domingo

LA BODA DE LUIS ALONSO


Sainete lírico en un acto, dividido en tres cuadros, en verso
Texto original de JAVIER DE BURGOS
Música de GERÓNIMO GIMÉNEZ
Estrenada el 27 de Enero de 1897 en el Teatro de la Zarzuela de Madrid.
Sabemos, por Arnau, que de las cuatro secciones en que se dividían las representaciones de género chico LA BODA DE LUIS ALONSO ocupó la segunda, EL BAILE DE LUIS ALONSO la tercera por ser posterior en tema y acción, como primera y última obra se ofrecían dos éxitos de Fernández Caballero CHATEAU MARGAUX y EL PADRINO DEL NENE y como atracción interesante se incluían dos pequeñas secciones de cine, entonces una gran novedad, que se anunciaban no solo como espectáculo, sino como atracción científica, con el nombre del creador CINEMATOGRAFO LUMIERE.

En la obra se presenta al protagonista cuando, ya cincuentón, va a contraer matrimonio con la joven María Jesús que había tenido relaciones con un mala cabeza, Grabié que aunque no intenta impedir la ceremonia sí la quiere estropear. Los padres de María Jesús ven el cielo abierto cuando colocan a su hija con un excelente partido, el profesor de baile que además tiene un padrino rico y poderoso, el señor Paco. En la primera escena en que aparece “Entren ustés señores en este sielo” Luis Alonso se declara rejuvenecido y con ganas de juerga; el señor Paco, por su parte, expresa su convencimiento de que, siendo él el padrino, no puede faltar vino, cante y baile. Los demás esperan la fiesta con gran ilusión y algazara, y llega la aparición de María Jesús vestida de boda, cantando con Luis Alonso el dúo “¡Luis Alonso! ¡Claveyina!” con las inevitables expresiones de “caló” en el lenguaje. En el segundo cuadro, tras el intermedio, la fiesta está en todo su apogeo porque el matrimonio se ha celebrado. Grabié aparece y dice con tremendas palabras que ha debido matar a María Jesús, sus padres y al carcamal de bailarín que se la roba, pero la sangre no llega al río y Grabié se limita por ahora a contarle sus penas a un vendedor ambulante, el tío Cachipuchi. En el cuadro tercero María Jesús canta una preciosa habanera “Manué yo me sofoco” y Luis Alonso participa cantando en la preparación de las parejas que bailarán las boleras.

Y llega el desenlace, Paco huye como alma que lleva al diablo ante el falso rumor de que hay toros sueltos y se lleva un sobresalto mayúsculo al confundir al burro del tío Cachipuchi con un toro. Todo el mundo corre y se pone a salvo. Hasta Luis Alonso, abandonando a la mujer que acaba de convertir en su esposa y que trataba de refugiarse en su hombría, se tira por una ventana. Así es la vida y Paco demuestra sus conocimientos del arte de la tauromaquia…..cuando los toros están lejos; María Jesús, que ya sabe de la vida todo lo que haga falta, finge rubor ante las insinuaciones de su marido; la Picúa y el Chano fingen también una pena enorme al despedirse de su hija, cuando lo que realmente sienten es la alegría de colocarla y el galán, Luis Alonso, se las da de jovencito teniendo ya muchos años encima.

El estreno significó un éxito señaladísimo. El preludio se repitió, y así casi todos los demás números, pero donde el entusiasmo llegó al máximo, con las palmas echando humo y los gritos de ¡bravo! premiando al compositor, fue en el luego famosísimo intermedio.

Se ha dicho que el segundo sainete LA BODA DE LUIS ALONSO es inferior al anterior EL BAILE DE LUIS ALONSO, pese a basarse en los mismos tipos, pero también está lleno de soltura y fluidez en el lenguaje (pueden comprobarlo acudiendo a la página de cantables de Pepi), lo que, a juicio de Arnau, en realidad diferencia ambas obras es la música, pues si en la primera obra Giménez hizo sólo unas ilustraciones musicales para animar la escena, en la segunda puso toda su técnica de compositor y su salero gaditano para escribir una partitura llena de acierto inspirada en temas populares para lograr números que son verdaderas obras maestras de fina raíz andaluza.

Cuenta “El Libro de la Zarzuela” que aunque estrenada con posterioridad a EL BAILE DE LUIS ALONSO, la acción, situada en el Cádiz de 1840, ofrece una situación anterior en la vida del matrimonio protagonista, justamente lo que acontece el día de su boda. Luis Alonso, el maestro de baile más famoso de Cádiz, se ha casado con María Jesús, una mujer bastante más joven que él. La diferencia de edad preocupa al maestro en plena celebración, pues, aunque sabe que su esposa es honrada, en el fondo teme que el matrimonio pueda verse alterado. Sobre todo, porque ha llegado a sus oídos que María Jesús pudo tener anteriormente relaciones con Gabrié. A requerimiento de su marido, la joven niega la verdad de esas relaciones, cosa que, al saberlo Grabié, le ofende y le mueve a urdir una venganza. Por la noche la fiesta de boda llega a su apogeo y se espera de que pase el encierro de los toros por delante de la casa del matrimonio. Gabrié ve en el acto taurino una ocasión para su venganza: lanza la voz de que los animales se han desmandado y cunde la alarma general. Todos los invitados huyen en desbandada y el propio Luis Alonso se tira por una ventana, dejando abandonada a su suerte a María Jesús. Grabié aprovecha entonces la soledad en que la joven esposa se encuentra para reprocharle su conducta. Una vez restablecida la calma, todos vuelven a su sitio. Todos menos Luis Alonso, quien ha recibido un fuerte golpe al tirarse de la ventana y debe ser llevado en una silla entre dos hombres. Su estado es lamentable y no presagia precisamente una buena noche de bodas.

Musicalmente la obra se inicia con unos compases de danza que son seguidos por unas boleras imitadas del siglo XVIII que se hicieron muy famosas como piezas de ballet en España. Una serie de temas con ritmos distintos se suceden formando una partitura llena de encanto con numerosos ribetes de folklore. Comienza con unas escalas ascendentes y descendentes de cinco notas mientras se oye avanzar unas caballerías que frenan en escena. Reaparece el tema de las boleras, con castañuelas en la orquesta. Se inicia la parte vocal con el número a cuatro personajes “Entre ustés señores en este sielo” que cantan Luis Alonso, Paco, Miguelito y Tarugo con bastante gracia. La intervención de María Jesús se produce junto con Luis Alonso, Picúa, Pilili y el coro femenino. Luis Alonso canta, en estilo próximo al cante jondo “Claveyina….mariquilla de mi vía” emprendiendo luego un número de ritmo rápido y gran brillantez en el que intervienen las mujeres y el coro. Sigue el intermedio, página orquestal que se interpreta sola muchas veces, formado por piezas folklóricas que ya aparecían en el preludio y se extienden ahora y son la mejor demostración del garbo de Giménez en un estilo ligero y elegante, personal y sin equivalente en la zarzuela de su tiempo.

El número siguiente “Manué yo me sofoco” es una habanera protagonizada por María Jesús y que empieza con los mismos compases de la introducción. Luis Alonso dispone luego las parejas que han de interpretar la versión completa de las boleras que figuraban en el preludio. Su elegancia y ritmo característico merecen la divulgación que han tenido por lo que son una página orquestal muy frecuentemente interpretada en los repertorios españoles. Un brevísimo final orquestal pone fin a esta pequeña obra maestra del “músico del garbo”.

Índice de escenas

Zarzuela en un acto con los siguientes números musicales:

Acto único: 1. Preludio. 2. Salida de Luis Alonso “Entren ustés señores en este sielo”. 3. Tercero y zapateado “¡Luis Alonso! ¡Claveyina!”. 4. Intermedio. 5. Habanera “Manué yo me sofoco tóo el aire es poco”, y Boleras. 6. El encierro y lucha de Gabrié y María Jesús. 7. Final.

Personajes

María Jesús: Mujer de Luis Alonso. Soprano o mezzosoprano.
Picúa: Madre de María Jesús. Soprano.
Pilili: Amiga de María Jesús. Actriz cantante.
Luis Alonso: Maestro de baile. Tenor.
El Charro: Padre de Maria Jesús. Actor.
Gabrié: Antiguo novio de Maria Jesús. Actor.
Paco: Padrino de la boda, aficionado a los toros y “torero” de boquilla. Tenor.
Miguelito: Amigo de Luis Alonso. Tenor.
Tarugo: Amigo de Luis Alonso. Barítono.

INTERMEDIO CON CASTAÑUELAS



BALLET



GUITARRA

lunes

GIGANTES Y CABEZUDOS


Zarzuela cómica en un acto, con texto original de MIGUEL ECHEGARAY y música de MANUEL FERNÁNDEZ CABALLERO.

Aunque el libreto recayese sobre un tema harto manido como el patriótico e incluso se le achacase la inoportunidad de mentar la soga en la casa del ahogado, al contarnos el infeliz resultado que tuvo el responder con honor a la mendaz provocación de una nación entonces emergente, la música y los intérpretes lograron uno de los mayores éxitos de la historia de la zarzuela. Se puede decir que esta vez hubo casi unanimidad en la prensa, que además personalizó el triunfo, sobre todo, en una cantante: Lucrecia Arana, que recibió los mayores elogios en todas sus intervenciones. La excepción, matizada eso sí, en esta unanimidad se refleja en “El Imparcial” al señalar que “la cosa, en verdad, no es para tanto, y pese a los que confunden la hinchazón con la robustez, a la apoteosis de anoche hay que quitarle mucho -jierro-. Ni tan gigantes, ni tan cabezudos” Pese a todo, y aunque estima que se abusa de la jota, ensalza la romanza de la carta y el coro de repatriados.

Leyendo a Deleito y Piñuela sabemos que “el entusiasmo del público superó a todo lo imaginable. La gente se rompía las manos de aplaudir. Se repitieron todos los números, se ovacionaron todas las decoraciones y todas las escenas”.

La obra es un canto a la bravura aragonesa, una apoteosis de la jota que aparece ya en el primer número “Anda ve y dile al Alcalde” como final a la disputa de vendedoras, resplandece en el tercer número “Si las mujeres mandasen” y estalla en el quinto con la de los de Calatorao “Por ver a la Pilarica” y con la guinda “Luchando tercos y rudos”. Junto a estas páginas, otras memorables como la bizarra romanza de la carta, la apoteósica salve final y, sobre todo, el celebérrimo coro de repatriados que, al decir de Salvador Valverde, “es una marcha lenta, triste, impregnada de cansancio y amargura, donde asoma un instante la jota, con acentos de nostalgia”.
Comienza la acción en la plaza del mercado en Zaragoza, Antonia y Juana, enfrascadas en una sonora disputa, han llegado a las manos, algunas mujeres intentan separarlas, pero la acusación de robo, hecha por Juana a Antonia, vuelve a avivar una disputa que zanja definitivamente el tío Isidro. Antonia se reintegra a su puesto de venta de verduras, entre los comentarios de las mujeres que alaban su carácter alegre, pese a su mal genio. Timoteo, con su uniforme de guardia municipal, informa a las vendedoras que va a aprobarse un nuevo arbitrio, levantando por ello sus más airadas protestas. Aparece Pilar y se confía a Antonia, hace más de seis meses que no tiene carta de su novio que está en la guerra. El tío Isidro regaña a Pilar por haber abandonado sus quehaceres y Antonia, de nuevo, se mete en porfía, con su clientela. Timoteo quiere intervenir, pero se echa atrás porque Antonia es su esposa, llega el Sargento buscando con la mirada a Pilar de quien está enamorado. Regresa Pilar con una carta en la mano, está segura de que es de su novio, pero no sabe leer y la ansiedad la domina. Pascual, un joven serio y trabajador que la quiere con pasión, se ofrece a leérsela, a pesar de los celos que siente. En la carta, el novio de Pilar, Jesús, describe su triste situación, pero renueva también toda su pasión por ella. Pascual se marcha apenado, contrastando con la alegría de Pilar que enseña a todos la carta. Pero el Sargento regresa diciendo que también él ha recibido una carta de su novio, donde le dice que se ha casado con otra, la muchacha no le cree. Se forma un alboroto general cuando los alguaciles presentan a las vendedoras el impuesto anunciado, con las mujeres, atrincheradas entre sus carros de venta y asegurando que si ellas mandaran otra cosa sería el mundo. Los alguaciles se quieren llevar a quien más protesta que es, por supuesto, Antonia, pero Timoteo, al ver a su esposa en tal coyuntura, se pone de parte de las alborotadoras.

Al lado del río, viéndose al fondo Zaragoza con sus torres y cúpulas, van de pesca Timoteo, a quien han cesado de su cargo, y Pascual. Entra un grupo de repatriados, que regresan derrotados en la guerra. Entre ellos, se encuentran Jesús, el novio de Pilar y su amigo Vicente. Todos lamentan el tiempo que estuvieron ausentes y la alegría de reencontrarse con su ciudad, que tanto aman. En la plaza del Pilar, el Sargento encuentra a Jesús que le dice que viene a casarse con su novia. El Sargento dolido se inventa la historia de que Pilar ya es la esposa de un rico indiano, que hizo su fortuna en México. Pero, aragonés hasta la médula, Jesús afirma que ha vuelto para casarse con Pilar y lo hará, aunque tenga que matar a su rival. Una vez que los dos entran en la Basílica, aparece un grupo de baturros que viene desde Calatorao en peregrinación a ver a la Pilarica. Llegan Pilar y Antonia y tras ellas los cabezudos persiguiendo a la chiquillería, y luego los gigantones, al son del tamboril y la gaita. Pese a encontrarse triste, Pilar, en medio del baile y la fiesta, es capaz de entonar una briosa jota. Poco tiempo después, Pilar ha creído oír en el interior del templo la tos de Jesús, que antaño les servía de contraseña. Sospecha que el Sargento la está engañando y le tiende una trampa. Le da a leer la carta que recibió de su novio.

El Sargento cambia el texto a su favor, inventando una posdata en la que Jesús recomienda a Pilar que se case con él precisamente, quemando luego la carta. Pilar reacciona violentamente al descubrir la engañifa y el Sargento, arrepentido, regresa con Jesús dejando para siempre tranquila a la pareja.

Índice de escenas
1. Introducción y disputa “Hay que separarlas, van a hacerse mal”, escena de las vendedoras “Tiene un carácter como una fiera”, salida de Timoteo “Ya Timoteo viene hacia acá” y tiempo de jota “Anda ve y dile al Alcalde”. 2. Romanza de Pilar “¡Esta en su carta! ¡Esta es su carta! 3. Jota “No nos asusta nada en la tierra…..Si las mujeres mandasen” y motín de las mujeres “No hay que ceder, no hay que ceder, hay que luchar”. 4. Coro de repatriados “Por fin te miro, Ebro famoso”. 5. Coro “Zaragoza de gala vestida está”, jota de los de Calatorao “Por ver a la Pilarica”, salida de los gigantes y cabezudos “Cuando era niña y jugaba” y jota “Grandes para los reveses…. luchando tercos y rudos”. 6. Salve “Se marchó de seguro, desesperado”.



ROMANZA DE PILAR "ESTA ES SU CARTA"




CORO DE REPATRIADOS




CORO DE REPATRIADOS Y JOTA




JOTA "LUCHANDO TERCOS Y RUDOS"


BOHEMIOS


Zarzuela en un acto, y tres cuadros. Texto original de GUILLERMO PERRÍN y MIGUEL DE PALACIOS. Música de AMADEO VIVES. Estrenada el 24 de marzo de 1904 en el Teatro de la Zarzuela de Madrid.
El señor Carlos Allen Perkins, al parecer primo de Don Alfonso XIII, no era cantante sino actor, hasta el punto de que antes del estreno el poeta José Jurado de la Parra le endosó estos versos:

El es casi príncipe
casi hace comedias
casi canta y casi
también es poeta.
Es semi de verso
semi de zarzuela.
Lo hace todo, todo,
pero todo a medias.

Sin embargo, según se dijo, hizo una excelente interpretación, y eso a pesar de que “no tenía voz de tenor ni de barítono, pues padecía afonía crónica”. Pues bien, pese a estas perspectivas, la obra resultó un éxito aquel día no dejando nunca de estar entre el ramillete de mejores zarzuelas escritas. Hasta tal punto que en sus primeros 25 años se contabilizaron 18.000 representaciones (o sea un promedio de dos diarias) y en Barcelona hubo noches que se dieron hasta 21 representaciones contando la de todos los teatros de la Ciudad Condal. En su “currículum vitae” esta obra registró dos transformaciones, la primera, cuando Conrado del Campo (en vida de Vives y con su autorización) la convirtió en ópera musicando los añadidos de los libretistas originales, estrenándose con éxito en el Teatro Real de Madrid el 26 de febrero de 1920 con las voces principales de Ofelia Nieto (asociada al triunfo de MARUXA en 1914) y de Juan de Casenave (que sería el primer “Fernando” en DOÑA FRANCISQUITA en 1923). Otra transformación la “sufrió” (pues en este caso no salió bien la cosa) en 1965 cuando le añadieron un acto mediante arreglos al libreto por José López Rubio y a la partitura por Rafael Ferrer.
Amadeo Vives nació en Collbató (Barcelona) el 18 de noviembre de 1871 y murió en Madrid el 2 de diciembre de 1932. De niño estuvo internado en el Asilo de San Juan de Dios de Barcelona que le generó pésimos recuerdos pero que le dio la posibilidad de su primer contacto serio con la música en 1886: la Dirección de la Banda del Asilo de la misma orden en Málaga (donde su hermano era sacerdote). Luego vuelve a Barcelona, pasando por una etapa en Toledo en donde en 1886 compuso una sinfonía. En 1891 funda con Luis Millet el Orfeo Catalá en donde estrena diversas composiciones, destacando en 1894 L'Emigrant, en esos tiempos tuvo determinada relación personal y musical con el catalanismo. En 1897 marcha a Madrid en donde compagina su actividad principal de compositor de zarzuelas (salvo su ópera Arthus de 1897 y las Canciones Epigramáticas de 1915), con la de empresario de los Teatros de la Zarzuela, Cómico y Eslava, aventuras que algunas veces le depararon desastres económicos. Imposible relacionar sus obras, me limitaré a detallar las más significativas: DON LUCAS DEL CIGARRAL (1899), LA BALADA DE LA LUZ (1900), BOHEMIOS y EL HUSAR DE LA GUARDIA (1904), LA GATITA BLANCA (1905), JUEGOS MALABARES (1910), LA GENERALA (1912), MARUXA (1914) DOÑA FRANCISQUITA (1923), LA VILLANA (1927) y LOS FLAMENCOS (1928). Estamos ante uno de los compositores más grandes de la zarzuela de todos los tiempos, con una formación intelectual y musical de primerísimo nivel, pero a los efectos “zarzueleros” que interesa a los aficionados constituye además una personalidad con criterios tan importantes que merecen un análisis más completo de sus opiniones, que dejo para otra ocasión.
Miguel de Palacios Brugueras nació en Gijón en 1863 y murió en Covadonga el 3 de octubre de 1920, estudió Medicina pero no ejerció. En solitario escribió alguna obra como la opereta “El rajá de Bengala” con música de Rafael Calleja pero casi todas sus obras, unas 140, las compuso “al alimón” con su “hermano siamés del género chico” Perrín, todas ellas dotadas de elementos dramáticos y cómicos, aunque el sentido del humor sea la constante de sus obras y entre ellas destacaron: CERTAMEN NACIONAL y CUADROS DISOLVENTES de Nieto, PEPE GALLARDO de Chapí, ENSEÑANZA LIBRE y LA TORRE DEL ORO de Giménez, LA CORTE DEL FARAON de Lleó, BOHEMIOS y LA GENERALA de Vives, EL BARBERO DE SEVILLA de Nieto y Jiménez y “EL HUSAR DE LA GUARDIA de Vives y Giménez.
Guillermo Perrín Vico, nacido en Málaga en 1857 y muerto en Madrid en 1923, estudió Derecho, pero no ejerció. En solitario escribió algunas obras como MONOMANIA MUSICAL y EL GRAN TURCO de Manuel Nieto y LA CUNA de Chapí, pero casi todas sus obras, unas 140, las compuso “al alimón” con su “hermano siamés del género chico” Perrín, todas ellas dotadas de elementos dramáticos y cómicos, aunque el sentido del humor sea la constante de sus obras y entre ellas destacaron: CERTAMEN NACIONAL y CUADROS DISOLVENTES de Nieto, PEPE GALLARDO de Chapí, ENSEÑANZA LIBRE y LA TORRE DEL ORO de Giménez, LA CORTE DEL FARAON de Lleó, BOHEMIOS y LA GENERALA de Vives, EL BARBERO DE SEVILLA de Nieto y Jiménez y “EL HUSAR DE LA GUARDIA de Vives y Giménez.
El argumento cuenta una historia de amor entre artistas dentro del ambiente bohemio que su título confiesa, muy parecido, en cuanto al “perfume”, a las “Escenas de la vida bohemia” de Murguer en que se basa el libreto de LA BOHEME de Puccini pero muy distinto al tema de Pío Baroja que originó el libreto de ADIOS A LA BOHEMIA de Sorozabal. El efecto pretendido está plenamente conseguido, sin salirse de sus modestas aspiraciones, y no hay trasfondo psicológico ni vidas atormentadas como en la obra de Baroja, sólo unas escenas supuestamente realistas bien contadas, pero quedándose en la lisonjera “cáscara” de tan manido tema. A esta intranscendencia le dedica Vives una música sencillamente deliciosa, desde el principio hasta el final.
La obra se estructura musicalmente en un acto y tres cuadros y cuenta con los siguientes números:

1 - Preludio y romanza de Roberto “Mudos testigos de mis amores”, delicada y poderosa al mismo tiempo, en la romanza hay frases también de Victor. 2 - Romanza de Cosette “La niña de ojos azules” poética y llena de arabescos, en que interviene también Pelagia. 3 - Escena verdaderamente mágica que precede al no menos subyugante coro de bohemios “La noche misteriosa envuelta en nieve está”. 4 - Cuarteto y dúo, juguetón el primero en que intervienen Roberto, Victor, Juana y Cecilia y pletórico de musicalidad y buen decir el segundo entre Roberto y Cosette. 5 - Intermedio, solemne y brillante, es uno de los fragmentos más célebres del repertorio zarzuelístico. 6 - Concertante “Ven linda Cosette”, en que destaca el dúo de Roberto y Cosette con intervención del coro y resto de personajes, fundamentalmente el patriarcal Girard.

Personajes

Cosette: Una chica que vive en una buhardilla del París romántico preparándose como cantante para su debut en la Opera; es el principal papel femenino y requiere ser interpretado por una soprano con soltura para los pasajes de coloratura que se prodigan en su participación.
Pelagia: Portera de la casa donde vive Cosette. Suele interpretarla una soprano.
Juana y Cecilia: Dos amigas que “se mueven” en el mundo de la bohemia. Pueden cantar estos papeles, sopranos o mezzosopranos (como en el caso de Teresa Berganza en la versión de Argenta).
Roberto: Compositor que vive con las escaseces propias del tema y que lucha por estrenar su ópera “Luzbel”. El papel se compuso por Vives para un tenor, pero el mismo compositor “trabajó” hasta lograr que un barítono lo cantase, como ocurrió con Marcos Redondo en 1930 y con varios desde entonces.
Un bohemio: Que interviene individualmente en el famoso “Coro” difuminándose luego en el colectivo que corre en la noche misteriosa que envuelta en nieve está. Cuando Roberto es interpretado por un barítono, este papel lo suele hacer el mismo cantante; si es un tenor se precisa otro cantante de la cuerda de barítono, aunque, salvo en la portentosa excepción del Marcos Redondo de 1930, es muy difícil que un mismo cantante esté a las duras en la romanza inicial o en el exigente concertante y a las maduras en este célebre coro..
Victor: Poeta, acompañante de Roberto y libretista de “Luzbel”. Lo canta un tenor o tenor cómico.
Marcelo: Tenor retirado y padre de Cosette a quien prepara para su debut. Lo interpreta un tenor.
Girard: Más o menos un “mecenas” o eso quisiera ser; a la hora de la verdad “todo el mundo se pregunta que quien es este señor” y resulta que “ni su madre lo conoce aunque fue quien le alumbró”. Lo canta un barítono.

CORO DE BOHEMIOS/CARLOS ALVAREZ



CONCERTANTE/



ROMANZA DE COSSETTE