha el tema central de la habanera. Según mi opinión, la orquestación de esta obra es muy superior a las que acostumbra el género chico. La gran versión discográfica, también según mi opinión, es la dirigida por Argenta, aunque Césari -en la de Moreno Torroba- seduce por su expresividad, tan matizada como la mayoría de personajes que ha encarnado en disco. LA VERBENA DE LA PALOMA, fue la primera zarzuela que he visto en teatro, allá por el año 1950, ya que mi abuela materna, Marcelina -esposa del músico y cantante José de los Ríos, quien conoció a Bretón en 1900- era una apasionada del género, y siempre llevaba al pequeño Juanjo a cualquier manifestación musical que acontecía en el ferrolano Teatro Cofre”. Sirva esta cita como testimonio de simpatía a su autor.
Índice de escenas
Acto único: 1. Preludio. 2. Escena “El aceite de ricino”. 3. Canción de Julián “También la gente del pueblo” y concertante. 4. Seguidillas “Por ser la Virgen de la Paloma”. 5. Coplas de Don Hilarión “Tiene razón Don Sebastián”. 6. Soleares “En Chiclana me crié”. 7. Nocturno “Buena está la política”. 8. Escena y mazurca “Oh que noche me espera”. 9. Dúo de la Señá Rita y Julián “Ya estás frente a la casa”. 10. Habanera concertante “Donde vas con mantón de Manila”. 11. Final “Por ser la Virgen de la Paloma”.
Personajes
Julián: Cajista de imprenta y enamorado de Susana. Tenor o barítono.
Don Hilarión: Viejo boticario. Actor cantante.
Don Sebastián: Amigo de Don Hilarión. Actor cantante.
Susana: Enamorada de Julián. Soprano.
Casta: Hermana de Susana. Soprano.
Señá Rita: Mujer del tabernero, madrina y protectora de Julián. Mezzosoprano.
Tía Antonia: Tía de Casta y Susana, algo alcahueta. Actriz cantante.
Tabernero: Actor cantante.

SEGUIDILLAS





SEGUIDILLAS Y HABANERA



DON HILARION



DONDE VAS CON MANTON DE MANILA