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"EL BARBERILLO DE LAVAPIES" ZARZUELA COMPLETA


 El barberillo de Lavapiés, Zarzuela en tres actos y en verso se estrenó en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, el día 18 de Diciembre de 1874. Su libretista, Luis Mariano de Larra. Música de Francisco Asenjo Barbieri. 
La acción transcurre en 1770, durante el reinado de Carlos III. El primer acto, en los alrededores del Pardo; los dos últimos en Madrid

Acto I

En la romería de San Eugenio, en la que participa un alegre  conjunto de vendedoras, majos y estudiantes, se presenta Lamparilla, conocido sacamuelas y barbero del barrio de Lavapiés. Tras referirse a sus aventuras, lanza algunas diatribas contra el gobierno en crisis, que ha decidido crear el cuerpo de serenos e iluminar la ciudad con farolas. Llegan también al Pardo Don Juan de Peralta, conjurado favorable a Floridablanca, y la Marquesa del Bierzo, Estrella, que cuando se dispone a entrar disimuladamente en una casa cercana se presenta Don Luis de Haro, prometido de la Marquesa y adalid del ministro Grimaldi, quién sorprendido de ver a Estrella en compañía de un desconocido pretende saber los motivos de tal actitud. La Marquesa apela al amor que los une para que le deje marchar con su acompañante sin indagar más, pero Don Luis no cede y ante tal situación la Marquesa y Don Juan se separan, ayudados de los majos y majas que aparecen en la romería en ese momento. Una vez a salvo, Estrella pone en antecedentes a Paloma de las confabulaciones políticas que se están produciendo en Madrid durante esos días. Lamparilla organiza un barullo con los estudiantes y majas que rondan por el lugar y aprovecha la ocasión para esconder a la Marquesa, la cual se cubre el rostro y se cuelga del brazo de Lamparilla para desorientar a Don Luis. Cuando éste tiene noticia de que la infanta no se encuentra en palacio y descubre por Pedro, militar a su servicio, que se están llevando a cabo intrigas palaciegas para desbancar a su tío Grimaldi, se convence de que el personaje que se escurrió de sus manos es políticamente importante, e idea que los guardias acudan con una silla de manos a la romería de San Eugenio, para atrapar a los conspiradores sin que éstos sean vistos por el pueblo.

Acto II

En la plazuela de Lavapiés, frente a la barbería de Lamparilla. Mientras sigue la ronda de guardias, los parroquianos se quejan del triste fin al que están condenadas sus barbar por la ausencia de Lamparilla. La tristeza pronto se convierte en alegría con la llegada del Barbero que liberado del calabozo vuelve a sus actividades cotidianas, explicando, como motivo de su detención, una supuesta destrucción de faroles. Paloma y la Marquesa comentan el verdadero motivo de la puesta en libertad de Lamparilla: el soborno, y de nuevo Estrella pide a Paloma que obtenga la colaboración de Lamparilla, ofreciéndole como aliciente apadrinar la boda de ambos. Paloma se niega a aceptar nada a cambio, puesto que su agradecimiento hacia la Marquesa se debe al interés que se tomó por su madre cuando ésta estaba en trance de muerte. El plan de la intriga es pacífico: consiste en forzar una entrevista entre el Conde y el Rey a fin de que el monarca pueda conocer los proyectos de Floridablanca, y consiga burlar así el cerco a que ha sido sometido por las huestes de Grimaldi. Estrella pide a Paloma que Lamparilla soborne a unos cuantos alborotadores para que rompan farolas, atrayendo sobre ellos la atención de los guardias para  que la conspiración pueda seguir adelante. Cuando la trama ha quedado urdida, se presenta Don Luis en busca de su amada. La Marquesa para evitar que la intromisión de su prometido pueda entorpecer sus proyectos, le impone la condición de no volver a verla en cuatro días, a lo que Don Luis accede obligado por las circunstancias. Paloma visita a Lamparilla, entablándose entre ambos un amoroso diálogo, tras el que la costurera explica al barbero la segunda parte de la intriga en la que deben tomar parte. 

Acto III

Habitación de Paloma. Las costureras al servicio de Paloma cantan ante piezas de ropa que están acabando. Paloma lleva varios días encerrada en casa, y ya no trabaja para gente principal como anteriormente por lo que las costureras le preguntan que sucede, pero ella oculta su intención de hacer escapar a la Marquesa y a Don Luis disfrazados de majos, ya que la conspiración no llegó a buen término. Llega entonces Lamparilla y le cuenta los últimos preparativos de la partida. La Marquesa se presenta vestida de maja y Paloma le da algunas instrucciones para que al hablar o moverse no se descubra su condición. Llega Don Luis y cuando todos se disponer a salir hacia el campo oyen rumores de pasos y, asustados ante la situación, deciden huir por el tejado como otras veces. Al llegar los guardias a la habitación no encuentran a nadie. Todos manifiestan su alborozo. Don Luis debe partir para el destierro y la Marquesa, fiel a sus promesas, decide seguir a su amado, mientras Paloma y Lamparilla se juran eterno amor...

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