jueves

LA PARRANDA


"La Parranda", zarzuela en tres actos, con texto original de LUIS FERNÁNDEZ ARDAVIN y música de FRANCISCO ALONSO.
Estrenada el 26 de abril de 1928 en el Teatro Calderón de Madrid.
La obra

Se estrenó en el Teatro Calderón de Madrid, el 26 de abril de 1928, según viene avalado por el Diccionario de la Zarzuela y por la autobiografía de su principal intérprete Marcos Redondo, sin embargo en el Libro de la Zarzuela figura como fecha de su estreno el 18 de abril y en la biografía del Maestro Alonso de José Montero Alonso el 24 de abril.

Según el ilustre barítono fue un gran éxito, pero “ni mucho menos igualado al de LA CALESERA que adquirió caracteres de apoteosis, por eso yo hablaría de un “segundo estreno” esta vez en el Teatro Romea de Murcia el 23 de febrero (no se asusten ustedes) de 1929 en que un comienzo frío por parte del público se transformó en delirio a raíz del Canto a Murcia. Es curioso que sus autores no tenían mucha fe en el triunfo de la obra en su “ambiente natal” pues ya “El Liberal” murciano se hizo eco de los contradictorios comentarios que se produjeron y que iban desde esperar de la zarzuela un exaltado canto a Murcia hasta decantarse porque “se quisiera jugar con el público de Murcia” y cuenta Redondo que el Maestro Alonso le iba preparando el terreno para escurrir el bulto, cosa que se materializó y se dio a conocer mediante un telegrama recibido dos horas antes de la representación. La realidad es que esta zarzuela reportó a sus autores más dinero y fama que La Calesera, y Marcos Redondo confiesa que nunca dejó de representarla en una gira hasta su retirada en 1957.

El Canto a Murcia se convirtió desde entonces en el himno oficioso de Murcia y a su primer intérprete se le ha venerado desde entonces no sólo en Murcia capital sino también en Cartagena, a pesar de los clásicos “celillos” entre ambas poblaciones (en ambas tiene dedicadas sendas calles), claro que el supo cultivar esta “devoción” en sus frecuentes giras a aquella región en donde incluso contó con “pandas de auroros” auténticos en sus representaciones de esta obra.

El compositor
Francisco Alonso, nació en Granada el 9 de mayo de 1987 y murió en Madrid el 18 de mayo de 1948. De 1900 datan sus primeras obras conocidas, estrenadas en Las Escuelas del Ave María del Padre Manjón, poco después en 1903 es nombrado director de la Orquesta Filarmónica de Granada y de la Banda de obreros polvoristas de El Fargue (según el Diccionario de la Zarzuela en 1906). En 1911 marcha a Madrid aunque nunca perdió su idiosincrasia “granaína”, pues prácticamente fue embajador de Granada en Madrid.

Imposible relacionar ni siquiera un porcentaje considerable de sus obras, solo citaré entre las zarzuelas LA LINDA TAPADA y LA BEJARANA (1924), CURRO EL DE LORA y LA CALESERA (1925), LA PARRANDA (1928) y LA PICARONA (1930); y entre las Revistas, LAS CORSARIAS (1919), LAS CASTIGADORAS (1927) y LAS LEANDRAS (1931), entre otras composiciones destaca la famosísima MAITECHU MÍA y EL HIMNO DE LA EXPOSICIÓN IBEROAMERICANA DE SEVILLA (1929) reliquia recientemente desenterrada por Blue Moon al incluirla en los 5 CDs de Miguel Fleta.

Compositor chispeante y brillante que yo creo que pudo alcanzar más calidad de habérselo propuesto pero, como a Guerrero y otros, le atrapó el éxito pronto y fácil, con apresuramiento salvado sólo por su inspiración (consta que los ensayos de La Calesera empezaron sin haber acabado los números musicales, entre ellos el famoso pasacalle y más todavía la romanza final para Marcos Redondo cuya frase musical “tu me puedes olvidar, yo jamás te olvidaré” pasó de las musas al teatro unos días antes del estreno) desembocando en la Revista que en definitiva dañó a la Zarzuela, y eso que aquellas Revistas eran muy superiores a las que les sucedieron. Por eso me hace gracia que “sea políticamente correcto” asimilar lo zarzuelero con su predominio en una determinada época de España, más o menos desde los felices 20 hasta la mediación de la dictadura franquista, cuando, a mi parecer, precisamente la Zarzuela ha sido víctima y no verdugo de la situación vivida en esos años por la música en España.

El argumento, intranscendente como los de muchas zarzuelas que triunfaron, trata del amor de Aurora y Miguel estorbado por un pretendiente en poder de un secreto con el que chantajea a la pareja, con final rocambolesco pero feliz.

Este drama infumable se salva por la inspiración musical, distribuida en 14 números, algunos de ellos basados en el tipismo murciano y estructurados en coros con o sin solistas, como “Festejando la flor primera”, “Campanitas de la ermita” o “Los auroros de la Cofradía”, otros de carácter cómico, el Dúo de Aurora Miguel que quizás sea el único número musical que tiene algo que ver con el argumento, pues los demás podrían pertenecer a cualquier obra de ambiente murciano. Destacan fundamentalmente el “Canto a Murcia” precedido de las seguidillas “Las estrellas del cielo son ciento doce”, y “La canción del platero” cuyo texto, no la música, procede del acervo cultural murciano del que también lo había recogido Joaquín Nin para componer EL PAÑO MURCIANO una canción que cantó Fleta y más recientemente Victoria de los Angeles.

Índice de escenas

Acto I: 1. Coro de huertanos “Festejando la flor primera”. 2. Coro de botijeros “Aquí estamos los tres botijeros”. 3. Dúo de Aurora y Miguel “Miguel yo no te creía”. 4. Nocturno y copla “Pensamiento que vuelas”. 5. Terceto cómico “Mira que arracadas”. 6. Ronda “Las estrellas del cielo son ciento doce”. 7. Canto a Murcia “En la huerta del Segura”.
Acto II: 8. Mozas y comadres “Aquí sale la novia más rebonita”. 9. Ronda de las solteras “Un regalo a la novia”. 10. Escena y coplas del quisiera “Boda de rumbo”. 11. Canción del platero “Óyeme mujer”. 12. Las parrandas “ponerse en fila”.
Acto III: 13. Salve de Auroros “Los Auroros de la cofradía”. 14. Final “Todos dicen que tienes”.










CANTO A MURCIA-CARLOS ALVAREZ



miércoles

LA DOLOROSA


"La Dolorosa" es una zarzuela de ambiente aragonés en dos actos, el segundo dividido en tres cuadros, con exto original de JUAN JOSÉ LORENTE y música de JOSÉ SERRANO, estrenada el 23 de mayo de 1930 en el Teatro Apolo de Valencia.

Llegó al Teatro Victoria de Madrid el 24 de octubre, ya con la aureola del éxito del estreno y de su paso por Zaragoza. Recorrido en el que Emilio Vendrell y Cora Raga (incorporada en Zaragoza) se llevaron los máximos laureles, sin olvidar a Pablo Hertzogs y a los “cómicos” Trini Avelli y Anselmo Fernández. A lo largo de los años se han lucido muchos grandes cantantes con esta zarzuela como queda reflejada en la amplia fonografía que acompaña a esta reseña.

“El Libro de la Zarzuela” nos enseña que el tema del amor y el dúo trágico de Rafael y Dolores sirven de pilares para levantar el edificio de la zarzuela que, gracias a la bondad de la labor musical y literaria, obtuvo amplio éxito desde el día de su estreno y no ha dejado de estar presente en todos los repertorios. Una introducción evocadora del tema del amor, variado y apenas insinuado, nos anticipa lo que va a venir. La orquesta es utilizada al modo de las grandes oberturas de zarzuela; acto seguido Rafael explica al prior la razón del cuadro que está pintando; Fray Lucas le interrumpe por un cierto deje melancólico que intuye en su voz; el tratamiento orquestal es, en este caso, más simple, limitándose a doblar la melodía, cosa que también hace con Perico y Nicasia en el dúo cómico; un cambio frecuente de familia instrumental sirve para aligerar la partitura y otorgarle la comicidad de la que la melodía está bastante huera. Suena luego el oboe melancólico que juega con el canto de cuna de Dolores; toda la crueldad y esperanza están contenidas en la combinación de ambas líneas melódicas.

En el segundo acto, se encuentran Rafael y Dolores. La pieza “Déjame besar tu mano generosa” de Dolores expresa la tragedia de ambos. Cuando todo parece estar destinado al fracaso la orquesta se dispara en una apoteosis de esperanza, tan frecuente en las obras de Serrano, evocadora de posibles soluciones; se trata de un crescendo al que se suman todos los instrumentos con aire de jota, tema que más tarde reaparecerá en el momento oportuno. Pero la solución todavía tiene que elaborarse; los violoncelos introducen la sospecha de que se acerca el momento crucial; el prior echa a faltar la presencia de Rafael; sobre la base de un texto cargado de musicalidad el prior canta la famosa romanza sobre el amor. Mientras tanto la duda anida en el espíritu de Rafael; oye cantar y tocar la rondalla callejera; es un tema alegre y popular que se va mezclando con el tañer de las campanas y el tema trágico de su propia situación, y canta “Dios mío ten piedad de mi”. De nuevo surge la apoteosis orquestal que parece ser el eco de la propia esperanza. Rafael se confiesa al prior “La mujer que fue mi vida” tema cercano al anterior y que deriva en el tema del amor cantado antes por el prior. Todo está ya decidido; Rafael sale del convento; la alegría del camino reencontrado se manifiesta en la canción “Esperanza muerta sube hasta los cielos”. Fuera hay boda; Nicasia y Perico se casan; la rondalla sigue sonando y el jolgorio se vuelve esperanza al reencontrarse Rafael y Dolores mientras la música se funde en el tema del dúo trágico del primer cuadro.

El pintor Rafael, abrumado por un gran desengaño amoroso, buscó el refugio en un convento de Cartujos, pintando, ahora, un lienzo para él mismo. Se trata de la Virgen de los Dolores, que, sin él quererlo, recuerda a la mujer que acapara su pensamiento. El Prior y Fray Lucas llegan de dar un paseo, y aquél le pide a Rafael le explique el motivo de su obra pictórica, lo que hace en una sentida romanza. Hay un duetto cómico entre Perico y Nicasia, en el que la muchacha le manifiesta sus proyectos matrimoniales con gran alborozo de Perico. Se presenta Dolores, la antigua novia de Rafael, con un hijo en los brazos, y que sufre ahora el desprecio del hombre que la sedujo. Sigue un dúo entre Dolores y Rafael que le aconseja vuelva al hombre que la sedujo, a lo que ella se opone con firme energía. El padre prior en una bella romanza, quiere explicarse el caso del hermano Rafael, pretendiendo “adivinar el sufrimiento de ese pobre soñador”. Desenlace que tiene lugar cuando el hermano Rafael le ruega le escuche en confesión, al término de la cual el Prior le dice que se retire a descansar y que al día siguiente podrá abandonar el convento. En el día de la fiesta de la Virgen Labradora, Rafael y Dolores sienten renacer el impulso de su antiguo amor.

Índice de números musicales:
Acto I: 1. Preludio y relato de Rafael “La roca fría del Calvario”. 2. Dúo cómico “Ya verás cuando me ponga….Nicasia, Nicasia, Nicasia”. 3. Nana “Duerme mi tesoro” y escena.
Acto II: 4. Dúo de Dolores y Rafael “Déjame besar tu mano generosa”. 5. Romanza del prior “Me da mucho que pensar….El amor es un veneno de un poder fatal”, Jota “Clavellina de la huerta” y confesión “Falta una campanada…..La mujer que fue mi vida….Pecador, la fe si es pura”. 6. Intermedio. 7. Cuadro final “Dejo tu sombra, santa mansión….Esperanza muerta sube hasta los cielos……Fuente clara y milagrosa de la vida”.









viernes

HOMENAJE AL MAESTRO GUERRERO


Jacinto Guerrero nació el 16 de agosto de 1895 en Ajofrín, Toledo. Inició sus estudios musicales en la Catedral de Toledo como infante de coro bajo la dirección del músico catalán Lluis Ferré. Gracias a una beca de la Diputación Provincial de Toledo pudo seguir estudiando en Madrid, donde fue alumno de Conrado del Campo en el Real Conservatorio.
Algún tiempo después ingresó como músico en la Orquesta del Real Tetro Apolo hasta que alcanzó la dirección de su orquesta. En 1921 estrena en Barcelona su primera zarzuela importante La Alsaciana. Al año siguiente estrenó en Zaragoza La Montería y en 1923 estrena Los Gavilanes en el Teatro de la Zarzuela de Madrid.
En 1926, El Huesped del Sevillano, estrenada en el Teatro Apolo y con texto de Juan Ignacio Luca de Tena y Enrique Reoyo tuvo un tremendo éxito. Continuó con obras como Martierra (1928), La Rosa del Azafrán (1930), La Fama del Tartanero (estrenada en Valladolid en 1931), Sole, La Peletera (1932) y El Ama (1933). Tras la Guerra Civil estrena Canción del Ebro (1941), Tiene Razón Don Sebastián (1944) y Los Países Bajos (1949).
Además hace incursiones en la revista de la que destacan grandes éxitos como El Sobre Verde y Los Bullangueros (1927), Abajo las Coquetas y La Orgía Dorada (1928), Miss Guindalera (1931) ¡Gol! (1933), La Media de Cristal (1942), ¡Cinco Minutos Nada Menos! (1944), La Blanca Doble (1947), Tres Gotas Nada Más (1950) que estuvieron mucho tiempo en cartelera.
En 1948 fue nombrado presidente de la Sociedad de Autores Españoles. Fue comendador de las Órdenes de Isabel la Católica y de Alfonso X el Sabio, y medalla del Trabajo de 1ª clase. Falleció en Madrid, el 15 de septiembre de 1951 a causa de una intervención quirúrgica.
He aquí un homenaje al gran compositor toledano, donde se repasan algunos fragmentos de su espléndida obra musical.

















miércoles

EL AMOR BRUJO


Manuel de Falla (Cádiz, 1876 - Alta Gracia, Argentina, 1946, fue, con los catalanes Isaac Albéniz y Enrique Granados, el tercero de los nombres que conforman la gran trilogía de la música nacionalista española. Fue también uno de los primeros compositores de esta tradición que, cultivando un estilo tan inequívocamente español como alejado del tópico, supo darse a conocer con éxito en toda Europa y América, y con ello superó el aislamiento y la supeditación a otras tradiciones a que la música hispana parecía condenada desde el siglo XVIII.

Nunca fue un compositor prolífico, pero sus creaciones, todas ellas de un asombroso grado de perfección, ocupan prácticamente un lugar de privilegio en el repertorio. Recibió sus primeras lecciones musicales de su madre, una excelente pianista que, al advertir las innegables dotes de su hijo, no dudó en confiarlo a mejores profesores. Tras trabajar la armonía, el contrapunto y la composición en su ciudad natal con Alejandro Odero y Enrique Broca, ingresó en el Conservatorio de Madrid, donde tuvo como maestros a José Tragó y Felip Pedrell.

La influencia de este último sería decisiva en la conformación de su estética: fue él quien le abrió las puertas al conocimiento de la música autóctona española, que tanta importancia había de tener en la producción madura falliana. Tras algunas zarzuelas, hoy perdidas u olvidadas, como Los amores de Inés, los años de estudio en la capital española culminaron con la composición de la ópera La vida breve, que se hizo acreedora del primer premio de un concurso convocado por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Aunque las bases del concurso estipulaban que el trabajo ganador debía representarse en el Teatro Real de Madrid, Falla hubo de esperar ocho años para dar a conocer su partitura, y ello ni siquiera fue en Madrid sino en Niza.

La madurez creativa de Falla empieza con su regreso a España, en el año 1914. Es el momento en que compone sus obras más célebres: la pantomima El amor brujo y el ballet El sombrero de tres picos (éste compuesto para cumplimentar un encargo de los célebres Ballets Rusos de Serge de Diaghilev), las Siete canciones populares españolas para voz y piano y la Fantasía bética para piano. Su estilo fue evolucionando a través de estas composiciones desde el nacionalismo folclorista que revelan estas primeras partituras, inspiradas en temas, melodías, ritmos y giros andaluces o castellanos, hasta un nacionalismo que buscaba su inspiración en la tradición musical del Siglo de Oro español y al que responden la ópera para marionetas El retablo de maese Pedro, una de sus obras maestras, y el Concierto para clave y cinco instrumentos. Mientras que en sus obras anteriores Falla hacía gala de una extensa paleta sonora, heredada directamente de la escuela francesa, en estas últimas composiciones su estilo fue haciéndose más austero y conciso, y de manera especial en el Concierto.

"El amor brujo" no es una zarzuela, es un ballet, pero la maravillosa "Danza del fuego" bien se merece este espacio.
Breve argumento:
Amor, baile y muerte. Estas son las tres claves de "El amor brujo". Carmelo está enamorado de Candela, cuyo padre le ha arreglado el matrimonio con José, siguiendo la ley gitana. José, que sigue viendo a su amante Lucía aún después de casado, muere apuñalado poco después, de lo que es acusado Carmelo, quien pasa cuatro años en la cárcel. Al regresar al poblado, Carmelo ve aterrado cómo Candela baila cada noche con el espíritu de José en el lugar en que fue asesinado. Una hechicera recomienda a Carmelo que baile con Candela la danza del fuego, para apartar de ellos al espectro que les separa. Fracasan en el intento, y la única solución es que la que fue amante de José en vida lo sea también en la muerte.
El siguiente resumen aparece en la partitura publicada de El amor Brujo:

Candelas, una joven muy bella y apasionada, ha amado a un gitano malvado, celoso y disoluto, pero fascinante y lisonjero. Aunque ha llevado con él una vida infeliz, le amó intensamente y lamentó su pérdida, incapaz de olvidarle. El recuerdo que guarda de él es como un sueño hipnótico, un hechizo mórbido, horroroso y enloquecedor. Está aterrada por el pensamiento de que el muerto quizá no se haya ido del todo, de que puede regresar y que continúa amándola a su modo feroz, sombrío, infiel y acariciante. Se vuelve víctima de sus pensamientos del pasado, como si estuviera bajo la influencia de un Espectro; sin embargo ella es joven, fuerte y vivaz. La primavera vuelve y con ella el amor, en la figura de Carmelo. Carmelo, un galán apuesto, joven y enamorado, trata de seducirla. Candelas no es reacia a ser conquistada y casi inconscientemente responde al amor, pero la obsesión de su pasado pesa contra su actual inclinación. Cuando Carmelo se acerca a ella y trata de hacerla compartir su pasión, el Espectro regresa y aterroriza a Candelas, a la que separa de su amante. Los amantes no pueden intercambiar el beso del amor perfecto.

Carmelo se va y Candelas languidece y se marchita. Se siente como embrujada y su amor pasado parece revolotear pesadamente a su alrededor en la forma de murciélagos malévolos y agoreros. Pero este hechizo malvado debe ser roto y Carmelo cree haber encontrado un remedio. En otro tiempo él fue camarada del gitano cuyo Espectro ronda a Candelas. Sabe que el amante muerto era el típico galanteador andaluz infiel y celoso. Como parece conservar, aun después de muerto, su gusto por las mujeres bellas, debe ser sorprendido en su lado flaco y de este modo apartado de sus celos póstumos, con el fin de que Carmelo pueda intercambiar con Candelas el beso perfecto contra el cual no tiene poder la brujería en contra del amor.

Carmelo persuade a Lucía, una joven gitana encantadora-mente bella, amiga de Candelas, que simule aceptar los avances del Espectro. Lucía, por cariño a Candelas y por curiosidad femenina, acepta. La idea de flirtear con un fantasma le resulta atrayente y novedosa. ¡Y además, en vida el muerto había sido tan jovial! Lucía ocupa el puesto del centinela. Carmelo regresa a seducir a Candelas y el Espectro interviene -pero se encuentra con la encantadora gitanilla y no puede ni quiere resistirse a la tentación-, pues él no sabe decir que no a la atracción de una cara bonita. Comienza a seducir a Lucía, engatusándola e implorándole, y la coqueta joven gitana le lleva casi a la desesperación. Mientras tanto, Carmelo logra convencer a Candela de su amor y la vida triunfa sobre la muerte y sobre el pasado. Los amantes por último intercambian el beso que derrota la influencia maligna del Espectro, el cual perece, definitivamente conquistado por el amor.

Historia:
El ballet El amor brujo fue compuesto por Manuel de Falla, entre noviembre de 1914 y abril de 1915. Moreno Ballesteros dirigió el estreno en Madrid, el 15 de abril de 1915. Posteriormente Falla revisó la obra. La primera presentación en forma de concierto de la versión definitiva fue interpretada el 28 de marzo de 1916 por la Orquesta Filarmónica de Madrid, dirigida por Bartolomé Pérez-Casas.

En 1907, Falla emprendió lo que se suponía iban a ser vacaciones de una semana en París, pero se quedó tan encantado con la capital de Francia que terminó permaneciendo allí siete años. La primera obra que escribió a su regreso a España fue el ballet El amor brujo, compuesto en el momento en que estaba terminando Noches en los Jardines de España. De hecho, el movimiento de tango del ballet fue originalmente concebido como parte de Noches.

El incentivo de El amor provino de Pastora Imperio, una cantante y bailarina que deseaba una pieza en la que pudiera expresarse en ambas especialidades. Ella se dirigió a Falla y al dramaturgo Gregorio Martínez Sierra. Los dos hombres se interesaron en el proyecto. Sierra proporcionó un escenario basado en una historia folclórica auténtica. La Imperio pertenecía a una familia de gitanos, varios de los cuales tuvieron participación en el estreno. La madre de la artista instruyó a Falla con respecto a las canciones folclóricas y las leyendas gitanas, su hermano bailó el papel de Carmelo y su cuñada e hija también aparecían en la producción.

Como inicialmente la obra fue un fracaso, tiempo más tarde el compositor volvió a escribirla, combinó sus dos escenas en una sola, amplió su conjunto de cámara a una orquesta y eliminó varias canciones y recitados. La nueva versión se escuchó en concierto en 1916, pero debió esperar para una producción escénica hasta 1925, cuando fue interpretada en París por la célebre bailarina La Argentina. Falla extrajo una suite orquestal del ballet omitiendo los números vocales.

A través de sus canciones y danzas populares, El amor brujo refleja el misticismo de la cultura gitana. Particularmente española es la manera en la que las "fuerzas brutas de naturaleza incorregible", como el biógrafo de Falla, Burnett James, explica el simbolismo del Espectro, son aplastadas por "la firmeza de la mente y del espíritu humano", que están representados por el amor de Carmelo y Candelas. Como lo explica James:

La música surgió de las raíces y de las canciones y de las danzas de los gitanos andaluces y lleva en ella la mayor parte del tiempo una cualidad extrañamente primitiva; o más bien, un tipo de elementalismo emocional y espiritual contenido dentro de un envase técnico y estilístico altamente sofisticado. Hay también un sabor oriental frecuente, que no debe sorprender en vista de los muchos aspectos del flamenco que se sabe y se reconoce que derivan de lo oriental... Falla comprendió, aunque todavía no había estado allí, las diferencias significativas entre Andalucía y la Andalucía gitana y compuso de acuerdo con ello. Pero el compositor no utilizó ni una sola tonada tradicional, andaluza o gitana, aunque empleó con gran habilidad y comprensión varios de los ritmos de la danza popular.

En cuanto al material temático, se mantuvo fiel a su propia creencia de que la música folclórica es más valiosa para el músico cultivado que no usa tonadas folclóricas auténticas, sino que llega a "sentir" su espíritu y esencia y de este modo les permite inspirar sus propias composiciones, pero no apoderarse de ellas... El carácter místico, misterioso y modal de El amor brujo imprimió un sello particular en esta música, pues derivaba del propio corazón de la materia que fue su objeto.

El título "El amor brujo" recibe habitualmente en inglés el nombre de "Amor, el Mago", pues de hecho el español es intraducible. La ambientación es probablemente la costa sur de España, cerca de Cádiz. Tanto en su título "La historia del pescador" como el tango de Cádiz de siete tiempos en el movimiento "Pantomima" sugieren fuertemente esta ubicación.


lunes

ODON ALONSO


Hijo del también director de orquesta Odón Alonso González, fue uno de los más importantes directores de orquesta españoles de la segunda mitad del siglo XX.

Tras pasar por el Conservatorio madrileño y la Facultad de Filosofía y Letras, recaló en Siena, Salzburgo y Viena. En 1950 fue nombrado director musical del Coro de Cámara de Radio Nacional de España, y, siete años después, del Teatro de la Zarzuela. En 1960 se responsabilizó de la Orquesta Filarmónica de Madrid antes de incorporarse a la Orquesta Sinfónica de Radio Televisión Española. Cuando abandonó esta se hizo cargo de la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico y del Festival Casals.

También dirigió las restantes orquestas españolas y otras de Austria, Italia, Francia, Portugal y de diversos países americanos. Fue titular de la cátedra de ópera y oratorio de la Escuela Superior de Canto de Madrid. Fue obsequiado con la medalla de honor de la SGAE y el título de "Oficial" de la Orden de las Artes y las Letras francesas.

Fue hijo adoptivo de Puerto Rico y recibió la Orden de Cisneros, la encomienda de número de la Orden de Isabel la Católica, la medalla de oro de Unicef y la medalla al mérito artístico y cultural de la Universidad Complutense de Madrid. En el año 1977 fue nombrado mejor director español del año por la revista RecordsWorld.

Hasta su fallecimiento dirigía el Otoño musical soriano, festival celebrado todos los meses de septiembre en la capital de Soria en el entorno del Centro Cultural Palacio de la Audiencia, cuyo auditorio principal recibe el nombre Auditorio Odón Alonso.

El 9 de febrero de 1995 fue nombrado Hijo Adoptivo de la Ciudad de Soria. En el transcurso de la clausura del Otoño musical soriano, en su edición de 2008, la decimosexta, el Alcalde de Soria, Carlos Martínez, anunció que una de las plazas principales de la ciudad recibiría el nombre del maestro.

Falleció en la madrugada del 21 de febrero de 2011 en una clínica madrileña, a la edad de 85 años. El 22 de febrero de 2011, el Ayuntamiento de Soria acordó concederle la Medalla de Oro de la Ciudad y dedicar a su memoria el festival del que fue alma mater.


miércoles

PEDRO LAVIRGEN


Tenor
Bujalance (Córdoba), 1 de agosto de 1930

Muchas veces se ha dicho que para una voluntad firme no existen los obstáculos. En la mayoría de los casos encierra una gran verdad. Para demostrarlo está la personalidad de este admirable tenor, que logró superar un gran problema físico desde su niñez. Gracias a su esfuerzo y estudio, logró salir del anonimato del coro para convertirse en un cantante por todos aplaudido.

Pedro Lavirgen nació en Bujalance (Córdoba) el 1 de agosto de 1930. Su disposición musical se manifestó desde la niñez porque canturreaba cualquier música que escuchase. Cursó la instrucción primaria y finalizada la Guerra Civil, al regresar con su familia al lugar de origen, del que se habían visto desplazados durante la contienda, sufrió una caída del camión que los conducía. La lesión le afectó a una de sus piernas. Por falta de tratamiento adecuado la esperada mejoría no se produjo. Lo recibió después, en la clínica de los Hermanos de San Juan de Dios, en Córdoba, y durante los tres años que permaneció allí formó parte del coro, en el que llegó a solista. Puede decirse que desde ese momento manifestó su decidida vocación por el canto.

Con el título de maestro nacional, profesión que habría de ejercer durante seis años, marchó a Madrid para ocupar plaza como interino. Mientras daba clases a los alumnos se examinó para ingresar en el Coro de Cámara de Radio Nacional de España. En él se encontraban figuras, luego famosas, como Inés Rivadeneyra, Isabel Penagos y Teresa Berganza. Durante algún tiempo tuvo que alternar la docencia con el canto. Abandonó la escuela y se hizo corista en el Teatro de La Zarzuela. A la vez, estudiaba música en el Conservatorio y arte escénico en la Escuela Superior de Arte dramático. Tuvo entonces la suerte de conocer a Miguel Barrosa, maestro de canto, que antes había sido tenor muy apreciado en Italia durante veinte años, y este fue quien formó a Lavirgen como cantante, facilitándole el triunfo definitivo en la ópera. Tras permanecer en el coro tres años, consiguió presentarse como primer tenor. Fue el 12 de julio de 1959, y por un accidente fortuito, cuando la Compañía del Teatro de La Zarzuela se encontró de pronto sin tenor para cantar MARINA en el Teatro Fleta de Zaragoza. Pedro Lavirgen salió de las filas del coro, comprometiéndose a interpretar la difícil y primordial parte del tenor. Seguidamente cantó diversas zarzuelas hasta que en 1964 José Tamayo le contrató para la denominada “Compañía Lírica Amadeo Vives” en calidad de primer tenor.

En 1964 se trasladó a Milán para estudiar a fondo el repertorio operístico, en el que hizo su entrada interpretando AIDA en el Teatro Bellas Artes de México. En 1965 canta TURANDOT en el mismo teatro, con Birgit Nilsson y Montserrat Caballé. El 12 de diciembre de 1964 se produce su debut en el Gran Teatro del Liceo de Barcelona con CARMEN, ópera que pocos han podido superarla desde los tiempos de Fleta, por su dramatismo y pasión. A partir de ese día actuó en tan prestigioso escenario durante diecinueve temporadas consecutivas, record no igualado por cantante alguno. Y, por fin, el 5 de febrero de 1976 se presentó en la Scala cantando AIDA con Montserrat Caballé y Piero Cappuccilli como importantes compañeros de reparto. Las esperanzas del antiguo corista se cumplieron. Los triunfos se fueron multiplicando: PAGLIACCI en la Staatsoper de Viena, donde actuará durante doce temporadas consecutivas; TOSCA en el Metropolitan de Nueva York, la misma temporada en la que también lo hicieron Jaime Aragall y Plácido Domingo; I VESPRI SICILIANI en el Colón de Buenos Aires y TURANDOT en la Scala de Milán. En los años siguientes las Termas de Caracala en Roma, la Arena de Verona, San Francisco, Munich, Berlín y muchos más teatros que haría esta relación interminable. Las óperas que principalmente compusieron su repertorio fueron: CARMEN, AIDA, TURANDOT, LA FORZA DEL DESTINO, PAGLIACCI, CAVALLERIA RUSTICANA, LUCÍA DE LAMMERMOOR, IL TROVATORE y OTELLO.

El 19 de mayo de 1991, en una de sus últimas apariciones, tomó parte en la Gala de Inauguración del Teatro de la Maestranza de Sevilla, en un concierto en el que actuaron casi todos los cantantes españoles de rango internacional.

Ha recibido a lo largo de su brillante carrera innumerables galardones entre los que se cuentan los Premios Nacionales de Teatro de 1963 y 1972; la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes de Madrid en 1967; la Medalla de Oro del Círculo de la Opera de Mexico en 1965; la Medalla de Oro del Gran Teatro del Liceo de Barcelona en 1969; el Verdi de Oro de Palma en 1973 y el Premio internacional Jussi Bjoerling de Módena en 1977. Posteriormente, desde 1978, simultaneó sus actuaciones con la cátedra de canto del Real Conservatorio de Madrid, hasta julio de 1995.

Para quienes deseen recordar su arte, diremos que pueden revivirlo escuchando sus grabaciones de zarzuelas, óperas y canciones populares, porque Pedro Lavirgen, siempre fiel a lo que los autores escribieron, sin usar recursos fáciles en busca de lucimiento, fue siempre exigente consigo mismo y dio, sin limitaciones, todo cuanto tiene en cada interpretación. Por eso sus generosidad vocal, sus apasionados acentos, han producido siempre encendidas ovaciones.

Zarzuelas completas:

Doña Francisquita (Cofrade). Ed.: Montilla (1958)
El húsar de la guardia, La linda tapada. Ed.: Columbia (1959)
Luisa Fernanda, Los gavilanes, Doña Francisquita, La eterna canción, La Dolorosa, Bohemios. Ed.: Hispavox (1960-1967)
Me llaman la presumida (1972), Maruxa (1974). Ed.: Columbia

Fragmentos y selecciones:

"Romanzas de zarzuela”: El último romántico, La alegría de la huerta, El carro del sol, El huésped del sevillano, Black el payaso, La Dolores, Doña Francisquita, La bruja, Los de Aragón, La tabernera del puerto, Cádiz. Ed.: Hispavox (1967)
“Antología viva de la zarzuela”: Alma de Dios (1979). Grabación realizada en la Plaza de Toros Monumental, de Madrid, y distribuida en exclusiva por “El Corte Inglés”.
“Nueva Antología de la Zarzuela”: La tabernera del puerto, La bruja, La Dolores. Ed.: Victoria (1983). En directo desde el Teatro Monumental de Madrid.

PAXARIN (LA PICARA MOLINERA)



NO PUEDE SER (LA TABERNERA DEL PUERTO)



EL DÚO DE LA AFRICANA, CON JOSEFINA MENESES



JOTAS DE "LA BRUJA" Y "LA DOLORES"

sábado

RICARDO JIMENEZ


Tenor nacido en Pontevedra el 29 de octubre de 1937. A los tres años se trasladó a Madrid para iniciar sus estudios en las Escuelas Pías de la capital, ingresando al mismo tiempo en el coro de dicho colegio. Sus estudios de solfeo comenzaron a los 12 años en el Real Conservatorio de Música y Declamación, y a los 17 empezó a estudiar canto con Carlota Dahmen, hasta los 23 años. Un poco desilusionado por la poca atención que aquí encontraba decidió abandonar sus estudios y marchar a Alemania, donde efectuó varios recitales con extraordinario éxito de prensa y público. A su vuelta reemprendió los estudios musicales con Marimí del Pozo, y fue entonces cuando surgió la oportunidad. En 1972 se dio a conocer en toda España a través de la pequeña pantalla, en el programa-concurso “La gran ocasión”, en el cual, y tras reñida competición con grandes cantantes, resultó vencedor absoluto. Inmediatamente Juan José Seoane, director de la Compañía Lírica Isaac Albéniz le contrató como solista; debutó sobre un escenario en Puertollano, en 1973, como “Jorge” en MARINA. Ese mismo año afrontó por vez primera un papel operístico: el “Duque de Mantua” en RIGOLETTO.

Los éxitos de los primeros años, en la mayoría de teatros españoles, hacen que sea reclamado por el madrileño Teatro de La Zarzuela para debutar en 1978 con DOÑA FRANCISQUITA. Con posterioridad cantó en múltiples producciones de ese teatro en calidad de primer tenor: JUGAR CON FUEGO, LA BRUJA, EL HUÉSPED DEL SEVILLANO, LA LEYENDA DEL BESO, LA MEIGA o EL BARBERILLO DE LAVAPIÉS. En 1981 participó en el estreno absoluto de FUENTEOVEJUNA, de Manuel Moreno Buendía, en el mismo escenario.

El “Caballero Des Grieux” de MANON, de Massenet, fue el personaje que encarnó en su presentación italiana en la temporada 1980-81 del Teatro Regio de Parma. En 1982 José Tamayo lo llamó para formar parte de su ANTOLOGÍA DE LA ZARZUELA, con la que debutó en el Teatro Monumental de Madrid, interviniendo con esta misma compañía en diversos teatros americanos de Cuba, Venezuela, Panamá, Costa Rica, Ecuador, Santo Domingo y Colombia. Posteriormente en 1983, debutó con este espectáculo en el Châtelet de París. Ese mismo año hace su debut en Wiesbaden, Colonia y Frankfurt, con LUCIA DI LAMMERMOOR, LA TRAVIATA y RIGOLETTO.

Ha intervenido en múltiples festivales operísticos a lo largo de todo el territorio nacional, entre los que destacan el Teatro Campoamor de Oviedo con LUCIA DI LAMMERMOOR y RIGOLETTO, y en la Plaza Porticada de Santander en 1981 con RIGOLETTO. Ha cantado también obras como MADAMA BUTTERFLY, MACBETH y el MISERERE, de Hilarión Eslava, en Sevilla y Cádiz en 1984.

Grabaciones de zarzuela:

“El triunfador del concurso de TVE”: La pícara molinera, El trust de los tenorios, La meiga, Valencia (La bien amada). Ed.: Philips (1972).

“Diez joyas de la zarzuela”: La Dolorosa, El huésped del sevillano (Canción y romanza), Los de Aragón, El último romántico, Doña Francisquita, El caserío, La alegría del batallón, Alma de Dios, Luisa Fernanda. Ed.: Philips (1974).

“Grandes romanzas de zarzuela”: La picarona, El trust de los tenorios, El último romántico, Marina (Brindis y Dúo 1er. acto, con Antonio Lagar), El milagro de la Virgen, Doña Francisquita, El huésped del sevillano, La villana, La pícara molinera. Ed.: Dial-Diapasón (1981).

“Antología de la Zarzuela”. Grabación en directo desde el Teatro Monumental de Madrid. Ed.: Victoria (1983).

DUO DE "LA TABERNERA DEL PUERTO"




JOTA DE "EL TRUST DE LOS TENORIOS




ROMANZA "ADIOS GRANADA" DE "LOS EMIGRANTES




"ROMANZA DE DUPONT" DE "BLACK EL PAYASO"




ROMANZA DE LEANDRO DE "LA TABERNERA DEL PUERTO"


PLACIDO DOMINGO


En la historia de la lírica siempre hubo cantantes españoles de altísima calidad que están en la memoria de todos. Refiriéndonos sólo a los tenores, ¿cuándo han coincidido en el tiempo cinco verdaderamente eminentes, acaparadores de las carteleras en los principales teatros de ópera? ¡Nunca!

Una de esas relevantes figuras es la de Plácido Domingo, admirable cantante de poderoso aliento, temperamento apasionado, timbre subyugante, sonido bellísimo, pureza de tono y fraseo atractivo; voz importante, en suma, de acentos heroicos y fuego dramático cuando el personaje lo exige, y acariciadora y dulce si en otro momento lo requiere. Este singular tenor, al igual que les sucedía a los antiguos, canta todo y lo canta bien, por su gran preparación musical y su acertado concepto de la declamación lírica. Es un “spinto” de amplias facultades porque puede ir del “sí” natural y alcanzar, sin esfuerzo el “fa” sobreagudo con pureza cristalina, como hacía Hipólito Lázaro.

Plácido Domingo Embil, hijo de Pepita Embil y Plácido Domingo, célebres cantantes de zarzuela, nació en Madrid el 21 de enero de 1941. Marchó a los pocos años a Hispanoamérica donde sus padres iban a realizar una gira por aquellas tierras con la Compañía de Moreno Torroba. Finalizada ésta, decidieron permanecer en México encabezando una Compañía Lírica y en esta ciudad se hizo el futuro tenor. No necesitó esforzarse mucho porque todo fue llegando de manera natural. Asistía a las funciones en las que actuaban sus padres, y el mundo de la música, hacia la que mostraba clara disposición, se le fue haciendo familiar. Valga como muestra que una noche salió del teatro tarareando el intermedio de EL CASERÍO que acababa de escuchar. Tenía sólo cinco años.

Al tiempo que cursaba los estudios primarios comenzó a estudiar solfeo con el maestro Manuel Barajas y subió por primera vez al escenario para interpretar los papeles de niño en algunas obras. Ya siendo mocito, aunque la voz no estaba formada, comenzó a cantar zarzuelas como barítono. En los años siguientes su temperamento inconstante le llevó de una a otra actividad. Fue jugador de fútbol, quiso ser torero, intervino en comedias musicales como MY FAIR LADY, acompañaba a cantantes en las “boites” y hasta recibió ofertas para hacer cine. Por entonces, un amigo le sugirió que probase suerte en la ópera. Aunque Plácido pensó que no tenía voz para ello, aprendió varias arias y dio una audición en la Academia de la Opera de México. Gustó, pero el profesor le dijo que no era barítono sino tenor. Animado comenzó a estudiar en esta cuerda, además de piano, armonía y dirección de orquesta con Igor Markevitch. Tenía que dominar la voz y la forma de utilizarla. Cantaba bien, pero fallaba en el registro agudo. Tuvo que ir construyendo su instrumento vocal día a día y al fin lo logró.

Su debut como tenor tuvo lugar en 1958 en Veracruz con el papel de “Javier” en LUISA FERNANDA. Contrajo matrimonio con una estudiante del Conservatorio a la edad de dieciséis años, unión de la que nació su primer hijo. Con menos de un año de convivencia conyugal, la pareja decide separarse, divorciándose dos meses después.

Durante los años 1959, 60 y 61 hizo multitud de comprimarios sin salir de México. Fue “Borsa” en RIGOLETTO, el “Emperador” en TURANDOT, “Arturo” en LUCIA DI LAMMERMOOR, “Gastone” en LA TRAVIATA, el “Remendao” en CARMEN, “Casio” en OTELLO, el “Abate” en ANDREA CHENIER, “Spoletta” en TOSCA, “Goro” en MADAMA BUTTERFLY y muchos más. En total hizo cerca de sesenta partes de tenor secundario, y tuvo la oportunidad de cantar al lado de artistas de la fama de Cornell MacNeil, Giuseppe di Stefano y Manuel Ausensi. Su primer papel de protagonista fue el “Alfredo” de LA TRAVIATA que cantó en Monterrey.

En esta situación se hallaba cuando le dijeron que en el Teatro de la Opera de Tel-Aviv necesitaban un tenor, una soprano y un barítono. Habló de ello a Marta Ornella, que ya era su mujer desde el 1 de agosto de 1962, y juntos marcharon a Israel. Fue el 21 de diciembre de 1962. El contrato era por seis meses y permanecieron dos años y medio. En ése tiempo Plácido Domingo cantó 280 funciones y Marta 150 hasta que ésta sacrificó su carrera a favor de la de su marido. Tel-Aviv significó el más duro y fructífero de los aprendizajes sin dejar de estudiar. Cantó un extenso repertorio que después habría de prodigar por el mundo. De ahí arranca el Plácido Domingo que todos admiramos.

En 1967 se presentó en el Metropolitan como “Mauricio” en ADRIANA LECOUVREUR. Desde entonces no ha dejado de aparecer, temporada tras temporada, en el gran coliseo neoyorquino, cuya temporada de ópera ha inaugurado en numerosas ocasiones.

La presencia de sus padres en Barcelona, en el escenario del Gran Teatro del Liceo, la noche del 11 de enero de 1975, fue motivo de un sentido homenaje filial que les tributó el tenor dirigiendo desde el podio la zarzuela de Amadeo vives DOÑA FRANCISQUITA, en la que ambos cantantes actuaron junto a Angeles Chamorro,, Evelio Esteve y Conchita Panadés, en una velada que pasó a los anales zarzuelísticos del coliseo barcelonés.

Operas claves y muy importantes en su carrera son: DON RODRIGO en el Nueva York City Opera (22 de febrero de 1966) que le abrió todos los teatros de los Estados Unidos; AIDA en Hamburgo; DON CARLO en Viena; UN BALLO IN MASCHERA en Berlín, ópera que tuvo que aprender en tres días; ADRIANA LECOUVREUR en el Metropolitan, para sustituir en tres cuartos de hora a Franco Corelli; TURANDOT en la Arena de Verona, con Birgit Nilsson; HERNANI en la Scala, abriendo la temporada; LA GIOCONDA en La Zarzuela de Madrid; MANON LESCAUT en el Liceo; LA FORZA DEL DESTINO en el Colón de Buenos Aires; IL TROVATORE en la Opera de París; TOSCA en el Bolshoi de Moscú y PARSIFAL en Bayreut. Desde entonces ha recorrido varias veces estos teatros en distintas temporadas; se ha puesto al frente de las orquestas en muchas ocasiones; ha grabado infinidad de discos de índole diversa y sigue en primera línea sin ceder un punto. Impresiona a los auditorios por el realismo de sus interpretaciones y el color y la belleza de su voz. Tras más de treinta años de carrera pocos o ninguno puede igualarle. Es tan grande su prestigio, tan extraordinario su arte que Zeffirelli dijo de él: "Plácido es un equilibrado artista dramático que canta". Y el propio tenor ha tenido por lema a lo largo de su vida la palabra vasca “aurrerá” que quiere decir ¡adelante!.

1991 es una fecha muy significativa en su carrera, al cantar por primera vez PARSIFAL, en La Scala y bajo la dirección de Riccardo Mutti. Igualmente es destacable su primer “Siegmund” en DIE WALKÜRE en la Opera de Viena en 1992, y su debut en Bayreuth, que tuvo lugar con PARSIFAL en julio de 1993. Plácido Domingo, después de agotar el repertorio italiano y francés, ha incorporado varios papeles wagnerianos, con lo que se consagra como uno de los escasísimos cantantes latinos que ha triunfado en dichos roles cantados en alemán.

En el año 2000 tomó posesión de la dirección artística de la Opera de Los Angeles. Gran embajador de la música española en todo el mundo, Domingo ha empuñado recientemente la batuta para dirigir el primer disco de zarzuela del mexicano Rolando Villazón.


ROMANZA DE JAVIER (LUISA FERNANDA)



NO PUEDE SER (LA TABERNERA DEL PUERTO)



CANTO A LA ESPADA (EL HUESPED DEL SEVILLANO)

miércoles

ALFREDO KRAUS


Las Palmas de Gran Canaria, 24 de noviembre de 1927
Boadilla del Monte (Madrid), 10 de septiembre de 1999
Alfredo Kraus dijo: “La voz es el instrumento más difícil que existe, porque ni la oyes, ni la tocas, ni la ves”. Nada más cierto. Ese instrumento natural hay quien lo toca bien y quien lo toca mal. Todo depende de la perfección con que lo maneje, de la técnica adecuada y del sentimiento que ponga en la ejecución. Si suena sin calidad, no es culpa del órgano sino del que lo utiliza. Voces poderosas han sido un fracaso, y voces pequeñas han deleitado a miles de espectadores durante años. La voz de Alfredo Kraus iba del “do” grave al “mi” sobreagudo, de gratísimo timbre y volumen suficiente. Sin su indudable talento no hubiera sacado de ella el enorme partido con el que nos ha admirado a lo largo de su dilatada carrera.
Alfredo Kraus Trujillo nació en Las Palmas de Gran Canaria el 24 de noviembre de 1927. Vio la luz en la Casa de Colón del barrio de Vegueta porque allí estaban las instalaciones del diario “Las Provincias” que dirigía su padre. Don Otto Kraus era un austriaco asentado en Canarias desde el año 1914. Después contrajo matrimonio con la canaria Josefa Trujillo y se nacionalizó español. Ambos tenían bonitas voces y en reuniones familiares, con los amigos de la casa, solían cantar. Las veladas privadas en las casas de las grandes familias de Las Palmas, sirvieron de plataforma para que el joven Alfredo también lo hiciera tempranamente y se matriculara en el coro del colegio Corazón de María de Las Palmas. Puede decirse que allí nació su inclinación por la música. Más tarde se incorporó a otra coral: la de la Sociedad Filarmónica, en la que figuró como segundo tenor solista. Apareció por primera vez en escena como uno de los peregrinos de TANNHÄUSER. Al tiempo que participaba en conciertos y funciones benéficas cursó el bachillerato y terminó la carrera de Perito Industrial. Todos cuantos le escuchaban alababan su voz y acabaron convenciéndole para que se dedicara seriamente a la ópera.
En 1949 marchó durante unos meses a estudiar canto en Barcelona. Continuó sus clases en Valencia, mientras hacía la Milicia Universitaria. En 1955 se trasladó a Milán para perfeccionar los conocimientos adquiridos. Provindencial sería la forma en que conoció la misma semana de su llegada a Milán a María Llopart, hermana de la reputada maestra catalana Mercedes Llopart, lo que inmediatamente determinaría su aceptación como alumno. Completada una formación canora de primer orden, que nunca dejó de estudiar y perfeccionar, participó en el Concurso Internacional de Canto de Ginebra. Él y Teresa Berganza ganaron las Medallas de Plata. Este éxito le valió su primer contrato para el Teatro de la Opera de El Cairo, interpretando RIGOLETTO y TOSCA. Y de ahí arranca su envidiable carrera y la conquista de teatro tras teatro en una constante superación. El 31 de mayo de 1956 debutó en La Fenice de Venecia en LA TRAVIATA, siendo la primera vez que cantaba el rol de “Alfredo”, pronto uno de sus personajes más representativos. Al restaurarse en 1956 el madrileño Teatro de La Zarzuela, cantó en él DOÑA FRANCISQUITA, la única zarzuela que ha representado en un escenario, a pesar de haber grabado varias.
El 28 de marzo de 1958 le llegó la gran oportunidad. Para sustituir al tenor anunciado cantó LA TRAVIATA en el Teatro San Carlos de Lisboa al lado de la mítica María Callas. El éxito alcanzado fue importante y antes de acabar el año lo repitió en el Liceo de Barcelona con RIGOLETTO. Desde entonces usó mucho tacto, mucho conocimiento, y se impuso la ardua tarea de perfeccionar su órgano vocal. Consiguió de él que respondiera a cuanto le solicitaba. Fue su dueño absoluto, no su esclavo.
En 1959 interpretó LUCÍA DI LAMMERMOOR en el Covent Garden de Londres junto a Joan Sutherland. El 26 de febrero de 1960 fue su debut en La Scala de Milán con LA SONAMBULA, dirigida por Antonino Votto, con Renata Scotto. Cuando en 1965 da a conocer LA FAVORITA en este mismo teatro, su consagración sería ya plena.
En años sucesivos llegó a cantar hasta treinta y siete óperas. Fue el “Almaviva” de EL BARBERO DE SEVILLA, el “Octavio” de DON GIOVANNI, el “Pinkerton” de MADAMA BUTTERFLY y el “Rodolfo” de LA BOHÈME. Conforme iba dominando y puliendo su estilo, redujo el repertorio a quince óperas. Entre ellas se cuentan FAUSTO, ROMEO Y JULIETA, LUCIA DI LAMMERMOOR, LA TRAVIATA, LA FAVORITA, LOS CUENTOS DE HOFFMANN, RIGOLETTO, EL ELIXIR DE AMOR, MANÓN, LA FILLE DU RÉGIMENT, LOS PESCADORES DE PERLAS y, sobre todas WERTHER, en la que da la más completa muestra de su arte. Nadie afrontó el repertorio belcantista con más distinción que Alfredo Kraus.
De las actuaciones españolas merecen recordarse los sensacionales PESCADORES DE PERLAS del Coliseo Albia de Bilbao, en 1981, o la no menos notable HIJA DEL REGIMIENTO del Liceo de Barcelona, en 1984.
Alfredo Kraus también fue ganado por el cine sin que, como muchos artistas, se olvidase de esa responsabilidad insuperable que se llama escenario. Gracias al cine la voz de Alfredo Kraus pudo llegar a todos los públicos. La selecta minoría que le admiraba fue agrandándose y le convirtió en una figura auténticamente popular. Si antes esa minoría afirmaba que Kraus era el mejor tenor de España, a partir de la película GAYARRE (1958) la afirmación fue de todos los públicos. La segunda actuación de Alfredo Kraus ante las cámaras fue en EL VAGABUNDO Y LA ESTRELLA (1960).
Después de cuarenta años de actuaciones en los teatros más famosos del mundo, alcanzando triunfos resonantes, Kraus se convirtió en un tenor singular que pasará a la historia del “bel canto” como su mejor cultivador en la época presente. Por ello, el reconocimiento de sus méritos ha sido general. Es “doctor honoris causa” de varias Universidades; Medalla de Oro de la Royal Opera House; Miembro de Honor de la Staatsoper de Viena; Premio Príncipe de Asturias a las Bellas Artes; Medalla de la Gran Orden del Mérito Militar; varios centros y cátedras internacionales llevan su nombre y con frecuencia impartió lecciones magistrales en distintos lugares.
Amaba la ópera y defendió su pureza. Pero por encima de su forma de entender la música defendió su amor a la familia. Viudo desde hacía dos años, el gran tenor canario, honra de España, se fue de este mundo el 10 de septiembre de 1999. “El último romántico” descansa ya junto al amor de su vida.
Zarzuelas completas:
Doña Francisquita, La Generala, Eva. Ed.: Montilla (1958-1959)
La bruja. Ed.: Alhambra (1958)
La tempestad, Marina, La verbena de la Paloma, La Revoltosa, Doña Francisquita, El huésped del sevillano, Bohemios, La Dolorosa, Los de Aragón. Ed.: Carillón (1958-1980)
Katiuska, La tabernera del puerto, Black el payaso. Ed.: Hispavox (1958)
Doña Francisquita (1994), Marina (1999). Ed.: Auvidis
Fragmentos y selecciones:
“Canciones españolas”: La pícara molinera, La bien amada, Los gavilanes, La corte del amor, La alegría del batallón, El trust de los tenorios, Alma de Dios, Doña Francisquita. Ed.: Montilla (1958)
“Romanzas de zarzuela”: La tabernera del puerto, La isla de las perlas, Entre Sevilla y Triana, Black el payaso, Curro Vargas, El huésped del sevillano, El último romántico, Los de Aragón, La Dolorosa. Ed.: Hispavox (1958)
“A Granada”: Emigrantes. Ed.: Carillón (1960)
Canciones de siempre”: Clavellina, La tierra de Venus. Ed.: Carillón (1964)
“Romanzas de zarzuela”: El huésped del sevillano, El guitarrico, Los pícaros estudiantes, La picarona, El caserío, La pícara molinera, Luisa Fernanda, Miguelón, La villana, Sangre de reyes, El trust de los tenorios, La Dolores. Ed.: Carillón (1965)
“Romanzas”: Doña Francisquita, El milagro de la Virgen, La pícara molinera, El guitarrico, La Dolorosa, Los claveles, La alegría del batallón, La tabernera del puerto, El último romántico, Luisa Fernanda, El huésped del sevillano, La meiga, Alma de Dios, El caserío. Ed.: Zafiro-Serdisco (1991)
“Homenaje a Miguel Fleta”: Emigrantes, El trust de los tenorios, La Dolores. Ed.: RTVE-Música (2003)

EL ULTIMO ROMANTICO/"BELLA ENAMORADA"/SOUTULLO Y VERT



MARINA/"A BEBER, A BEBER Y A AHOGAR..."/EMILIO ARRIETA



DOÑA FRANCISQUITA/"POR EL HUMO SE SABE..."/AMADEO VIVES

domingo

LA BODA DE LUIS ALONSO


Sainete lírico en un acto, dividido en tres cuadros, en verso
Texto original de JAVIER DE BURGOS
Música de GERÓNIMO GIMÉNEZ
Estrenada el 27 de Enero de 1897 en el Teatro de la Zarzuela de Madrid.
Sabemos, por Arnau, que de las cuatro secciones en que se dividían las representaciones de género chico LA BODA DE LUIS ALONSO ocupó la segunda, EL BAILE DE LUIS ALONSO la tercera por ser posterior en tema y acción, como primera y última obra se ofrecían dos éxitos de Fernández Caballero CHATEAU MARGAUX y EL PADRINO DEL NENE y como atracción interesante se incluían dos pequeñas secciones de cine, entonces una gran novedad, que se anunciaban no solo como espectáculo, sino como atracción científica, con el nombre del creador CINEMATOGRAFO LUMIERE.

En la obra se presenta al protagonista cuando, ya cincuentón, va a contraer matrimonio con la joven María Jesús que había tenido relaciones con un mala cabeza, Grabié que aunque no intenta impedir la ceremonia sí la quiere estropear. Los padres de María Jesús ven el cielo abierto cuando colocan a su hija con un excelente partido, el profesor de baile que además tiene un padrino rico y poderoso, el señor Paco. En la primera escena en que aparece “Entren ustés señores en este sielo” Luis Alonso se declara rejuvenecido y con ganas de juerga; el señor Paco, por su parte, expresa su convencimiento de que, siendo él el padrino, no puede faltar vino, cante y baile. Los demás esperan la fiesta con gran ilusión y algazara, y llega la aparición de María Jesús vestida de boda, cantando con Luis Alonso el dúo “¡Luis Alonso! ¡Claveyina!” con las inevitables expresiones de “caló” en el lenguaje. En el segundo cuadro, tras el intermedio, la fiesta está en todo su apogeo porque el matrimonio se ha celebrado. Grabié aparece y dice con tremendas palabras que ha debido matar a María Jesús, sus padres y al carcamal de bailarín que se la roba, pero la sangre no llega al río y Grabié se limita por ahora a contarle sus penas a un vendedor ambulante, el tío Cachipuchi. En el cuadro tercero María Jesús canta una preciosa habanera “Manué yo me sofoco” y Luis Alonso participa cantando en la preparación de las parejas que bailarán las boleras.

Y llega el desenlace, Paco huye como alma que lleva al diablo ante el falso rumor de que hay toros sueltos y se lleva un sobresalto mayúsculo al confundir al burro del tío Cachipuchi con un toro. Todo el mundo corre y se pone a salvo. Hasta Luis Alonso, abandonando a la mujer que acaba de convertir en su esposa y que trataba de refugiarse en su hombría, se tira por una ventana. Así es la vida y Paco demuestra sus conocimientos del arte de la tauromaquia…..cuando los toros están lejos; María Jesús, que ya sabe de la vida todo lo que haga falta, finge rubor ante las insinuaciones de su marido; la Picúa y el Chano fingen también una pena enorme al despedirse de su hija, cuando lo que realmente sienten es la alegría de colocarla y el galán, Luis Alonso, se las da de jovencito teniendo ya muchos años encima.

El estreno significó un éxito señaladísimo. El preludio se repitió, y así casi todos los demás números, pero donde el entusiasmo llegó al máximo, con las palmas echando humo y los gritos de ¡bravo! premiando al compositor, fue en el luego famosísimo intermedio.

Se ha dicho que el segundo sainete LA BODA DE LUIS ALONSO es inferior al anterior EL BAILE DE LUIS ALONSO, pese a basarse en los mismos tipos, pero también está lleno de soltura y fluidez en el lenguaje (pueden comprobarlo acudiendo a la página de cantables de Pepi), lo que, a juicio de Arnau, en realidad diferencia ambas obras es la música, pues si en la primera obra Giménez hizo sólo unas ilustraciones musicales para animar la escena, en la segunda puso toda su técnica de compositor y su salero gaditano para escribir una partitura llena de acierto inspirada en temas populares para lograr números que son verdaderas obras maestras de fina raíz andaluza.

Cuenta “El Libro de la Zarzuela” que aunque estrenada con posterioridad a EL BAILE DE LUIS ALONSO, la acción, situada en el Cádiz de 1840, ofrece una situación anterior en la vida del matrimonio protagonista, justamente lo que acontece el día de su boda. Luis Alonso, el maestro de baile más famoso de Cádiz, se ha casado con María Jesús, una mujer bastante más joven que él. La diferencia de edad preocupa al maestro en plena celebración, pues, aunque sabe que su esposa es honrada, en el fondo teme que el matrimonio pueda verse alterado. Sobre todo, porque ha llegado a sus oídos que María Jesús pudo tener anteriormente relaciones con Gabrié. A requerimiento de su marido, la joven niega la verdad de esas relaciones, cosa que, al saberlo Grabié, le ofende y le mueve a urdir una venganza. Por la noche la fiesta de boda llega a su apogeo y se espera de que pase el encierro de los toros por delante de la casa del matrimonio. Gabrié ve en el acto taurino una ocasión para su venganza: lanza la voz de que los animales se han desmandado y cunde la alarma general. Todos los invitados huyen en desbandada y el propio Luis Alonso se tira por una ventana, dejando abandonada a su suerte a María Jesús. Grabié aprovecha entonces la soledad en que la joven esposa se encuentra para reprocharle su conducta. Una vez restablecida la calma, todos vuelven a su sitio. Todos menos Luis Alonso, quien ha recibido un fuerte golpe al tirarse de la ventana y debe ser llevado en una silla entre dos hombres. Su estado es lamentable y no presagia precisamente una buena noche de bodas.

Musicalmente la obra se inicia con unos compases de danza que son seguidos por unas boleras imitadas del siglo XVIII que se hicieron muy famosas como piezas de ballet en España. Una serie de temas con ritmos distintos se suceden formando una partitura llena de encanto con numerosos ribetes de folklore. Comienza con unas escalas ascendentes y descendentes de cinco notas mientras se oye avanzar unas caballerías que frenan en escena. Reaparece el tema de las boleras, con castañuelas en la orquesta. Se inicia la parte vocal con el número a cuatro personajes “Entre ustés señores en este sielo” que cantan Luis Alonso, Paco, Miguelito y Tarugo con bastante gracia. La intervención de María Jesús se produce junto con Luis Alonso, Picúa, Pilili y el coro femenino. Luis Alonso canta, en estilo próximo al cante jondo “Claveyina….mariquilla de mi vía” emprendiendo luego un número de ritmo rápido y gran brillantez en el que intervienen las mujeres y el coro. Sigue el intermedio, página orquestal que se interpreta sola muchas veces, formado por piezas folklóricas que ya aparecían en el preludio y se extienden ahora y son la mejor demostración del garbo de Giménez en un estilo ligero y elegante, personal y sin equivalente en la zarzuela de su tiempo.

El número siguiente “Manué yo me sofoco” es una habanera protagonizada por María Jesús y que empieza con los mismos compases de la introducción. Luis Alonso dispone luego las parejas que han de interpretar la versión completa de las boleras que figuraban en el preludio. Su elegancia y ritmo característico merecen la divulgación que han tenido por lo que son una página orquestal muy frecuentemente interpretada en los repertorios españoles. Un brevísimo final orquestal pone fin a esta pequeña obra maestra del “músico del garbo”.

Índice de escenas

Zarzuela en un acto con los siguientes números musicales:

Acto único: 1. Preludio. 2. Salida de Luis Alonso “Entren ustés señores en este sielo”. 3. Tercero y zapateado “¡Luis Alonso! ¡Claveyina!”. 4. Intermedio. 5. Habanera “Manué yo me sofoco tóo el aire es poco”, y Boleras. 6. El encierro y lucha de Gabrié y María Jesús. 7. Final.

Personajes

María Jesús: Mujer de Luis Alonso. Soprano o mezzosoprano.
Picúa: Madre de María Jesús. Soprano.
Pilili: Amiga de María Jesús. Actriz cantante.
Luis Alonso: Maestro de baile. Tenor.
El Charro: Padre de Maria Jesús. Actor.
Gabrié: Antiguo novio de Maria Jesús. Actor.
Paco: Padrino de la boda, aficionado a los toros y “torero” de boquilla. Tenor.
Miguelito: Amigo de Luis Alonso. Tenor.
Tarugo: Amigo de Luis Alonso. Barítono.

INTERMEDIO CON CASTAÑUELAS



BALLET



GUITARRA

lunes

GIGANTES Y CABEZUDOS


Zarzuela cómica en un acto, con texto original de MIGUEL ECHEGARAY y música de MANUEL FERNÁNDEZ CABALLERO.

Aunque el libreto recayese sobre un tema harto manido como el patriótico e incluso se le achacase la inoportunidad de mentar la soga en la casa del ahogado, al contarnos el infeliz resultado que tuvo el responder con honor a la mendaz provocación de una nación entonces emergente, la música y los intérpretes lograron uno de los mayores éxitos de la historia de la zarzuela. Se puede decir que esta vez hubo casi unanimidad en la prensa, que además personalizó el triunfo, sobre todo, en una cantante: Lucrecia Arana, que recibió los mayores elogios en todas sus intervenciones. La excepción, matizada eso sí, en esta unanimidad se refleja en “El Imparcial” al señalar que “la cosa, en verdad, no es para tanto, y pese a los que confunden la hinchazón con la robustez, a la apoteosis de anoche hay que quitarle mucho -jierro-. Ni tan gigantes, ni tan cabezudos” Pese a todo, y aunque estima que se abusa de la jota, ensalza la romanza de la carta y el coro de repatriados.

Leyendo a Deleito y Piñuela sabemos que “el entusiasmo del público superó a todo lo imaginable. La gente se rompía las manos de aplaudir. Se repitieron todos los números, se ovacionaron todas las decoraciones y todas las escenas”.

La obra es un canto a la bravura aragonesa, una apoteosis de la jota que aparece ya en el primer número “Anda ve y dile al Alcalde” como final a la disputa de vendedoras, resplandece en el tercer número “Si las mujeres mandasen” y estalla en el quinto con la de los de Calatorao “Por ver a la Pilarica” y con la guinda “Luchando tercos y rudos”. Junto a estas páginas, otras memorables como la bizarra romanza de la carta, la apoteósica salve final y, sobre todo, el celebérrimo coro de repatriados que, al decir de Salvador Valverde, “es una marcha lenta, triste, impregnada de cansancio y amargura, donde asoma un instante la jota, con acentos de nostalgia”.
Comienza la acción en la plaza del mercado en Zaragoza, Antonia y Juana, enfrascadas en una sonora disputa, han llegado a las manos, algunas mujeres intentan separarlas, pero la acusación de robo, hecha por Juana a Antonia, vuelve a avivar una disputa que zanja definitivamente el tío Isidro. Antonia se reintegra a su puesto de venta de verduras, entre los comentarios de las mujeres que alaban su carácter alegre, pese a su mal genio. Timoteo, con su uniforme de guardia municipal, informa a las vendedoras que va a aprobarse un nuevo arbitrio, levantando por ello sus más airadas protestas. Aparece Pilar y se confía a Antonia, hace más de seis meses que no tiene carta de su novio que está en la guerra. El tío Isidro regaña a Pilar por haber abandonado sus quehaceres y Antonia, de nuevo, se mete en porfía, con su clientela. Timoteo quiere intervenir, pero se echa atrás porque Antonia es su esposa, llega el Sargento buscando con la mirada a Pilar de quien está enamorado. Regresa Pilar con una carta en la mano, está segura de que es de su novio, pero no sabe leer y la ansiedad la domina. Pascual, un joven serio y trabajador que la quiere con pasión, se ofrece a leérsela, a pesar de los celos que siente. En la carta, el novio de Pilar, Jesús, describe su triste situación, pero renueva también toda su pasión por ella. Pascual se marcha apenado, contrastando con la alegría de Pilar que enseña a todos la carta. Pero el Sargento regresa diciendo que también él ha recibido una carta de su novio, donde le dice que se ha casado con otra, la muchacha no le cree. Se forma un alboroto general cuando los alguaciles presentan a las vendedoras el impuesto anunciado, con las mujeres, atrincheradas entre sus carros de venta y asegurando que si ellas mandaran otra cosa sería el mundo. Los alguaciles se quieren llevar a quien más protesta que es, por supuesto, Antonia, pero Timoteo, al ver a su esposa en tal coyuntura, se pone de parte de las alborotadoras.

Al lado del río, viéndose al fondo Zaragoza con sus torres y cúpulas, van de pesca Timoteo, a quien han cesado de su cargo, y Pascual. Entra un grupo de repatriados, que regresan derrotados en la guerra. Entre ellos, se encuentran Jesús, el novio de Pilar y su amigo Vicente. Todos lamentan el tiempo que estuvieron ausentes y la alegría de reencontrarse con su ciudad, que tanto aman. En la plaza del Pilar, el Sargento encuentra a Jesús que le dice que viene a casarse con su novia. El Sargento dolido se inventa la historia de que Pilar ya es la esposa de un rico indiano, que hizo su fortuna en México. Pero, aragonés hasta la médula, Jesús afirma que ha vuelto para casarse con Pilar y lo hará, aunque tenga que matar a su rival. Una vez que los dos entran en la Basílica, aparece un grupo de baturros que viene desde Calatorao en peregrinación a ver a la Pilarica. Llegan Pilar y Antonia y tras ellas los cabezudos persiguiendo a la chiquillería, y luego los gigantones, al son del tamboril y la gaita. Pese a encontrarse triste, Pilar, en medio del baile y la fiesta, es capaz de entonar una briosa jota. Poco tiempo después, Pilar ha creído oír en el interior del templo la tos de Jesús, que antaño les servía de contraseña. Sospecha que el Sargento la está engañando y le tiende una trampa. Le da a leer la carta que recibió de su novio.

El Sargento cambia el texto a su favor, inventando una posdata en la que Jesús recomienda a Pilar que se case con él precisamente, quemando luego la carta. Pilar reacciona violentamente al descubrir la engañifa y el Sargento, arrepentido, regresa con Jesús dejando para siempre tranquila a la pareja.

Índice de escenas
1. Introducción y disputa “Hay que separarlas, van a hacerse mal”, escena de las vendedoras “Tiene un carácter como una fiera”, salida de Timoteo “Ya Timoteo viene hacia acá” y tiempo de jota “Anda ve y dile al Alcalde”. 2. Romanza de Pilar “¡Esta en su carta! ¡Esta es su carta! 3. Jota “No nos asusta nada en la tierra…..Si las mujeres mandasen” y motín de las mujeres “No hay que ceder, no hay que ceder, hay que luchar”. 4. Coro de repatriados “Por fin te miro, Ebro famoso”. 5. Coro “Zaragoza de gala vestida está”, jota de los de Calatorao “Por ver a la Pilarica”, salida de los gigantes y cabezudos “Cuando era niña y jugaba” y jota “Grandes para los reveses…. luchando tercos y rudos”. 6. Salve “Se marchó de seguro, desesperado”.



ROMANZA DE PILAR "ESTA ES SU CARTA"




CORO DE REPATRIADOS




CORO DE REPATRIADOS Y JOTA




JOTA "LUCHANDO TERCOS Y RUDOS"


BOHEMIOS


Zarzuela en un acto, y tres cuadros. Texto original de GUILLERMO PERRÍN y MIGUEL DE PALACIOS. Música de AMADEO VIVES. Estrenada el 24 de marzo de 1904 en el Teatro de la Zarzuela de Madrid.
El señor Carlos Allen Perkins, al parecer primo de Don Alfonso XIII, no era cantante sino actor, hasta el punto de que antes del estreno el poeta José Jurado de la Parra le endosó estos versos:

El es casi príncipe
casi hace comedias
casi canta y casi
también es poeta.
Es semi de verso
semi de zarzuela.
Lo hace todo, todo,
pero todo a medias.

Sin embargo, según se dijo, hizo una excelente interpretación, y eso a pesar de que “no tenía voz de tenor ni de barítono, pues padecía afonía crónica”. Pues bien, pese a estas perspectivas, la obra resultó un éxito aquel día no dejando nunca de estar entre el ramillete de mejores zarzuelas escritas. Hasta tal punto que en sus primeros 25 años se contabilizaron 18.000 representaciones (o sea un promedio de dos diarias) y en Barcelona hubo noches que se dieron hasta 21 representaciones contando la de todos los teatros de la Ciudad Condal. En su “currículum vitae” esta obra registró dos transformaciones, la primera, cuando Conrado del Campo (en vida de Vives y con su autorización) la convirtió en ópera musicando los añadidos de los libretistas originales, estrenándose con éxito en el Teatro Real de Madrid el 26 de febrero de 1920 con las voces principales de Ofelia Nieto (asociada al triunfo de MARUXA en 1914) y de Juan de Casenave (que sería el primer “Fernando” en DOÑA FRANCISQUITA en 1923). Otra transformación la “sufrió” (pues en este caso no salió bien la cosa) en 1965 cuando le añadieron un acto mediante arreglos al libreto por José López Rubio y a la partitura por Rafael Ferrer.
Amadeo Vives nació en Collbató (Barcelona) el 18 de noviembre de 1871 y murió en Madrid el 2 de diciembre de 1932. De niño estuvo internado en el Asilo de San Juan de Dios de Barcelona que le generó pésimos recuerdos pero que le dio la posibilidad de su primer contacto serio con la música en 1886: la Dirección de la Banda del Asilo de la misma orden en Málaga (donde su hermano era sacerdote). Luego vuelve a Barcelona, pasando por una etapa en Toledo en donde en 1886 compuso una sinfonía. En 1891 funda con Luis Millet el Orfeo Catalá en donde estrena diversas composiciones, destacando en 1894 L'Emigrant, en esos tiempos tuvo determinada relación personal y musical con el catalanismo. En 1897 marcha a Madrid en donde compagina su actividad principal de compositor de zarzuelas (salvo su ópera Arthus de 1897 y las Canciones Epigramáticas de 1915), con la de empresario de los Teatros de la Zarzuela, Cómico y Eslava, aventuras que algunas veces le depararon desastres económicos. Imposible relacionar sus obras, me limitaré a detallar las más significativas: DON LUCAS DEL CIGARRAL (1899), LA BALADA DE LA LUZ (1900), BOHEMIOS y EL HUSAR DE LA GUARDIA (1904), LA GATITA BLANCA (1905), JUEGOS MALABARES (1910), LA GENERALA (1912), MARUXA (1914) DOÑA FRANCISQUITA (1923), LA VILLANA (1927) y LOS FLAMENCOS (1928). Estamos ante uno de los compositores más grandes de la zarzuela de todos los tiempos, con una formación intelectual y musical de primerísimo nivel, pero a los efectos “zarzueleros” que interesa a los aficionados constituye además una personalidad con criterios tan importantes que merecen un análisis más completo de sus opiniones, que dejo para otra ocasión.
Miguel de Palacios Brugueras nació en Gijón en 1863 y murió en Covadonga el 3 de octubre de 1920, estudió Medicina pero no ejerció. En solitario escribió alguna obra como la opereta “El rajá de Bengala” con música de Rafael Calleja pero casi todas sus obras, unas 140, las compuso “al alimón” con su “hermano siamés del género chico” Perrín, todas ellas dotadas de elementos dramáticos y cómicos, aunque el sentido del humor sea la constante de sus obras y entre ellas destacaron: CERTAMEN NACIONAL y CUADROS DISOLVENTES de Nieto, PEPE GALLARDO de Chapí, ENSEÑANZA LIBRE y LA TORRE DEL ORO de Giménez, LA CORTE DEL FARAON de Lleó, BOHEMIOS y LA GENERALA de Vives, EL BARBERO DE SEVILLA de Nieto y Jiménez y “EL HUSAR DE LA GUARDIA de Vives y Giménez.
Guillermo Perrín Vico, nacido en Málaga en 1857 y muerto en Madrid en 1923, estudió Derecho, pero no ejerció. En solitario escribió algunas obras como MONOMANIA MUSICAL y EL GRAN TURCO de Manuel Nieto y LA CUNA de Chapí, pero casi todas sus obras, unas 140, las compuso “al alimón” con su “hermano siamés del género chico” Perrín, todas ellas dotadas de elementos dramáticos y cómicos, aunque el sentido del humor sea la constante de sus obras y entre ellas destacaron: CERTAMEN NACIONAL y CUADROS DISOLVENTES de Nieto, PEPE GALLARDO de Chapí, ENSEÑANZA LIBRE y LA TORRE DEL ORO de Giménez, LA CORTE DEL FARAON de Lleó, BOHEMIOS y LA GENERALA de Vives, EL BARBERO DE SEVILLA de Nieto y Jiménez y “EL HUSAR DE LA GUARDIA de Vives y Giménez.
El argumento cuenta una historia de amor entre artistas dentro del ambiente bohemio que su título confiesa, muy parecido, en cuanto al “perfume”, a las “Escenas de la vida bohemia” de Murguer en que se basa el libreto de LA BOHEME de Puccini pero muy distinto al tema de Pío Baroja que originó el libreto de ADIOS A LA BOHEMIA de Sorozabal. El efecto pretendido está plenamente conseguido, sin salirse de sus modestas aspiraciones, y no hay trasfondo psicológico ni vidas atormentadas como en la obra de Baroja, sólo unas escenas supuestamente realistas bien contadas, pero quedándose en la lisonjera “cáscara” de tan manido tema. A esta intranscendencia le dedica Vives una música sencillamente deliciosa, desde el principio hasta el final.
La obra se estructura musicalmente en un acto y tres cuadros y cuenta con los siguientes números:

1 - Preludio y romanza de Roberto “Mudos testigos de mis amores”, delicada y poderosa al mismo tiempo, en la romanza hay frases también de Victor. 2 - Romanza de Cosette “La niña de ojos azules” poética y llena de arabescos, en que interviene también Pelagia. 3 - Escena verdaderamente mágica que precede al no menos subyugante coro de bohemios “La noche misteriosa envuelta en nieve está”. 4 - Cuarteto y dúo, juguetón el primero en que intervienen Roberto, Victor, Juana y Cecilia y pletórico de musicalidad y buen decir el segundo entre Roberto y Cosette. 5 - Intermedio, solemne y brillante, es uno de los fragmentos más célebres del repertorio zarzuelístico. 6 - Concertante “Ven linda Cosette”, en que destaca el dúo de Roberto y Cosette con intervención del coro y resto de personajes, fundamentalmente el patriarcal Girard.

Personajes

Cosette: Una chica que vive en una buhardilla del París romántico preparándose como cantante para su debut en la Opera; es el principal papel femenino y requiere ser interpretado por una soprano con soltura para los pasajes de coloratura que se prodigan en su participación.
Pelagia: Portera de la casa donde vive Cosette. Suele interpretarla una soprano.
Juana y Cecilia: Dos amigas que “se mueven” en el mundo de la bohemia. Pueden cantar estos papeles, sopranos o mezzosopranos (como en el caso de Teresa Berganza en la versión de Argenta).
Roberto: Compositor que vive con las escaseces propias del tema y que lucha por estrenar su ópera “Luzbel”. El papel se compuso por Vives para un tenor, pero el mismo compositor “trabajó” hasta lograr que un barítono lo cantase, como ocurrió con Marcos Redondo en 1930 y con varios desde entonces.
Un bohemio: Que interviene individualmente en el famoso “Coro” difuminándose luego en el colectivo que corre en la noche misteriosa que envuelta en nieve está. Cuando Roberto es interpretado por un barítono, este papel lo suele hacer el mismo cantante; si es un tenor se precisa otro cantante de la cuerda de barítono, aunque, salvo en la portentosa excepción del Marcos Redondo de 1930, es muy difícil que un mismo cantante esté a las duras en la romanza inicial o en el exigente concertante y a las maduras en este célebre coro..
Victor: Poeta, acompañante de Roberto y libretista de “Luzbel”. Lo canta un tenor o tenor cómico.
Marcelo: Tenor retirado y padre de Cosette a quien prepara para su debut. Lo interpreta un tenor.
Girard: Más o menos un “mecenas” o eso quisiera ser; a la hora de la verdad “todo el mundo se pregunta que quien es este señor” y resulta que “ni su madre lo conoce aunque fue quien le alumbró”. Lo canta un barítono.

CORO DE BOHEMIOS/CARLOS ALVAREZ



CONCERTANTE/



ROMANZA DE COSSETTE

sábado

MARAVILLA


Comedia lírica en tres actos. Texto de ANTONIO QUINTERO y JESUS MARIA DE AROZAMENA. Música de FEDERICO MORENO TORROBA. Estrenada el 12 de abril de 1941 en el Teatro Fontalba de Madrid.
El ABC del día siguiente al estreno publicó la siguiente crónica, en la que queda reflejada la magnitud del éxito obtenido, que luego ha quedado reducido al de la romanza de barítono (cantada también por algunos tenores) "Amor vida de mi vida" del tercer acto: "Gran noche la de ayer en Fontalba para el género lírico. Sábado de verdadera gloria que vio la resurrección de una modalidad teatral que parecía aletargada. Jornada, ante todo, de triunfo para una compenetración como se ve pocas veces del libro y de la música, unidos hasta el límite posible en el acierto.
MARAVILLA, comedia lírica de Antonio Quintero y Jesús María de Arozamena, con música de Moreno Torroba, posee un libro optimista, muy bien trazado, con tipos de auténtica personalidad, diálogo chispeante y emocional, y situaciones originalísimas, avaloradas por espléndidos cantables que preparan al compositor su terreno. En resumen: la conjunción de Quintero y Arozamena -de la que hay que esperar espléndidos resultados-, ha dado uno de los libros líricos más graciosos e interesantes de estos últimos tiempos. Aprovechando las excelencias apuntadas, Moreno Torroba ha compuesto una partitura maestra, de aparente sencillez, que en muchos momentos es la cima de su carrera artística. Si tomamos a LUISA FERNANDA como base, MARAVILLA es, a nuestro juicio, una de las mejores partituras de Torroba.
Fácil, melódica, con amplitud técnica que sitúa al ilustre académico al lado de los mejores que hoy tiene el género lírico. Hay de todo en sus números calurosamente aplaudidos y bisados; un chotis, un pasodoble, una canción de barítono......El dúo de bajo y tiple -magnífico de novedad e inspiración- fue un éxito rotundo. También el cuarteto constituye una brillante página. Con todas estas cualidades la obra se hará centenaria en el cartel. Para Selica Pérez Carpio, prodigiosa Maravilla, y Sagi Vela, que hace una creación personal, fueron los mejores aplausos. Sagi, cada día mejor como actor y cantante, dijo la partitura de forma depurada, culminando en la romanza del acto tercero. Compartieron el triunfo Maruja Vallojera, Arturo Lledó, que estuvo graciosísimo, Gorgé y Antonio Prieto. Los autores de MARAVILLA e intérpretes recogieron desde el escenario las ovaciones que les tributó el público".
Como curiosidad decir que Joaquín de Sagarmínaga da cuenta de que Pablo Gorgé puso broche a una prolongadísima carrera lírica interviniendo en abril de 1941 en estas representaciones del Teatro Fontalba.
Como muestra del interés que sigue despertando esta zarzuela, traigo aquí lo que de la misma escribe Joaquín Zueras Navarro en el lugar citado en el apartado bibliográfico de este reseña: "MARAVILLA se estrenó en el Teatro Fontalba de Madrid el 12 de abril de 1941, con libreto de Antonio Quintero y Jesús María de Arozamena. La acción transcurre en Madrid a principios del siglo XX. Manuela-Maravilla ha ido creciendo al lado de un convento que tiene a Emilio por jardinero. A instancias de las monjas se casan. Maravilla, que vende flores, tiene muchos admiradores a causa de su preciosa voz. Emilio muere y Maravilla hace galas como tiple en el extranjero. La trama se complica cuando Elvira, su hija, se enamora, dando lugar a una serie de malentendidos entre ambas que terminarán por resolverse.
Tanto en el estreno como en el disco actúan Luis Sagi-Vela (Rafael) Maruja Vallojera (Elvira) y Angelita Durán (Manuela-Maravilla), y a las pistas del sello Columbia se sumaron dos del sello Regal: el Chotis y la canción Millonarios de Ilusión. En esta zarzuela rezuma un casticismo elegante y una hondura dramática en determinados momentos comparable a felices episodios de algunas óperas, como la "Romanza de Rafael": Amor, vida de mi vida, qué triste es decirte adiós, te llevas la juventud de este querer sin redención.... También parece un homenaje a Madrid, al que Torroba regresó pletórico y lleno de proyectos, finalizada la contienda: ¡Ay Madrid, por fin te veo!, se deslumbra mi alma con la luz de tu cielo. A través de la tierra, por los mares inmensos, en las noches triunfales te enviaba mil besos.". Los atinados comentarios vertidos en este artículo no quedan empañados por los errores deslizados en su cuerpo, al considerar a Angelita Durán como participante en el estreno o al decir que "Millonario de ilusión" era una de las pistas grabadas para el sello Regal.
El compositor
El compositor Federico Moreno Torroba nació en Madrid el 3 de marzo de 1891 y murió también en Madrid el 12 de septiembre de 1982. En su amplia trayectoria de compositor, director de orquesta y empresario, destacan éxitos fuera del ámbito de la zarzuela, como su obra sinfónica LA AJORCA DE ORO (1918), las óperas LA VIRGEN DE MAYO (1925) y EL POETA (1980, estrenada por Plácido Domingo que tenía verdadero afecto personal al maestro) y sus composiciones para guitarra clásica. Pero donde más han proliferado sus éxitos ha sido en el campo de la zarzuela, desde la primera LA MESONERA DE TORDESILLAS (1925), y luego LA MARI BLANCA Y LA PASTORELA (1926, la segunda en colaboración con Pablo Luna), LA MARCHENERA (1928), MARÍA LA TEMPRANICA (1930 adaptación de la obra de Giménez), AZABACHE y LUISA FERNANDA (1932), XUANÓN (1933), LA CHULAPONA (1934), MONTECARMELO (1939), MARAVILLA (1941), LA CARAMBA (1942), LA ILUSTRE MOZA (1943) y MARÍA MANUELA (1957).
Los libretistas
Jesús María de Arozamena Berasategui, Libretista, Abogado, Maestro y periodista, nació en San Sebastián el 19 de enero de 1918 y murió en Madrid el 29 de junio de 1972. Fue subdirector de "El Correo Español" de Bilbao y de "La Voz de España" de San Sebastián. También ocupó el cargo de consejero delegado de la Sociedad General de Autores de España. Escribió el drama MARI DOLOR premiado por la Real Academia Española en 1917. En 1948 obtuvo el Premio Nacional de Teatro Ruperto Chapí, por su versión de MIRENTXU de Guridi. En el campo musical destacan sus revistas EL AGUILA DE FUEGO y SU EXCELENCIA LA EMBAJADORA con música de Francis López, el espectáculo EL COMPAS DEL CANTE con música de Quintero, Solano y Quiroga y las zarzuelas MARAVILLA con música de Moreno Torroba, LA CONDESA DE LA AGUJA Y EL DEDAL con música de Guridi y EL HIJO FINGIDO con música de Joaquín Rodrigo.
Antonio Quintero Ramírez, dramaturgo nacido en Jerez de la Frontera (Cádiz) en 1895 y muerto en Madrid en 1977, se dedicó fundamentalmente a la realización de espectáculos de copla andaluza, no en balde formó parte de la trilogía "Quintero, León y Quiroga" y de otros espectáculos líricos, como las zarzuelas AZABACHE, en colaboración con Pascual Guillén, (1932) y MARAVILLA (1941), ambas con música de Federico Moreno Torroba.
Sinopsis
Acto I
Jardín y fachada de una iglesia y convento de monjas en Madrid. Al lado un pequeño edificio para venta de flores. Sus dueños son Emilio y Manuela, esta bastante más joven que su marido, con una gran voz, guapa y simpática, lo que da origen a los celos de Emilio. En la puerta de la iglesia dos falsos ciegos piden limosna y hacen de celestinas llevando y trayendo recados de feligreses. Emilio tiene prohibido a su esposa cantar en público, pese a que amigos y asistentes a la iglesia lo solicitan insistentemente. Entre ellos está el señor Agapito, jefe de la claque del Teatro Real, quien aprovecha cualquier motivo para que Zabala, famoso bajo del Real oiga cantar a Manuela. La ocasión se presenta de improviso. La Madre Superiora del Convento quiere satisfacer a unas señoras de la alta sociedad que vienen ayudando a que la comunidad salga adelante en sus necesidades y que también se lo habían solicitado. La noticia se extiende por todo el barrio llenando la iglesia. En tanto Manuela canta el Ave María prometido, su marido se sienta frente al puesto de flores, saca su pañuelo y llora en silencio; de la tienda sale una niña, Elvira, su hija que corre a sus brazos, Emilio la mira y la besa con desesperación.
Acto II
Veinte años más tarde. Fallecido su marido, Manuela es una famosísima cantante, Maravilla, admirada por el mundo entero. Su hija, Elvira, que dejó al cuidado del antiguo encargado de la claque del Real, Agapito, y de su esposa, Casta, se ha convertido en una preciosa mujer. El matrimonio regenta ahora una sastrería teatral en donde son asiduos concurrentes Faustino, empresario, y Rafael, joven cantante con una magnífica voz pero, hasta ahora, sin suerte. Ambos beben los vientos por Elvira, aunque esta se inclina más por el empresario, en tanto Agapito y Casta lo hacen por el barítono. De improviso y ante el asombro de todos se presenta en el taller Maravilla, que viene a cantar en una función benéfica. Confiesa a su hija que en las pocas horas que está en Madrid le ha sucedido algo extraordinario, ha conocido a un joven que será quien le de réplica en la función homenaje y que por primera vez, tras largo años, ha sentido una especie de flechazo hacia su persona, quedando con él para que venga a buscarla. Aparece Rafael, que es el joven en cuestión. Tras las presentaciones Maravilla y Rafael se despiden cogiéndose, muy acaramelados, del brazo. Ante el miedo a perderlo, Elvira se ha dado cuenta de que a quien ama realmente es a Rafael, inicia un ademán como tratando de pararlos....
Acto III
Llegó el día de la función benéfica. Zabala, el que fuera bajo en el Real y que dejó su carrera por ayudar a Maravilla en sus comienzos, se convirtió en su eterno acompañante, esperando con el tiempo llegar a algo más, tiene una escena con Rafael un poco violenta, precisamente por el cariño que Maravilla demuestra por este. Aparece Agapito que en pocas palabras lo aclara todo. Fue él quien hizo venir a Maravilla urdiendo toda la trama de los ficticios amores con Rafael. Elvira, entretanto, ha dejado una carta para su madre en la que le desea toda la felicidad del mundo y que se va en busca de la suya con Faustino, el empresario. Cuando se preparan para ir en su busca aparece Faustino que trae a Elvira, pues "por muy mala persona que le consideren, con el, no descarrila ninguna mujer honrada." Maravilla confiesa que le ha hecho sufrir para que aprenda lo que duele perder un buen amor, ya que su única ilusión es ser una buena madre, los demás amores no cuentan para ella. Al escuchar estas palabras Zabala baja la cabeza y quien sabe si no se seca una lágrima, mientras, Agapito, con la mirada, está rogándole que sea otra vez la Maravilla, altiva y triunfadora, heroína de todas las independencias guerreras, menos de aquella en que fue trofeo su eterno corazón de mujer...
Índice de escenas
En uno de los archivos del catálogo de la Biblioteca Nacional figura la relación de números que componen la partitura de esta obra, que son los siguientes sin detallar donde se produce la separación de los actos primero y segundo:
Actos I y II: Introducción. 1. "El mes de abril". 1.bis "Pasen Vdes. señores". 2. Chotis "Allá en el puente de la pradera". 3. Romanza de Maravilla "¡No puedo más, no puedo más!". 4. "La, la, la, la, la". 5. "Dios te salve María". 6. "Tiene la tarara cierto parpadeo". 7. "Son tus besos niña bella". 8. Pasacalle "Mi reina, mi gloria, mi cielo, mi vida...¡Ay Madrid, por fin te veo!". 9. "La señora de Fernández".
Acto III: Preludio. 10. Romanza de Elvira "Madre mía perdón te suplico". 11. Los coraceros "¡Auxilio! ¡Socorro! ¡Ladrones!". 12. Romanza de Rafael "Adios dijiste....Amor vida de mi vida".

Personajes
Maravilla: Famosísima cantante, Soprano.
Elvira: Hija de Maravilla. Soprano.
Rafael: Cantante enamorado de Elvira. Barítono.